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TRES METROS SOBRE EL CIELO 23 page

Babi se pone ligeramente roja. En eso no ha cambiado. Mientras va a saludar se da cuenta ella también. Quizás, en esto, nunca cambiaria. Alfredo trata de sacarle conversación.

‘Hace calor aquí adentro.’

‘Si.’ Dice Babi sonriendo.

La madre los deja solos.

‘Quieres ir a ver la muestra de los pesebres en la plaza del Popolo?’

‘Si, espera que me ponga algo. Aquí hace calor, pero afuera debe ser frío…’

Se sonríen. El le aprieta la mano. Ella lo mira cómplice. Después va hacia allá. Que extraño, viven desde hace tantos años en ese mismo complejo y no se habían conocido antes.

‘Sabes, yo he estudiado mucho este tiempo, preparando mi tesis, y bueno terminamos mi novia y yo.’

‘Yo también.’

‘También estas preparando la tesis?’ le sonríe el.

‘No, termine con mi novio.’

En realidad Step todavía no lo sabia, pero ella lo había decidido. Una decisión difícil, llena de peleas, de discusiones, de problemas con sus padres y, en el fondo, porque no?, también de Alfredo.

Babi se mete la chaqueta. Atraviesa el corredor. Justo en ese momento suena el teléfono. Babi se queda un momento viéndolo. Un timbre, dos. Raffaella va a responder.

‘Si?’

Babi se queda cerca, la mira curiosa, preocupada, preguntándole con la mirada si es para ella. Raffaella niega dulcemente con la cabeza, cobre el teléfono con la mano.

‘Es para mi… anda. Anda…’

Babi se despide tranquila, palabras frágiles como su beso.

‘Yo regreso mas tarde.’

Raffaella la mira salir, con una sonrisa cambia el saludo educado de Alfredo. La puerta se cierra.

‘Alo? No, lo siento, Babi salio. No, no se cuando regresa.’

Babi cuelga el teléfono. Se pregunta si salio de verdad. Si le habría dicho. Solo en ese sofá, recordando, cerca de un teléfono mudo, sin esperanza. Días felices pasados, sonrisas, días de amor y de sol. Lentamente la imagina mas cercana a el, entre sus brazos, justo en ese sofá, así como esta.

Ilusiones de un momento, violentos segundos de pasión. Después se siente aun mas solo, vaciado también de orgullo. Mas tarde, caminando entre la gente, mira carros de parejas felices, en el trafico festivo, con los asientos llenos de cosas. Sonríe. Es difícil manejar cuando ella se abraza a ti, cuando quieres meter por fuerza las velocidades y no es capaz, cuando tienes una sola mano para girar el volante y, al mismo tiempo, para amar.

Continua a caminar entre falsos Santa Claus y olores de castañas asadas, entre policías pitando y gente con paquetes, buscando sus cabellos, su perfume, la confunde con otra que camina veloz y esta obligado a calmar a su corazón desilusionado.

En Vigna Stelluti, un día lleno de risas. Step la carga como a una niña, besándola frente a los ojos de todos, admirados por esa diversidad. Después entra en Euclide, la apoya delicadamente en la barra y la gente mirándola lo escucha ordenar: ‘Un pastel de crema para mi pequeña.’ Poco después de nuevo afuera, en la calle, ella en los brazos de el, entre la gente normal, diferente. Una pareja los mira. La chica sonríe a si misma deseando a alguien así, exagerado y loco. Después piensa en su débil novio, en la dieta que no ha iniciado, que comenzara el lunes.



Los padres de Babi, viéndola en los brazos de Step, le corren a su encuentro preocupados.

‘Que te paso? Te caíste de la moto? Te lastimaste?’

‘No mama, estoy muy bien.’ Así la ven alejarse, preguntándose un porque. Personas que siempre buscan razones, ese día regresan a casa con las manos vacías.

