‘Si solo te atreves a montarte con ese tipo no se que te hago. Es un cretino. Viste como maneja? Mira Babi, no estoy bromeando, no quiero que lo hagas.’
Su mama tiene razón. Step maneja como un loco.
Sin embargo, la noche anterior detrás de el, en la noche, con los ojos cerrados, en silencio, ella no había tenido miedo. De hecho, esa carrera le había gustado. Babi abre la bolsa del mercado y le quita un suave pedazo de pizza blanca. No se puede aguantar por siempre. Después, en un momento de atrevimiento total, decide que es el momento justo.
‘Mama, hoy me dieron una nota.’
Step se sirve una cerveza, después enciende la televisión. Pone el canal diez. En MTV esta el viejo video de Aerosmith: Love in an elevator. Steven Tyler se encuentra con una mujer espacial en un ascensor. Tyler, con una cara diez veces mejor que Mick Jagger, aprecia justamente a la chica. Step piensa en su padre sentado frente a el. Quien sabe si la apreciaría también el. El padre agarra el control de la mesa y apaga la televisión. Su padre es como Paolo, no sabe apreciar las cosas bellas.
‘No nos vemos desde hace tres semanas y te pones a ver la tele. Hablemos, no?’
‘Esta bien, hablemos. De que quieres hablar?’
‘Quiero saber que has decidido hacer…’
‘No lo se.’
‘Que quieres decir con que no lo sabes?’
‘Es simple… quiero decir que aun no lo se.’
La señora entra con el primer plato. Pone la pasta en el centro de la mesa. Step mira la tele apagada. Quien sabe si Steven Tyler ya ha hecho el salto mortal al final del video. Cincuenta y cinco años y todavía esta así. Un físico excepcional. Una fuerza de la naturaleza. Mira a su papa. Tiene dificultad hasta para poner los espaguetis en el plato. Step se lo imagina unos años mas joven haciendo un salto mortal. Imposible. Es más fácil que Paolo se enrede con su secretaria.
El padre le pasa la pasta. Tiene encima pan rallado y anchoas. Step se sirve. Recuerda las veces que la había comido en esa mesa, en esa casa, con Paolo y su madre. Normalmente, en un pequeño platito de porcelana venia servido un poco de condimento. Paolo y su padre no lo querían, siempre le quedaba a el. Su madre le echaba un poco en la pasta con una cucharilla. Al final le sonreía y vaciaba el plato echándole todo. Era su pasta preferida. Quien sabe si su padre lo hizo a propósito. Decide no preguntarle. Aquel día el platillo no estaba. Aunque muchas otras cosas no están tampoco. Su padre se limpia educadamente la boca con la servilleta.
‘Viste, mande a hacer la pasta que te gusta. Como quedo?’
‘Buena. Gracias papa. Quedo buenísima.’
No esta mal, de hecho.
‘La única cosa es que debería ser quizás un poco mas condimentada. Puedo tomar otra cerveza?’
El padre llama a la señora.
‘No es por ser fastidioso, pero porque no te inscribes en la universidad?’
‘No lo se. Estoy pensándolo. Y debería decidir la facultad.’
‘Puedes elegir leyes o economía, como tu hermano. Una vez que te gradúes te puedo ayudar a conseguir un puesto.’
Step se imagina vestido como su hermano, en su oficina, con toda esa papelería. Con su secretaria. Esa ultima idea le gusta por un segundo. Después lo piensa mejor. En el fondo puede siempre invitarla a salir y no tener que trabajar.
‘No lo se. No me siento atraído.
‘Porque dices así? En la escuela ibas bien. No deberías tener problemas. En la prueba de aptitud sacaste setenta, lo que esta muy bien.’
Step bebe la cerveza apenas llegada. Hubiera salido mucho mejor, si no fuera por todos esos problemas que tenia. Después de lo que paso nunca mas abrió un libro. Nunca mas estudio.
‘Papa, no es ese el problema. No lo se, ya te lo dije. Quizás después de este verano. Ahora no quiero ni pensador.’
‘Que quieres hacer ahora entonces? Vas a dar vueltas haciendo desorden. Siempre en la calle y regresas tarde. Paolo me lo dijo.’
‘Pero que te dijo Paolo si el no sabe nada!’
