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TRES METROS SOBRE EL CIELO 16 page

‘Si! Le dije que de pequeña me llamaba siempre Pitufina.’

‘Y te creyó?’

‘Ahora solo me llama así.’

‘Es un buen tipo tu padre, pero es un poco ingenuo.’

Entran en clase así. Una rubia y estirada, la otra castaña y pequeña. Bella y preparada la primera, graciosa e ignorante la segunda, pero con una gran cosa en común: su amistad. Mas tarde Babi esta ahí, soñando mientras mira la pizarra, sin ver los números escritos encima, sin escuchar las palabras de la profesora. Piensa en el, en que estaría haciendo en ese momento. Se pregunta si estará pensando en ella. Trata de imaginárselo, sonríe feliz, después preocupada, a la final ansiosa. Puede ser cualquier cosa. A veces es tierno y dulce, de repente es salvaje y violento. Suspira y mira la pizarra. Es mucho más fácil resolver la ecuación.

 

Step se levanto hace poco. Se metió bajo la ducha y se deja masajear por ese chorro fuerte y decidido. Empuja las manos contra el muro mojado y, mientras el agua le cae por la espalda, empuja hacia abajo alternando las piernas, alzándose sobre sus pies, primero el derecho y después el izquierdo. Mientras el agua se desliza por su cara recuerda los ojos azules de Babi. Son grandes, pulidos y profundos. Sonríe y teniendo los ojos cerrados la ve perfectamente. Esta ahí, inocente y serena frente a el, con los cabellos salvajes en el viento y esa nariz derecha. Ve esa mirada segura, llena de carácter. Secándose, regresa a pensar en todo aquello que se han dicho, a todo lo que le contó. Ella, único dulce oído casi desconocido, silencioso oyente de su antiguo sufrimiento, de su amor odiado, de su tristeza. Se pregunta si esta loco. Igual ya paso todo.

Desayunando piensa en la familia de Babi. En la hermana. En el papa de aire simpática. A esa mama del carácter decidido y duro, de detalles similares a Babi, un poco diferentes por la edad. Se volvería ella algún día como su madre? A veces las madres son la proyección futura de la chica con la cual salimos hoy. Se acuerda de una madre mejor que una hija. Termina el café sonriendo. Suenan la puerta. Maria abre. Es Pollo. Le lanza la usual bolsa en la mesa, sus sándwiches de salmón.

‘Entonces? Me debes decir que paso. Lo hicieron o no? Quien lo imagina… con ese carácter cuando lo harían? Nunca! Donde se fueron después. Los busque por todos lados. Oh, no sabes como esta Madda. Esta envenenada! Si la consigue, la cae a golpes.’

Step deja de poner su cara divertida. Maddalena, es cierto, no lo había pensado. No había pensado a nada mas después esa noche. Decide que tampoco quiere pensarlo ahora. En el fondo nunca se prometieron algo.

‘Toma.’ Pollo saca fuera del bolsillo una hoja blanca doblada y se lo lanza. ‘Este es su numero de teléfono.’ Step lo agarra en el aire. ‘Hice que Pallina me lo diera ayer, sabia que hoy me lo hubieras pedido…’



Step se lo mete en el bolsillo y después va a su cuarto. Pollo lo sigue.

‘Entonces Step, me dirás algo o no? Lo hicieron?’

‘Pollo, porque siempre me haces estas preguntas? Sabes que yo soy un caballero, no?’

Pollo se echa en la cama, doblándose de la risa.

‘Un caballero… tu? Dios mío, estoy mal! lo que me toca escuchar… un caballero!’ Step lo mira agitando la cabeza, mientras se mete los jeans, también el se pone a reír. Cuantas veces no fue un caballero! Y por un momento le gustaría tener algo más que contarle al amigo.