Alguno le tropieza, ni se da cuenta que es una bella chica. Donde sea ve recuerdos. Las camisas iguales que se compraron, el un extralargo, ella una tierna mediana.

Verano. El concurso de la miss en el Argentario. Babi ha participado por bromear, el ha tomado muy en serio un comentario sincero de uno. ‘Oh, mira a ella, que culo mas espectacular.’ Y rápido inicio una riña.

Sonríe. Fue botado de la discoteca, no pudo verla ganar. Cuantas veces hizo el amor con Miss Argentarios. De noche en Villa Glori, debajo de la cruz a los caídos, sobre ese banco escondido detrás de un arbusto, sobre la ciudad. Sus suspiros besados por la luna. En el carro, esa vez que la policía ha interrumpido sus besos furtivos y ella molestada ha dado sus documentos. Step se despidió de los policías, una vez que estaban lejos, con un divertido ‘Envidiosos!’.

Recuerda esa red llena de huecos. Ayudarla a subir de noche, abrazarla cerca, amarse miedosos sobre ese banco, entre rugidos de bestias feroces y gritos de pájaros escondidos. Ellos, tan libres en ese zoológico lleno de prisioneros.

Se dice que cuando mueres ves en un segundo pasar frente a ti los momentos mas significativos de tu vida. Ahora Step trata de alejar todos esos recuerdos, esos pensamientos, ese dulce sufrimiento. Pero de repente entiende. Es todo inútil. Todo termino.

Continúa a caminar por un poco. Se encuentra casi por casualidad en la moto. Decide ir a casa de Schello. Sus amigos están todos ahí para festejar la navidad.

Sus amigos. Cuando la puerta se abre tiene una extraña sensación.

‘Hey! Hola Step! Hace una vida que no te veía. Feliz navidad. Estamos jugando cartas. Quieres jugar?’

‘No, prefiero ver. Tienes cerveza?’

El Siciliano le pasa una ya abierta.

Se sonríen. Ya se volvió agua. Toma un trago. Después se sienta en un escalón. La televisión esta prendida. En un programa navideño, los concursantes con ropas coloridas juegan a un estupido juego. Un presentador aun mas estupido se tarda mucho explicando lo que sucederá. Pierde interés. De un stereo escondido en alguna parte llega la música. La cerveza esta fría y lo calienta rápido. Sus amigos están todos vestidos bien, o esos tratan. Chaquetas azules un poco largas sobre un par de jeans.

Esta es su elegancia. Alguno usa un traje, otro un par de pantalones un poco estrechos. De repente recuerda el funeral de Pollo. Estaban todos ellos y muchos mas. Vestidos mejor, con un aire más serio. Ahora ríen, bromean, se lanzan cosas y cartas, comiendo gruesos pedazos de dulces. Aquel día todos tenían lágrimas en los ojos. Un adiós a un amigo verdadero, un adiós sincero, conmovido, del lo mas profundo del corazón. Los recuerda en esa iglesia, con los músculos sufriendo, en camisas muy estrechas, con caras serias, siguiendo lo que predicaba el padre, saliendo en silencio. En el fondo, chicas escapadas de la escuela llorando.

Amigas de Pallina, compañeras de veladas, de salidas nocturnas, de cervezas en el bar. Ese día todos sufrieron de verdad. Cada lágrima fue sincera. Escondidas detrás de Ray-Ban, Web, lentes normales u oscuros Persol, sus miradas se volvieron lucidas mirando ese ‘Adios Pollo’ hecho de crisantemas rosadas. Firmado ‘Los amigos.’ Dios como me hace falta. Su mirada se vuelve lucida por un momento. Encuentra una sonrisa. Es Madda. Esta en una esquina abrazada con un tipo que Step ha visto a seguido en el gimnasio.

Le sonríe después mira a otro lugar.

Step bebe otro poco de cerveza. Le hace mucha falta Pollo.