‘No, pero lo se yo. Quizás era mejor si hubieses hecho un año militar, que al menos te arreglaba un poco.
‘Si, solo me faltaba el año militar.’
‘Bueno, logre exonerártelo para dejarte estar en la calle, de nuevo cayéndote a golpes, era mejor si ibas.’
‘Pero quien te dice que me caigo a golpes… papa, pero estas terco!’
‘No, estoy asustado. Recuerdas lo que dijo el abogado después del proceso? Su hijo debe estar atento. Después de este momento, cualquier denuncia, alguna otra cosa que sucede, elimina automáticamente la decisión del juez.’
‘Claro que me acuerdo, me lo repetiste al menos veinte veces. Por cierto, has vuelto a ver el abogado?’
‘Lo vi la otra semana. Le pague la ultima parte de su comisión.’
Lo dice con un tono pesado como para subrayar que seguramente fue costosa. En esto es igual a Paolo. Siempre cuentan el dinero. Step decide no hacerle caso.
‘Todavía usa esa corbata extraña?’
‘No, ha logrado conseguir una mas fea todavía.’
El padre sonríe. Es mejor ser el simpático. Con Step ser duro no sirve de nada.
‘Pero en serio, me parece imposible. Con todo el dinero que le hemos dado…’ Step se corrige. ‘Disculpa papa, que le has dado, se podría comprar una bella corbata.’
‘Si es por eso podría cambiar todo el guardarropa.’
La señora se lleva los platos y regresa con el segundo. Es un bistec en sangre. Por suerte no esta atada a ningún recuerdo. Mira a su padre. Esta ahí, doblado en el plato cortando la carne. Tranquilo. No como ese día. Tanto tiempo atrás, ese horrible día.
La misma habitación. El padre camina para arriba y para abajo, veloz, agitado.
‘Como ‘porque si! porque me provoco’? Pero entonces tu eres una bestia, un animal, uno que no razone. Yo tengo por hijo a un violento, un loco, un criminal. Has arruinado a ese muchacho. Te das cuenta? Podrías haberlo matado. O no te das cuenta de esto tampoco?’
Step esta sentado con la miraba baja sin responder. El abocado interviene:
‘Señor Mancini, ahora lo que paso, paso. Es inútil gritarle al muchacho. Yo creo que hay motivos, aun escondidos, ha habido.’
‘Esta bien, abogado. Entonces dígame usted: que debemos hacer?’
‘Para organizarlos para la defensa, para poder responder en el tribunal, debemos descubrirlos.’
Step alza la cabeza. Pero que cosa dice? Que sabe? El abogado mira a Step con comprensión. Después se le acerca.
‘Stefano, algo tuvo que suceder. Un problema pasado. Una discusión. Una frase que este muchacho dijo, alguna cosa que ha hecho… si, que desencadeno tu rabia?’
Step mira el abogado. Tiene un terrible corbata gris con el fondo laminado. Después se gira hacia su madre. Esta allí, sentada en una silla en la esquina del salón. Esta elegante como siempre. Fuma tranquila un cigarrillo. Step baja de nuevo la mirada. El abogado lo mira. Se mantiene un momento a reflexionar en silencio. Después mira a la madre de Step y le sonríe de forma diplomática.
‘Señora, usted sabe si su hijo ha tenido algún problema con este muchacho? Si alguna vez tuvieron una discusión?’
‘No abogado, no creo. No sabia que se conocían.’
‘Señora, Stefano ira al tribunal. Fue denunciado. Habrá un juez, una sentencia. Con las lesiones que el muchacho reporto, será severa. Si nosotros no tenemos nada con que refutar… una prueba, algo, una mínima razón, su hijo terminara en problemas. Problemas serios.’
Step esta con la cabeza baja. Se mira las rodillas. Sus jeans. Después entrecierra los ojos. Oh Dios, mama, porque no hablas? Porque no me ayudas? Yo te quiero tanto. Te pido, no me dejes así. Con las palabras de la mama, Step tiene un sobresalto en el corazón.
‘Lo siento abogado, no tengo nada que decirle. No se nada. Le parece que, si tuviera algo que decir, si pudiera ayudar a mi hijo, no lo haría? Y ahora discúlpeme, debo irme.’ La madre de Step se alza. El abogado la mira salir de la habitación. Después se voltea por la ultima vez a Step.
