Home Random Page


CATEGORIES:

BiologyChemistryConstructionCultureEcologyEconomyElectronicsFinanceGeographyHistoryInformaticsLawMathematicsMechanicsMedicineOtherPedagogyPhilosophyPhysicsPolicyPsychologySociologySportTourism






Del diario de Mina Murray

18 de agosto. Hoy estoy muy contenta, y escribo sentada en el asiento del cementerio de la iglesia. Lucy está mucho mejor. Anoche durmió bien toda la noche, y no me molestó ni una vez. Parece que ya las rosas regresan a sus mejillas, aunque todavía está tristemente pálida y descolorida. Yo entendería su situación si estuviera anémica, pero no es el caso. Está de muy buen humor, y llena de vida y alegría. Toda aquella mórbida reticencia parece haberla abandonado, y hace justamente un momento me recordó, como si yo necesitara que me la recordaran, aquella noche, y lo que sucedió aquí, en este mismo asiento, donde la encontré dormida. Al tiempo que me hablaba taconeaba juguetonamente con el tacón de su bota sobre la lápida, y dijo:

—¡Mis pobres pies no hacían mucho ruido entonces! Me atrevo a decir que el pobre señor Swales me habría dicho que era porque yo no quería despertar a Geordie.

Como estaba tan comunicativa, le pregunté si había tenido algún sueño esa noche. Antes de responderme, esa su mirada tan dulce y traviesa asomó a su cara, la cual dice Arthur (lo llamo Arthur por costumbre de ella) que ama; y, de hecho, no me extraña que así sea. Entonces, continuó de una manera ensoñadora, como si estuviera tratando de recordar lo sucedido.

—No soñé propiamente, pero todo parecía ser muy real. Sólo quería estar aquí en este lugar, sin saber por qué, pues tenía miedo de algo, no sé de qué. Aunque supongo que estaba dormida, recuerdo haber pasado por las calles y sobre el puente. Al tiempo que pasaba saltó un pez, yo me incliné para verlo y escuché muchos perros aullando; tantos, que todo el pueblo parecía estar lleno de perros que aullaban al mismo tiempo, mientras yo subía las gradas. Luego tuve una vaga sensación de algo largo y oscuro con ojos rojos, semejante a lo que vimos en aquella puesta de sol, y de pronto me rodeó algo muy dulce y muy amargo a la vez; entonces me pareció que me hundía en agua verde y profunda, y escuché un zumbido tal como he oído decir que sienten los que se están ahogando; y luego todo pareció evaporarse y alejarse de mí; mi alma pareció salir de mi cuerpo y flotar en el aire. Me parece recordar que en una ocasión el faro del oeste estaba justamente debajo de mí, y luego hubo una especie de dolor, como si me encontrara en un terremoto, y volviera a mí, y descubrí que me estabas sacudiendo. Te vi haciéndolo antes de que te pudiera sentir.

Entonces comenzó a reírse. A mí me pareció todo aquello pavoroso, y escuché sin aliento. Aquello era sospechoso, y pensé que sería mejor que su mente no se detuviera más en el tema, por lo que nos pusimos a hablar de otras cosas, y Lucy estaba como en sus buenos tiempos. Cuando regresamos a casa, la fresca brisa la había vigorizado, y sus pálidas mejillas estaban realmente más sonrosadas. Su madre se regocijó al verla así, y todas pasamos muy contentas una velada juntas.

 

19 de agosto. ¡Alegría, alegría, alegría! Aunque no todo es alegría. Finalmente noticias de Jonathan. El pobrecito ha estado enfermo, y por eso no había escrito. Ya no tengo miedo de pensarlo o decirlo, ahora que lo sé. El señor Hawkins me entregó la carta, y me escribió él mismo. ¡Oh! ¡Qué amable! Voy a salir mañana por la mañana e iré donde Jonathan, para cuidarlo si es necesario y traerlo a casa. El señor Hawkins dice que no estaría mal si nos pudiéramos casar allá. He llorado sobre la carta de la buena hermana, al grado que puedo sentirla húmeda contra mi pecho, donde la guardo. Es sobre Jonathan, y debe estar cerca de mi corazón, ya que él está en mi corazón. He proyectado y previsto mi viaje, y mi equipaje está preparado. Sólo me llevaré una muda de ropa; Lucy se llevará mi baúl a Londres y lo guardará hasta que yo envíe por él, pues puede ser que... Ya no debo escribir. Debo guardármelo todo para decírselo a Jonathan, mi marido. La carta que él ha visto y tocado debe confortarme hasta que nos encontremos.




Date: 2016-01-03; view: 543


<== previous page | next page ==>
VIII.— DEL DIARIO DE MINA MURRAY | Carta del doctor Seward a Arthur Holmwood
doclecture.net - lectures - 2014-2024 year. Copyright infringement or personal data (0.007 sec.)