Aquella vez frente al Gilda cuando estaban pretendiendo ser los valet, consiguieron un Ferrari con teléfono. Dieron vueltas toda la noche, llamando a todos, a amigos en America, a mujeres apenas conocidas, insultando a padres todavía somnolientos. Y Aquella ve cuando fueron a regresarle el perro a la Giacci. Y Pollo que no quería devolverlo.

‘Pero me acerque mucho a Arnold. Este perro es genial. Porque se lo debo dar a esa vieja mala? Estoy seguro que, si pudiese elegir, Arnold se quedaría conmigo. Coño, no se había divertido tanto así en su vida, lo hacia cavar todos los días, dormir conmigo, come fabuloso, que mas puede querer?’

‘Si, pero nunca lo enseñaste a regresar las cosas…’

‘Me bastaba otra semana y lo lograba, estoy seguro.’

Step ríe, después llamaron por el intercomunicador a la Giacci. Le dejaron el perro amarrado al portón con la correa en el cuello. Se escondieron cerca, detrás de un carro. Vieron a la Giacci bajar corriendo por el portón, liberar el perro y abrazarlos. Se pone a llorar apretándolo contra el pecho. Después, lo increíble.

La Giacci le quita le quita al perro la corra y lo lanza lejos. Arnold salta al suelo, corre veloz, ladrando como un loco. Poco después regresa con la Giacci con la cuerda en la boca, meneando la cola, orgulloso de su labor perfecta. Pollo no aguanta mas. Salta fuera del carro gritando de alegría: ‘Lo sabia! Coño lo sabia! Lo lograría!’

Pollo quiere tener de nuevo a Arnold. La Giacci grita como una loca corriendo hacia ellos, el perro continua a mirar sus dos extraños dueños. Step carga al amigo a la moto, halándolo por un brazo. Y después corren, huyendo veloces, gritando como miles otras veces. De día, se noche sin pensar, gritando hasta perder el aliento, dueños de todo, dueños de la vida. Y esta consideración le hace aun mas daño. Se sentían inmortales, y no lo eran.

‘Como estas?’

Step se voltea. Es Madda. Su sonrisa escondida por el borde de un vaso lleno de burbujas vacías, sus cabellos eléctricos como su mirada.

‘Quieres?’ Step alza su cerveza.

‘Ah.’ Madda esta desilusionada pero trata de esconderlo. ‘Que haces esta noche? Donde cenas?’ Se le acerca mas.

‘Todavía no se, no he decidido.’

‘Porque no te quedas aquí? Estamos todos juntos. Como en los viejos tiempos, anda!’

Step la mira por un momento. Cuantas noches, cuanta pasión. Las carreras junto a ella, su jardín, la ventana, su cuerpo calido, fresco, las canciones de Eros. Esa mirada provocativa, lo mismo que ese momento. Step la mira por otro segundo. Ve un chico en el fondo que lo mira curioso, molesto, preguntándose si debería intervenir. Ve una chica aun mas lejano, en cualquier parte, en esa ciudad, en un carro, en una fiesta, cerca de algún otro. Se pregunta como es posible. Quizás todo esta aquí en mi corazón. Step pasa las manos por el cabello de Madda. Niega con la cabeza sonriéndole.

Ella alza los hombros.

‘Que malo.’

Madda regresa con el tipo de la mirada dura. Cuando se voltea, Step no esta mas. Sobre el escalón esta solo la lata de cerveza vacía. El sonido del stereo cubre la puerta que se cierra. Fuera ahora hace frío. Step cierra bien la chaqueta de piel. Se sube el cuello de la chaqueta para cubrirse. Después casi si quererlo prende la moto. Cuando la apaga esta debajo del complejo de Babi. Se queda ahí sentado sobre la Honda, mirando a la gente que pasa, rápida, llena de regalos. Un chico y una chico agarrados de la mano fingen interés por algo detrás de una vitrina. Sus regales están seguramente en casa, ya envueltos. Ríen seguros de haber elegido bien y se van dejándole el puesto a una madre con su hija, misma nariz pero diferente edad. Fiore sale de la caseta, da algunos pases frente al portón y saluda a Step con la mano. Después sin decir nada regresar al calor. Step se pregunta si sabrá. Que tonto. Los porteros saben siempre todo. La habrá visto de seguro. Conocerá por persona eso que yo supe por teléfono.