 

En la salida de la Falconieri ningún muchacho vende libros. Es una escuela muy ‘alta’ para que siquiera la ultima de las alumnas compren un libro usado. Babi baja los escalones mirando alrededor esperanzada. Grupos de chicas en el fondo de la escalera esperan nuevos conocidos o viejas conquistas. Pero ninguno de ellos es el que quiere. Babi da los últimos pasos. El sonido de una moto veloz le hace subir la mirada. Su corazón late más veloz. Inútilmente. Una moto roja pasa entre los carros. Una joven pareja abrazada va hacia la izquierda al mismo tiempo. Babi los envidia por un momento. Después entra al carro. Su madre esta ahí, todavía molesta por el día anterior. ‘Hola mama.’

‘Hola’ es la seca respuesta de Raffaella. Babi no recibe ninguna cachetada ese día, no tiene razón. Pero esto casi lo lamenta.

 

Step y Pollo están pegados a la red. Seguidos del borde del campo de entrenamiento de su equipo. Cerca están Schello, Hook y algún otro amigo, comparten la pasión por el equipo Lazio de fútbol. Fanatiquismo desenfrenado solo para armar un bochinche. Step, sin hacerse ver, sube la manga izquierda de la chaqueta, dejando al descubierto el reloj. La una y media. Debió salir hace poco. Se la imagina en el carro de la mama, en la vía Francia, regresando a la casa. Más bella que un gol de Mancini. Pollo lo mira.

‘Que pasa?’

Pollo estira los brazos. ‘Nada, porque?’

‘Entonces que coño ves?’

‘Porque, no puedo mirar?’

‘Pareces homosexual… mira el partido no? Te traigo para acá y que haces? Te pones a ver mi cara?’

Step se voltea hacia el campo. Algunos jugadores con las chaquetas deportivas de entrenamiento sobre la camisa del equipo se pasan veloz el balón mientras uno, con mala suerte, trata de quitárselas. Step se gira de nuevo hacia Pollo. Lo esta mirando.

‘Todavía! No quieres entender!’ Step se le lanza encima. Agarra la cabeza con las dos manos y riendo se la pega contra la red. ‘Debes mirar allá.’ Lo empuja mas veces: ‘Alla, allá!’

Schello, Hook y todos los demás se acercan a ellos, solo para alborotar más. Otros fanáticos se empujan entre ellos contra la red haciendo sonido. Alguno con un periódico enrollado y un pito en la boca se cree un árbitro golpeando a todos con el periódico. Después de un poco el grupo crece, los fanáticos corren en todas las direcciones divertidos. Step se monta en su moto. Pollo le salta detrás y se alejan. Step se pregunta si Pollo se había dado cuenta de lo que estaba pensando antes.

‘Ay, Step que malo…’

‘Que pasa?’

‘Ahora es muy tarde, si no podríamos haberlas buscado en la escuela.’

Step no responde. Siente que Pollo sonríe, detrás de el. Después viene golpeado por un puño de lado.

‘Y no te la des de listo conmigo, claro?’ Step se dobla hacia delante adolorido. Si, Pollo entendió, y como si no bastara también tiene un golpe perfecto.

 

La tarde pasa lento para los dos y también desconocen lo mismo.

Babi trata de estudiar. Se consigue hojeando el diario, cambiando la estación de radio, abriendo y cerrando el refrigerador tratando de resistir a la tentación de romper la dieta. Termina frente a la televisión mirando un programa estupido para niños comiendo un Danone de Chocolate, algo que después la hará sentirse mal. Quien sabe si le habrán dado ya mi numero celular. Igual aquí no agarra. Esperemos que tenga también el de la casa. En la duda va corriendo a responder cada timbre del teléfono. Pero casi siempre le toca anotar el apellido de alguna amiga de su madre. Andrea Palombi llamo a Daniela al menos tres veces. La envidia. El teléfono suena de nuevo. Un golpe al corazón. Corre por el corredor, alza el teléfono, tiene que ser Step. Pero de nuevo es Palombi, la cuarta llamada. Le avisa a Daniela amenazándola de no quedarse hablando mucho. Injusticias del mundo. A Daniela cuatro llamadas, a ella ninguna. Después se anima. Una cosa es segura, con todas las carreras que ha hecho, ha quemado al menos mitad de las calorías.