‘Stefano, estas seguro que no tienes nada que decir?’
Step ni le responde. Sin mirarlo se levanta y va a la ventana. Mira afuera. Aquel ultimo piso enfrente al suyo. Piensa en su madre. En ese momento la odia, tanto como la ha amado. Después cierra los ojos. Una lagrima baja por su cara. No logra pararla y sufre como nunca lo había hecho, por su madre, por lo que no esta haciendo, por lo que hizo.
‘Stefano, toma, quieres el café?’ Step deja de mirar fuera de la ventana y se voltea. De nuevo esa habitación. Ahora. Su padre esta ahí tranquilo, con la taza en mano.
‘Gracias papa.’ Lo bebe veloz. ‘Ahora debo irme. Hablamos la Próxima semana.’
‘Esta bien. Pensaras en lo de la universidad?’
Step en la salida se pone la chaqueta.
‘Lo pensare.’
‘Llama cada tanto a tu madre. Ha dicho que no sabe de ti desde hace tiempo!’
‘Pero papa, no tengo tiempo nunca.’
‘Pero que se necesita, es una llamada.’
‘Esta bien, la llamare.’ Step sale rápido. El padre se queda solo en el salón, se acerca a la ventana y mira afuera. En el ultimo piso en ese edificio frente al suyo, las ventanas están cerradas. Giovanni Ambrosini cambio de casa, de un día para otro, justo como cambiaron sus vidas. Como pudo tener problemas con su hijo?
Step prende el ultimo cigarrillo de Martinelli en el ascensor. Se mira en el espejo. Se marcho. Esos almuerzos lo destruyen. Llega a planta baja. Cuando las puertas de acero se abren, Step que meditaba tiene un susto.
La señora Mentarini, una inquilina del edificio con los cabellos mal cortados y la nariz extraña esta ahí, enfrente de el.
‘Hola Stefano, como estas? Tanto tiempo sin verte.’
Y por suerte. Piensa Step. Un monstruo así, verlo muy seguido hace daño. Después se recuerda de Steven Tyler y de la mujer bestial que entra en su ascensor. A el, en vez, le toca la señora Mentarini. Injusticias del mundo. Se aleja sin despedirse. En el patio bota el cigarrillo. Corre rápido, lanza los pies y tirando las manos al suelo se va hacia adelanto. No hay comparación. El salto mortal lo hace mucho mejor el. También Tyler tiene cincuenta y cinco años y el solo diecinueve. Quien sabe que hará dentro de treinta años. Una cosa es segura: no el agente de finanzas.
Pallina, con un mono Adidas y un suéter azulado igual que el elástico que le aguanta el audífono, corre casi flotando sobre zapatos Nike claros.
‘Entonces, no me vas a preguntar como me fue?’
Babi, con un mono oscuro bajo con la escritura ‘Baila’ y una camiseta rosada como la cola que tiene en los cabellos, mira a la amiga.
‘Como te fue?’
‘No, si me lo preguntas así, entonces no te cuento.’
‘Entonces no me lo cuentes.’
Continúan a correr en silencio, siempre al mismo ritmo.
Después Pallina no puede mas.
‘Esta bien, al ver que te aguantas tanto, igual te lo digo. Me divertí un montón. No sabes donde me llevo.’
‘No, no lo se.’
‘Anda, no seas antipática!’
‘No me agradan ciertas amistades, eso es todo.’
‘Hey, pero salimos una sola vez, que pasa con eso?’
‘Puede ser como quieras, basta que sea la ultima!’
Pallina se queda en silencio. Un chico con el mono impecable las supera. Las mira a las dos. Después, revisa un cronometro que tiene en la mano y aumenta su caminar, desapareciendo después en una callecita.
‘Bueno, entonces me llevo a comer en un lugar buenísimo. Es cerca de la calle Cola di Rienzo, creo que se llama Vía Crescenzio, una transversal de esas. El lugar es la Pirámide.’
Babi no muestra interés particular.
Pallina continua a contar, un poco mas emocionada. ‘La cosa divertidísima es esta: en cada mesa hay un teléfono.’
‘Hasta este punto no me parece muy interesante.’
‘Pero que fastidiosa eres! Este teléfono tiene un número que va del 0 al 20’
‘Y tu como lo sabes?’
‘Esta en el menú.’