‘Alo?’

‘Hola.’

Se queda un momento en silencio, sin saber que decir, dejando libre su corazón desenfrenado. Desde hace dos meses que no late así. Después la pregunta mas predecible: ‘Como estas?’

Después miles otras, llenas de entusiasmo. Lentamente perderlo todo, en sus palabras inútiles, llenas de noticias citadinas, de novedades viejas de interés, al menos para el. Porque ha llamado? Escucha su inútil hablar haciéndose cada momento esa pregunta. Porque ha llamado? Después repentinamente lo sabe.

‘Step… esto saliendo con otro.’

Se queda en silencio, golpeando como nunca lo ha sido en su vida, mas de mil puños, heridas, caídas, cabezazos en la cara, mordidas, de mechones de cabellos suelos. Entonces haciendo fuerzas busca su voz, la consigue ahí, en el fondo del corazón y la obliga a venir fuera, a controlarse.

‘Espero que seas feliz.’

Después nada mas, el silencio. El teléfono mudo. No puede ser. Es una pesadilla. Quiere correr atrás en el tiempo, y allí, poco antes de haberlo sabido, detenerse, sin tener que vivir, sin tener que seguir adelante. En un mágico, terrible equilibrio. Solo en la cama, prisionero de su mente, de hipótesis, de ideas vagas sin sentido. Caras de personas vistas, de posibles amantes aparecen y se mezclan entre ellos combinando narices, ojos, bocas, cuerpos. Se imagina ella entre los brazos de algún otro. Su cara, cerca de aquella de uno imaginario pero en realidad bien existente. Entonces la ve sonreír. Cual habrá sido su primer acercamiento, su primer beso. La imagina en casa preparándose nerviosa antes de salir, probándose ropas, combinando colores, llena de entusiasmo, de novedad. Siente el corazón de ella batir mas feliz con el sonido del intercomunicador. La ve salir del portón bella, como ha estado tantas veces para el, mas bella aun porque ahora no lo es mas. La ve subir en un carro seguramente rico, saludar a alguien divertida con un beso en la mejilla y alejarse con el, charlando. Frescos y felices, llenos de cosas fáciles de decirse, saboreando el perfume del otro y fantasías comunes. Y después una cena de miradas y atenciones, de sonrisas, educación, una cena mas bien escena. Mas tarde la ve pasear por cualquier parte de la ciudad, lejos de el, de su vida, de miles recuerdos. La ve arreglarse sus cabellos como siempre ha hecho pero ahora por otro, mira que le sonríe y lentamente sus labios se acercan. Ahora como nunca sufre. Después se pregunta. Porque si hay un Dios, lo permitió? Porque no la detuvo? Porque en ese momento no le hizo ver algo de mi, algo esplendido, el recuerdo mas bello? Alguna cosa que no pudiese darle vida a un futuro diferente, muy tarde, a ese beso ahora vivo.

Step siente un escalofrío por todo el cuerpo, tiembla ligeramente. Después baja de la moto y se pone a pasear. Alguna cosa de un negocio le gusta. Entra a comprarla. Cuando sale, siente que muere. Un carro Thema pasa veloz frente a el. Pero no tan veloz como para que sus miradas no se crucen. En ese segundo se dicen de todo, sufren mucho, esta vez de nuevo juntos. Babi esta ahí, detrás de esa ventanilla eléctrica. Se siguen un poco mas con sus viejos recuerdos, con una nueva tristeza. Después ella desaparece dentro del complejo. Porque? Donde terminaron todas esas tardes, esas noches clandestinas cuando sus padres no estaban. Y ahora cerca de ella esta ese. Quien diablos es? Que entra en su vida? En nuestra vida? Porque? Se monta en su moto. Lo esperaría. Después le viene a la mente todo eso que siempre le ha dicho Babi.