 

Step come en casa con su amigo. Pollo le vacía prácticamente medio refrigerador. Aprecia mucho la cocina de Maria. Ella esta feliz de ver su torta de manzana desaparecer en la boca de ese joven huésped. Step un poco menos, debido que deberá aguantarse los lamentos de Paolo cuando regresara. La torta de manzana fue hecha para el. Mas tarde, Maria se marcha y los dos descansan un poco. Step vuelve a leer todas sus caricaturas de Pazienza. Organiza los bocetos originales de los cuales esta tan orgulloso. Después despierta a Pollo para mostrárselo. Aun si sea la milésima vez que los ve, el lo aprecia como si fuera la primera.

Son muy buenos amigos, tanto que Step no puede negarle una llamada. Aun si sabe del vicio de Pollo. Se la pasa una hora en el teléfono. Adonde vaya siempre hace una llamada. Se pone a parlar por horas, con cualquiera, aun si no tiene nada que decir. Entonces ahora que tiene una novia, es incontenible. Su sueño, le confiesa a Step saliendo, es robar un celular.

‘Mi hermano tiene uno nuevo.’ Es la respuesta divertida de Step. A los ojos de Pollo, Paolo obtiene rápido otro valor. Quien sabe si después de la torta de manzana no tratara a quitarle también el teléfono.

 

Llueve. Babi y Daniela están sentadas en el sofá de lado a los padres. Miran una película divertida y familiar.

La atmósfera parece mas tranquila.

Después un timbrazo. Daniela prende el inalámbrico que tiene cerca de ella en el cojin del sofá.

‘Alo?’ Mira a Babi sorprendida. No cree a sus orejas. ‘Ahora te la paso.’ Babi se voltea tranquila hacia la hermana. ‘Babi, es para ti.’

Le basta ese momento, una mirada, ver su cara para entender todo. Es el.

Daniela le pasa el teléfono tratando de controlarse frente a sus padres. Ella lo agarra delicadamente, casi miedosa de tocarlo, de apretarlo, como si una vibración muy fuerte pudiera hacer caer la línea, hacerlo desaparecer por siempre. Lo lleva lentamente cerca de su cara con mejillas sonrojadas, a sus labios emocionadas aun por ese simple… ‘Si?’

‘Hola, como estas?’ La voz calida de Step le llega directamente al corazón. Babi se mira alrededor preocupada de que alguno se haya dado cuenta de lo que siente, su corazón a dos mil por hora, la felicidad que trata desesperadamente de esconder.

‘Bien y tu?’

‘Bien. Puedes hablar?’

‘Espera un momento que aquí no se escucha nada.’ Se levanta del sofá llevándose consigo el teléfono. No se sabe porque pasa, pero siempre cerca de los padres, algunos teléfonos nunca sirven. Su mama la mira salir de la sala y se voltea sospechosa hacia Daniela. ‘Quien es?’

Daniela es rápida. ‘Oh, Chicco Brandelli, uno de sus pretendientes.’

Raffaella la mira por un momento. Después se tranquiliza. Regresa a mirar la película. Daniela también se voltea a la televisión con un leve suspiro. Ya paso. Si su madre la hubiese mirado aun mas se hubiera quebrado. Es difícil sostener esa mirada, parece que siempre supiera todo. Se enorgullece a si misma de la idea de Brandelli. Al menos ese idiota sirvió para algo.

Las luces apagadas en su cuarto. Ella contra el vidrio mojado por la lluvia, con el teléfono en la mano.

‘Alo Step, eres tu?’

‘Quien quieres que sea?’

Babi ríe. ‘Donde estas?’

‘Debajo de la lluvia. Quieres que vaya a tu casa?’

‘Ojala se pudiera. Están mis padres.’

‘Entonces ven tu.’

‘No, no puedo. Estoy castigada. Ayer cuando regrese me consiguieron. Estaban en la ventana esperándome.’

Step sonríe y bota el cigarrillo.

‘Es cierto entonces! Todavía existen muchachas que las castigan…’

‘Si, y tu estas una de ellas.’ Babi cierra los ojos aterrorizada por la bomba que le acaba de lanzar. Espera la respuesta. Ya paso todo. Pero no siente ningún sonido.

Lentamente abre los ojos. Mira más allá del vidrio, a un techo, la lluvia es más visible. Esta escampando. ‘Estas todavía ahí?’