‘Ah, porque se come también! Pensaba que te había llevado a una cabina telefónica.’
‘Escucha, si quieres que te cuente cierra esa boca ácida.’
‘Que cosa?’ Babi la mira fingiendo estupor. ‘Acida yo? Pero si soy la mas cortejada de las Falconieri! Viste ese que paso antes como me miraba? Que creías, que tenia los ojos fuera por ti?’
‘Claro!’
‘Pero se dio cuenta que estábamos en grupo y no ataco.’
‘Aquí lo único que ataca es mi sudor, y no me halaga mucho. Nos podemos sentar en ese banquito y hablar normalmente?’
‘Ni hablar. Yo corro. Debo perder al menos dos kilos. Si quieres venir conmigo, bien, sino me pongo el Sony. Tengo el ultimo CD de U2 adentro.’
‘Sony? Desde cuando lo tienes?’
‘Desde ayer!’
Babi se alza el suéter mostrando el walkman mp3 de Sony aguantado en la cintura. Pallina no cree sus ojos.
‘Con CD y radio. Pero donde lo conseguiste? Aquí en Italia no se consigue.’
‘Me lo trajo una tía que regreso ayer de Bangkok.’
‘Fabuloso.’
‘Como ves, pensé en ti.’
Babi muestra a Pallina dos audífonos.
‘Si pensaras en mi de verdad hubieras hecho que te trajeran dos.’
‘Siempre hablas así! Yo le pedí dos. Pero mi tía se quedo sin dinero y agarro uno nada más. Que te importa! Esto tiene dos audífonos y siempre corremos juntas.’
Pallina sonríe a la amiga. ‘Tienes razón.’
Babi la mira seria. ‘Lo se! Pero quieres terminar o no esta historia del teléfono que se come?’
Babi y Pallina se miran, después se echan a reír. Dos chicas pasan al lado. Viéndolas así alegres las saludan divertidas. Su coraje, sin embargo, no fue premiado. Pallina regresa a contar.
‘Entonces, cada teléfono responde a un numero, pero ninguno sabe cual. Es decir, tu presionas un numero de 0 a 20, te responde otra mesa, pero no sabes cual es. Por ejemplo, tu presionas el 18 y te responde uno que quizás esta en la otra habitación. Puedes hablar, contar chistes, describirte inventando ser mucho mas bella que eres, o en mi caso, mucho menos. Esta claro no?’
Babi mira a la amiga alzando la ceja.
Pallina hace como si no le hubiera prestado atención. ‘Si estas sola o con las amigas puedes agarrar citas, dártelas de cretina. Entiendes? Divertido, no?’
Babi sonríe.
‘Si, me parece muy divertido. Es muy gracioso.’ Pallina cambia de expresión.
‘Claro, no cuando te llama un maleducado…’
‘Porque, que sucedió?’
‘Bueno, a cierto punto llega la pasta. Los dos pedimos pasta corta con una salsa divina. No sabes que buenas estaban, calientísimas, de hecho. Teníamos que soplar para enfriarlas y mientras tanto hablaba con Pollo. Suena el teléfono. Pollo va a responder pero yo soy mas rápida que es, agarro el teléfono y digo: Aquí la secretaria del doctor Pollo. Siempre tan simpática yo.’ Pallina hace una mueca. Babi sonríe.
La historia comienza a interesarle.
‘Bueno, continua!’
‘Bueno, este entupido en la otra parte del teléfono no sabes que me dijo.’
‘Que te dijo?’
‘Me dijo: Secretaria del señor Pollo. Que tal si te lo hago a sentir hasta el fondo.’
‘Tierno, muy ingles.’
‘Si, muy entupido. Yo agarro y le cuelgo el teléfono y seguramente me puse roja. Pollo me preguntó que me habían dicho en el teléfono, y no le respondí. Me molestaba. Me daba pena. Entonces sabes que hizo? Me agarro por el brazo y me dio una vuelta por el local. Pensó que cuando el tonto me viera reaccionaria…’
‘Si, esta bien, pero como iba a saber que eras tu la chica que respondió?’
‘Lo sabia, lo sabia…’
‘Porque lo sabría?’
‘Porque era la única chica en el restaurante.’
Babi niega con la cabeza.
‘Bonito lugar donde van a comer. La única chica en ese lugar con maniacos llamando por teléfono para decir cosas estupidas… entonces, que paso después?’