‘Yo odio a los violentos, si sigues haciendo así como te parece no estaremos mas juntos, te lo juro.’

‘Esta bien, cambiare.’ Afirmo el.

Pero ahora? Ahora son las cosas que cambiaron. No están juntos. No tiene que esconderse ahora. No debe ser otro. Puede ser si mismo, como y cuando quiera. Esta libre ahora. Violento y solo. De nuevo. El Thema se para frente a la barra. Espera que lentamente se alce y sale por el portón. Step prende la moto y mete primera. Baja veloz de la acera y sigue al carro. El tipo ahora esta solo y maneja veloz. Step acelera. En el stop tiene q pararse. Debajo de vía Jacini hay trafico, carros en fila. Como siempre. El Thema se para. Step sonríe, se acerca al carro. Hace por bajarse de la moto pero en ese momento entiende. Que serviría golpear su cara, ver su sangre, sentir sus gritos? Que serviría caerlo a patadas, dañarle el carro, romperle las ventanas contra su cabeza? Le regresaría nuevos días felices con ella, sus ojos enamorados, su entusiasmo? Solo lograría hacerlo dormir satisfecho esa noche. Quizás ni siquiera eso… ya le parece escuchar sus palabras.

‘Viste? No me equivoque sobre ti, eres un violento! Nunca cambiaras!’

Entonces, sin mirar al carro acelera. Le pasa al lado tranquilo, libre, sobre su moto, ágil en el trafico de esos días de fiesta. Solo, sin curiosidad, sin rabia.

Continua acelerando sintiendo el frío viento sobre la cara, el aire de la noche meterse en su chaqueta.

Ves Babi, no es cierto lo que piensas. He cambiado. Y de paso, en navidad todos son mas buenos.

 

Step entra en la casa y atraviesa la sala pero repentinamente se detiene. Del cuarto de al lado vienen sonidos, un alegre cantar. Abre la puerta de la cocina. Paolo esta ahí, de pie cerca de las hornillas y esta moviendo unas ollas.

‘Hey, menos mal, pensé que no regresarías mas! Estas listo para esta cena fabulosa?’

Step se sienta en la mesa. No tiene ganas de bromear pero esta feliz. Su hermano se olvido de la cuestión de la noche anterior.

‘Porque estas aquí? No debías ir a comer con Manuela?’

‘No, prefiero estar aquí con mi hermano. Hagamos un pacto, por cierto. Aun si la cena da asco, tu deja quietos mis lentes…’ Paolo saca afuera del bolsillo de la chaqueta un par de lentes nuevos. ‘No te digo cuanto pague porque vas a decir que siempre pienso en dinero. Aunque es cierto, en navidad los comerciantes se aprovechan!’

Paolo pone sobre la mesa cerca de Step una enorme ensalada con lechuga, queso y pedazos de hongos claros.

‘Y voila! Cocina francesa!’

Step nota que se puso un delantal normal claro.

Ese de flores que le regalo Babi esta pegado cerca del lavamanos. Se pregunta si el hermano pensó en usarlo.

‘Aparte de los chistes, como es que no estas donde Manuela?’

‘Pero que es esta noche, un interrogatorio? Es navidad, debemos ser felices, hablemos de otra cosa. Es una fea historia.’

‘Lo lamento.’ Step agarra un pedazo de queso grana y se lo mete en la boca.

‘Si, gracias. Trata de no terminarte la ensalada solo, eh? Escucha, porque no vas allá y comienzas a preparar la mesa? El mantel esta ahí debajo.’