‘Sucede que uno viéndome se echa a reír. Pollo lo agarra, le bate la cara en el plato y le echa la cerveza en la cabeza!’
‘Bien hecho, así aprende a no decir eso!’
‘Quizás la lección no la aprendió tanto.’
‘Porque?’
‘Porque cuando Pollo fue a pagar…’
‘Ah claro… con tu dinero…’
‘Ajaa… un tipo bajo se me acerca y me dice: que haces, te vas? No te ofendiste verdad? Yo estaba bromeando. El entupido era este! El pobrecito del principio no tenia nada que ver…’
‘Se lo dijiste a Pollo?’
‘Bromeas? Así golpeaba a ese también?’
‘No, que se había equivocado! Estos se comportan como jueces. Castigan, golpean y para mas cometen errores. Lo trágico fue que te divertiste.’
Babi ahora esta verdaderamente seria. Pallina se da cuenta. Por un momento corren en silencio, recuperando el aliento. Después Pallina habla de nuevo. Esta vez también esta seria.
‘No se si me divertí. Solo se que tuve una sensación nueva, que nunca había probado antes. Me sentí tranquila y segura. Si, Pollo fue allí, golpeo a ese equivocado, pero me defendió, entiendes, me protegió.’
‘Ah si? Que bello. Pero dime una cosa… quien te protege de el?’
‘Que fastidiosa eres… me proteges tu, no?’
‘Olvidalo. A ese ni a su amigo los quiero ver, absolutamente.’
‘Entonces no nos veremos tampoco nosotras.’
‘Y porque no?’
‘Porque somos pareja.’
Babi se para de golpe.
‘No, esto no me lo puedes hacer!’ Pallina continua a correr. Sin voltearse hace señal a la amiga de seguirla.
‘Dale, dale, fuerza, corre, no seas así. Se que estas feliz. Quizás muy muy en el fondo, pero eres feliz.’
Babi vuelve a correr. Alarga mas el paso alcanzándola.
‘Pallina, te ruego, dime que es una broma.’
‘Para nada, me gusta un montón.’
‘Como te puede gustar un montón?’
‘No lo se, me gusta y basta.’
‘Pero te robo el dinero.’
‘Me lo restituyo, me ofreció la comida.’
‘Pero que dices, es como si lo pagaras tu!’
‘Mejor, así ando con el porque quiero y no porque debo. Como siempre, cuando sales con un chico y te ofrece pizza y todo eso, después te parece casi una obligación besarlo. Esta fue una libertad elegida!’
Babi se queda callada por un momento, después se acuerda de otra cosa.
‘Le dijiste a Dema?’
‘No se lo he dicho.’
‘Se lo debes decir!’
‘Debo, debo. Se lo diré cuando quiera…’
‘No, dile rápido. Si lo sabe de alguien mas estará muy mal. Esta enamorado de ti.’
‘Tu todavía con esta historia. No es cierto.’
‘Es muy cierto, y lo sabes. Así que cuando regreses a casa lo llamas y le dices.’
‘Si quiero lo llamo, sino no.’
‘Sabes que te digo, estoy feliz que mi tía me trajo solo un Sony, no te lo mereces.’ Babi comienza a correr más rápido. Pallina rechina los dientes y decide no terminar la discusión. ‘Bueno, si quiero, el Sony me lo puede regalar Pollo.’
‘Ah claro, me lo quita a mi.’
Pallina se ríe. Babi se la da de molesta un poco mas. Pallina le da un pequeño empujón.
‘Anda, no peleemos. Se que eres una amiga. Hoy te sacrificaste para salvarme de la interrogación. Como tomo tu mama la historia de la nota?’
‘Mejor que como yo tome la de Pollo!’
‘La ves muy trágica?’
‘Dramatica.’
‘Escucha, tu no lo conoces bien. Es uno lleno de problemas. No tiene dinero, su papa lo trata mal. Y es muy simpático, conmigo es tierno, en serio.’
‘No te importa que no lo sea con los demás?’
‘Quizás mejorara.’
Babi piensa que todo es inútil. Cuando Pallina se mete una cosa en la cabeza, esa es.
‘Esta bien, basta. Ya veremos.’
‘Aja, así me gustas.’ Pallina sonríe. ‘Te prometo que cuando regrese a casa llamo a Dema.’