Step agarra el primero que ve.

‘No, agarra aquella roja. Esta mas limpia y es navidad. Por cierto, llamaron papa y mama… querían decirte feliz navidad. Porque no los llamas?’

‘He probado… sale ocupado.’ Step va a la sala.

‘Porque no tratas ahora?’

Step decide no responderle.

‘Haz como quieras… yo te avise.’ Paolo se queda un dedo por revisar si la pasta estaba lista. El decide no insistir.

Mas tarde, están sentados uno frente al otro. Un pequeño árbol de navidad brilla cerca. La televisión esta prendida pero sin volumen, presentadores navideños hablan de la música alegre del stereo.

‘Caramba, Paolo, esta buenísima esta pasta. En serio.’

‘Necesita un poco mas de sal.’

‘No, según yo esta bien así.’ En un momento regresa prisionero de los recuerdos. Babi echaba un poco mas de sal siempre en todo. El le echaba broma porque lo hacia siempre, con cada plato, aun antes de probarlo.

‘Pero pruébalo no, puede ser que ya este saladísimo.’

‘No, no entiendes, a mi me gusta echarle sal…’ Dulce testaruda. No, no entiende. No puede entender. Como paso? Como no puede ser mas? Como esta con otro? Recuerda ese carro que maneja seguro. Los imagina estando ahí, abrazados.

De una cosa estoy seguro. No podrá amarla como la amaba yo, no podrá adorarla de ese modo, no sabrá darse cuenta de todos sus dulces movimientos, de esos pequeños de su cara. Es como si solo a el le hubiesen concedido ver, conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos. Ningún hombre nunca podrá ver eso que he visto yo. El mucho menos que todos. El tan real, crudo, inútil, material. Lo imagina así, incapaz de amarla, deseoso solo de su cuerpo, incapaz de verla verdaderamente, de entenderla, de respetarla. El no se divertida con esos dulces caprichos. El no amara también su pequeña mano, sus uñas comidas, sus pies ligeramente rellenos, esas pequeñas cosas escondidas, no podrá tanto. Quizás si lo vera, que terrible sufrimiento, pero no será capaz de amarlo. No de esa forma. La tristeza se apodera de sus ojos. Paolo lo mira preocupado.

‘Da asco verdad? Si no quieres mas, déjala. Hay mas comida.’

Step alza la cara hacia el hermano, mueve la cabeza tratando de sonreír.

‘No Pa’, esta buena, en serio.’

‘Quieres hablar?’

‘No, es una fea historia.’

‘Peor que la mía?’ Step asiente. Se sonríen. Una mirada fraternal en el verdadero sentido de la palabra, quizás sea la primera vez. Después de repente, el timbre de la puerta. Un sonido largo y decidido rompe el aire, llevando consigo alegría y esperanza. Step corre hacia la puerta, la abre.

‘Hola Step.’

‘Ah, Hola Pallina.’ Trata de esconder su desilusión.

‘Ven, quieres entrar?’

‘No gracias, solo pase a decirte feliz navidad. Te traje esto.’ Le da un pequeño paquete.

‘Lo abro ahora?’

Pallina asienta. Step le da vueltas buscando el lado justo, lo abre veloz. Un marco de madera y adentro el regalo mas bello que alguna vez hubiera pedido. El y Pollo en la moto, abrazados, con los cabellos cortos, las piernas alzadas, la risa al viento. Algo le duele adentro.

‘Pallina, es bellísima. Gracias.’

‘Step, no sabes cuanto me hace falta.’

‘A mi también.’ Solo ahora se da cuenta como esta vestida Pallina. Cuantas veces vio esa chaqueta de jeans detrás de su moto, cuantos golpes le ha dado, con amistad, con fuerza, con alegría.

‘Step, te puedo pedir algo?’

‘Lo que quieras.’

‘Abrazame.’ Step se le acerca temeroso, alarga sus manos y la agarra entre las suyas. Piensa en su amigo, en cuanto estaba enamorada. ‘Abrazame fuerte, mas fuerte. Como lo hacia el. Sabes que siempre me decía… así no te escapas nunca. Estarás siempre conmigo.’ Pallina apoya su cabeza en su hombro. ‘Y en vez de eso se fue el.’ comienza a llorar. ‘Me acuerdas de el bastante, Step. El te adoraba. Decía que solo tu lo entendías, que eran iguales, ustedes dos.

Step mira lejos. La puerta esta ligeramente cerrada. La aprieta fuerte, mas fuerte.

‘No es cierto, Pallina. El era mucho mejor que yo.’

‘Si, es cierto.’ Sonríe respirando profundo. Pallina se despega de Step. ‘Bueno, yo me voy a mi casa.’

‘Quieres que te acompañe?’

‘No gracias. Esta Dema abajo esperándome.’

‘Saludamelo.’

‘Feliz navidad Step.’

‘Feliz navidad.’

La mira entrar en el ascensor. Pallina le sonríe otra vez, cierra la puerta y presiona el botón PB. Mientras saca fuera de la chaqueta su paquete de Carnei Light. Se prende el ultimo cigarrillo, el del deseo. Pero lo fuma con tristeza, sin esperanza. Sabe que su único, verdadero deseo, es irrealizable.

Step va a su cuarto y pone la foto en la mesa de noche y regresa a la mesa. Cerca de su plato hay un paquete envuelto.

‘Y esto que es?’

‘Tu regalo.’ Paolo le sonríe. ‘No sabes que en navidad se intercambian regalos?’

Step comienza a abrir el paquete. Paolo lo observa divertido.

‘Vi que ayer quemaste todas esas caricaturas y pensé que ahora no tienes nada que leer.’

Step lo saca del todo. Le provoca casi reír.

‘Mi nombre es Tex.’

La caricatura que mas odia.

‘Si no te gusta los puedes cambiar.’

‘Bromeas Paolo, gracias. No lo tenia en serio. Espera un momento, yo también tengo algo para ti.’

Poco después regresa de su cuarto con un estuche. Lo compro esa tarde cuando esperaba debajo de la casa de Babi. Antes de verla. Prefiere no pensarlo.

‘Toma.’

Paolo agarra el regalo y lo abre. Un par de Ray-Ban negros Predator aparecen en sus manos.

‘Son como los míos. Son durísimos y no se rompen nunca. Aun si alguien hace que caigan al suelo.’ le sonríe. ‘Ah, por cierto, no los puedes cambiar.’

Paolo se los pone.

‘Como estoy?’

‘Buenisimo! Pareces uno fuerte, casi das miedo.’

Después repentinamente aparece en su mente, clara, perfecta, divertida.

‘Escucha Pa’ tengo una idea pero no digas no como siempre. Hoy es navidad y lo no puedes rechazar.’

El viento frío les desordena los cabellos.

‘Podrias ir mas lento, Step?’

‘Pero si voy a ochenta.’

‘En la ciudad es mejor no superar los cincuenta.’

‘Callate, yo se que te gusta.’ Step acelera. Paolo lo abraza fuerte. La moto corre veloz por las calles de la ciudad, atraviesa cruces, supera semáforos amarillos, silenciosa, ágil. Los dos hermanos están sobre ellas abrazados. La corbata de Paolo se libera de la chaqueta y vuela alegre en la noche. Paolo mira aterrorizado la calle con sus nuevos lentes oscuros, listo para notar cualquier peligro. Frente a el, Step maneja tranquilo. El viento acaricia sus Ray-Ban. Algunas personas estacionan rápido en segunda fila frente a una iglesia. Van a misa. Religiosa navidad, plegarias con sabor de torta de navidad. Por un momento le dan ganas de entrar, de pedir algo, de rezar. Pero después se pregunta que le podría a importar Dios de uno como yo, de uno así. Nada. Dios es feliz. El tiene las estrellas. Mira en lo alto, al cielo. Nítidas, por millones parecen inmóviles brillando. De repente ese azul le parece lejano como nunca, inalcanzable. Entonces acelera, mientras el viento le lastima la cara, mientras los ojos comienzan lentos a lagrimar y no solo por el frío. Siente a Paolo que se aprieta mas duro a el.