Bueno, al menos Babi consiguió algo.
Babi y Pallina continúan corriendo, en silencio, para recuperar el aliento un poco. Pasan por el parque donde se hace gimnástica. Los niños suben y bajan, gritando. Madres preocupadas lo siguen de cerca listas para socorrerlos en aquel lanzamiento Kamikaze. Un bello muchacho alto y rubio y una chica un poco mas baja tratan de hacer ejercicios en las barras. Babi y Pallina corriendo le pasan cerca corriendo. El chico mirándolas deja de hacer ejercicio.
‘Babi!’
Babi se para. Es marco. Hace mas de ocho meses que no se ven. Pallina también se para. Babi se vuelve roja. Esta apenada. Pero el corazón extrañamente no le comienza a latir veloz como normalmente. Marco la besa en el cachete. ‘Como estas?’
Babi logro conseguir el control.
‘Bien y tu?’
‘Buenisimo. Te presento a Giorgia.’ Marco la indica la chica. Babi le da la mano y raramente no se olvida rápido de su nombre como pasa siempre cuando te presentan a alguien. Pallina también la saluda, pero se ve claro que quisiera evitar ese encuentro. Marco comienza a hablar. Lo mismo de siempre. Frases ya escuchadas. Te he llamado. No supe nada mas de ti. Vi a una amiga tuya o un amigo. Que estas haciendo? Ah, claro tienes la prueba de aptitud. Te aconsejo, saca 100 y honores. Tratando de ser simpático. Babi no escucha casi. Recuerda todos los momentos pasados con el, el amor que probo, la desilusión, las lagrimas. Que sufrimiento. Por uno así. Lo mira mejor. Engordo. Tiene los cabellos sucios. Le parecen menos. Que mirada muerta. Parece privada de vida. Como pudo gustarle tanto? Una mirada a la chica. No merece siquiera ser tomada en consideración. Terrible, la indiferencia. Se saludan así. Después de haber hablado por cinco minutos y no haberse dicho nada. Aquel mágico puente se perdió. Babi comienza a correr. Se pregunta donde termino todo el amor que existía. Como puede no sentirlo mas? Parecía entonces tan grande. Se mete el audífono del Sony. Los U2 cantan su nuevo sencillo. Babi alza el volumen. Mira a Pallina. Ella le sonríe con afecto. Su mechón baila en el viento. Le pasa un audífono. Se lo merece. En el fondo, Babi no lo sabe, pero fue ella quien la salvo.
El año antes.
‘Babi, Babi!’ Daniela toca la puerta del baño gritando. Pero Babi no la escucha. Esta bajo la ducha y como si no bastara la radio cercana suena a todo volumen una canción del año precedente de los U2. A la final Babi escucha algo. Como un golpe fuerte que no va al tiempo del ritmo del baterista. Cierra el agua, después todavía goteando, estira el brazo bajando el volumen.
‘Que pasa?’
Daniela desde afuera suspira.
‘Finalmente, llevo una hora tocando. Pallina al teléfono.’
‘Dile que estoy bajo la ducha, la llamo yo en cinco minutos.’
‘Dijo que es urgente!’
Babi suspira.
‘Esta bien! Dani, me traes el teléfono?’
‘Listo!.’ Babi abre la puerta. Daniela esta allí con el inalámbrico en mano.
‘No hables mucho, espero una llamada de Giulia.’
Babi se seca la oreja antes de apoyarla en el teléfono.
‘Que es tan urgente?’
‘Nada, te quería saludar! Que haces?’
‘Estaba bañándome. No se como, pero siempre me llamas cuando estoy bajo el agua.’
‘No vas a salir con Marco?’
‘No, esta noche iba a casa de un amigo suyo a repasar. Tiene un examen en dos días. Biología.’
Pallina se queda un segundo en silencio. Decide no decir nada.
‘Buenisimo, te paso buscando en diez minutos.’
Babi agarra una toalla pequeña y se seca los cabellos.
‘No puedo.’
‘Anda ven, comemos una pizza.’
‘Y si me llama Marco? El apago su teléfono, debe estudiar… el!’
‘Dile a Dani que llame mas tarde, quizás te encuentra en tu teléfono. Anda, regresamos rápido!’