‘Anda Step no corras. Tengo miedo!’

Yo también tengo miedo Paolo. Tengo miedo de los días que vendrán, de no poder resistir, de eso que no tengo mas, de eso que ahora es del viento. Baja un poco la velocidad. Por un momento le pareciera escuchar la risa de Pollo. Esa risa fuerte y alegre. Su cara, su voz amiga.

‘Step, nos divertimos siempre, no?’ y mas cervezas y mas bromas, siempre juntos, siempre alegres con las ganas de vivir, de caerse a golpes, con un cigarrillo a la mitad y muchos sueños. Entonces acelera de nuevo. De repente, se alza. Paolo grita mientras la moto sube. Step continua así, acelerando sobre una sola rueda, como en los viejos tiempos, sonriendo a aquel mazo de flores parado sobre el borde de la calle.

Lejos, mucho más lejos, sobre el sofá de una casa elegante, dos cuerpos desnudos se acarician.

‘Eres bellísima.’ Ella sonríe avergonzándose, aun un poco incomoda. ‘Pero que es esto?’

Una pequeña pena. ‘Nada, un tatuaje.’

‘Es un águila, verdad?’

‘Si.’ Después una amarga mentira. ‘La hice con una amiga mía.’

Y en ese momento un sentimiento de tristeza le toca igualmente el corazón. Un cruel destino radiofónico cae sobre ella, casi golpeándola. Beautiful. La canción de ellos. Babi comienza a llorar.

‘Porque lloras?’

‘No lo se.’

No consigue ninguna respuesta. Quizás porque no existe.

 

Donde va gente juega gritando y haciendo alboroto. Fichas coloridas caen sobre el fieltro verde. Cansadas abuelas regresan acompañadas a sus casas. Una chica de cabello oscuro se duerme romántica apretando la almohada. Sueña con encontrarse ese chico que vio pasar.

Dulcemente la rueda regresa a tierra, así, como se alzo, sin problemas.

Paolo regresa a respirar. Step baja la velocidad. Sonríe.

Es verano. Son los dos pequeños. Su madre y su padre están ahí, felices debajo de una sombrilla. Hablan sobre dos sillas azules con el nombre del establecimiento debajo. Step sale del agua corriendo hacia ellos, con los cabellos mojados, con las gotas saladas que le bajan por los labios.

‘Mama, tengo hambre!’

‘Primero cambiate el traje de baño y después te doy la pizza.’

Entonces su mama lo envuelve con una gruesa toalla.

Lo aguanta en sus hombros sonriendo. El se quita obediente el traje de baño. Después, temeroso de quedarse desnudo, se pone rápido la ropa seca. Trata de no ensuciarlo con arena mojada y mas oscura que tiene en los talones. No lo logra. Sonríe igualmente. Su madre lo besa. Tiene labios suaves y calidos y un perfume de sol y crema. Step corre feliz, con su pedazo de pizza blanca en la mano. Suave, aun caliente, con el borde crocante, justo como le gusta a el.

Lentamente la moto comienza a doblar. Es hora de regresar a casa. Es hora de comenzar de nuevo, lentamente, sin dañar el motor. Sin muchos pensamientos. Solo con una pregunta. Regresare alguna vez arriba, en ese lugar tan difícil de alcanzar. Ahí, donde todo parece bello. Y en ese mismo instante cuando se lo pregunta, ya sabe la respuesta.

 


Date: 2016-01-05; view: 673


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