Babi trata de replicar. Pero todas sus excusas – cansancio, tareas no terminadas y un increíble deseo de quedarse en casa con pijamas enfrente de la televisión – son inútiles. Poco después esta sentada en la Vespa detrás de Pallina que maneja despreocupada en el trafico de las nueve.
Babi tiene los cabellos aun mojados, un suéter azul con el escrito California y la actitud molesta.
‘Haras que me pase algo.’
‘Pero si hace calor esta noche!’
‘Hablaba de tu forma de manejar!’
Pallina sigue y agarra a la derecha en el Puente Milvio.
Babi se acerca a la cara de Pallina para que la escuche.
‘Que calle estas tomando?’
‘Porque?’
‘No vamos a Baffetto?’
‘No.’
‘Que paso?’
‘Cada tanto hay que cambiar. Babi, eres una metódica. Siempre vas a Baffetto, siempre sacas ocho en latín, siempre todo igual! A propósito, con quien estas ahora?’
‘Como que con quien? Con Marco no?’
Babi mira sorprendida a la amiga. No sabe porque, pero esta segura que a ella no le cae bien Marco.
‘Ves Babi, hasta ahí eres fastidiosa. Debes cambiar.’
‘Bromeas? Estoy ilusionada.’
‘No exageres…’
‘No, Pallina, en serio. Lo quiero muchísimo!’
‘Como te puede gustar tanto si apenas tienen cinco meses?’
‘Lo se, pero estoy enamorada, quizás es porque mi primer historia importante.’
Pallina sube las calles con rabia. Si, tu primera historia importante y es con ese gusano, piensa Pallina. Después mete tercera y va hacia Plaza Mazzini. Después va a segunda y dobla a la derecha. Babi le aprieta la cintura mientras a toda velocidad van por la tercera transversal, la calle Nueva Florentina. Fabio, el hijo del propietario, esta en la puerta. Cuando las ve, las saluda yendo a su encuentro. Es muy apegado a ellas dos. En realidad le atrae Babi, aunque siempre lo ha escondido. Fabio las acomoda en la fila de las mesas a la derecha, apenas entrando, cerca de la caja. De ahí se puede ver todo el local. Un camarero les lleva rápido dos menú para comer. Pero Pallina ya sabe que agarrar.
‘Aquí hacen un calzone fabuloso! Esta todo: queso con el huevo, mozzarella, y pedazos de jamón. Una cosa increíble!’
Babi revisa en el menú si hay algo con menos grasa para su dieta. Pero Pallina la convence.
‘Entonces dos calzones y dos cervezas claras medianas.’
Babi mira preocupada a la amiga.
‘También la cerveza? Quieres hacerme engordar.’
‘Entiende, por una vez! Esta noche debemos celebrar!’
‘Que cosa?’
‘Bueno, hace tiempo que no salíamos solas.’
Babi piensa que es cierto. Últimamente las pocas veces que ha salido siempre ha sido con Marco. Le gusta estar ahí en ese momento, con su amiga. Pallina esta revisando los bolsillos de su chaqueta. Al final saca un gancho con corazones de piedra dura de colores, se recoge el cabello y los aguanta con el gancho.
Su bella cara redonda aparece en toda su claridad. Babi le sonríe.
‘Esta bello ese gancho. Te queda muy bien.’
‘Te gusta? Lo compre en la Plaza Carli de Bruscoli.’
‘Te molesta si compro uno también? Quizás un poco diferente. Tenia uno parecido pero se me perdió.’
‘Bromeas, estoy habituada a ser copiada. Soy una chica que marca tendencia. Sabes que cuando voy a los negocios me dan la ropa gratis? Basta que me la ponga. Desde mañana lo decido, me pediré que me den un sueldo!’
Ríen. En ese momento llegan las cervezas. Babi las mira. Son enormes.
‘Esta es la mediana? Y si fuera la grande?’
Pallina sube el vaso.
‘Anda, no inventes cosas.’ Lo choca con fuerza contra el de Babi. Un poco de cerveza cae afuera salpicando en el mantel.
‘Por nuestra libertad.’
Babi la corrige: ‘Momentáneamente…’
Pallina le da una pequeña sonrisa como para decir: concedido. Después beben las dos. Babi es la primera a ceder. Al llegar a un cuarto del vaso, para de beber. Pallina continúa bebiendo tomándose poco más de media cerveza.