‘Si. Estaba tratando de entender que se siente ser castrado por una muchacha lista.’

Babi se muerde el labio, camina feliz y nerviosa por el cuarto. Entonces es verdad.

‘Si fuera de verdad una muchacha lista hubiera elegido a otro a quien castrar.’

Step ríe. ‘Esta bien, hagamos las paces. Tratemos de resistir al menos un día. Que harás mañana?’

‘Escuela, después estudio y continuo a estar castigada.’

‘Bueno, puedo ir a buscarte.’

‘No es una de las mejores ideas…’

‘Me vestiré bien.’

Babi ríe. ‘No es por esto. Es algo más general. A que hora te paras mañana?’

‘Mah, diez, once. Cuando venga Pollo a despertarme.’

Babi agita la cabeza. ‘Y si no viene?’

‘Mediodia, la una…’

‘Lograrias venir a buscarme a la escuela?’

‘A la una? Si, creo que si.’

‘Quería decir a la entrada.’

Silencio. ‘Que hora seria?’

‘Ocho y diez.’

‘Pero porque se va a la escuela tan temprano? Y después que haremos?’

‘No lo se, huimos…’ Babi no cree casi a sus orejas. Huimos. Debe estar loca.

‘Esta bien, hagamos esta locura. A las ocho en tu escuela. Espero solo despertarme.’

‘Será difícil, verdad?’

‘Bastante.’

Se mantienen un momento en silencio. Indecisos acerca de que decirse, como despedirse.

‘Bueno, entonces adiós.’

Step mira afuera. Paro de llover. Las nubes se mueven veloces. Se siente feliz. Mira el teléfono. De la otra parte esta ella en ese momento.

‘Adios Babi.’ Trancan. Step mira a lo alto. Algunas estrellas aparecen tímidas y mojadas, arriba en el cielo. Mañana será un buen día. Pasara la mañana con ella.

Ocho y diez. Debe estar loco. Trata de recordar la última vez que se despertó tan temprano. No le viene a la mente. Sonríe. Apenas hace tres días regreso a la casa a esa hora.

En la oscuridad de su cuarto, con el inalámbrico en la mano, Babi sigue mirando el vidrio por un poco. Lo imagina en la calle. Debe hacer frío afuera. Siente un escalofrío por el. Regresa en la sala. Le da el teléfono a la hermana y se sienta al lado de ella en el sofá. Daniela, sin hacerse ver, estudia curiosa la cara de Babi.

Quiere hacerle miles de preguntas. Debe contentarse de esos ojos que por un momento la miran feliz. Babi regresa a ver la televisión. Por un momento, esa vieja película en blanco y negro le parece a colores. No entiende para nada de que están hablando y se aleja rápido, secuestrada por sus pensamientos. Después regresa rápidamente a la realidad. Mira alrededor preocupada, pero ninguno parece saberlo. Mañana, por la primera vez, se escapara de la escuela.

 

Paolo esta sentado en la mesa y hojea distraído el periódico. Mira alrededor. Extraño. Le había dicho a Maria que hiciera la torta de manzana. Seguro se le olvido. Ingenuo. Se acuerda de un biscocho que compro para casos de emergencia. Decide que es uno de esos casos. Abre algunas gavetas. Al final lo consigue. Lo escondió bien para resistir la furia hambrienta de Step y sus amigos.

Mientras agarra un pedazo entra Step.

‘Hola hermano.’

‘Te parece esta la hora de estar llegando… pasaras todo el día en la cama, después si te va bien iras al gimnasio y en la noche de nuevo con Pollo y esos cuatro delincuentes. Para ti la vida es bella…’

‘Bellísima.’ Step se sirve café, después leche. ‘Pero se da el caso de que no estoy llegando ahora. Estoy saliendo.’

‘Dios que hora es?’

Paolo mira preocupado el reloj. Las siete y media. Un suspiro de alivio. Esta todo bajo control. Algo no esta normal de igual forma. Step nunca sale a esa hora.

‘A donde vas?’

‘A la escuela.’

‘Ah.’ Paolo se tranquiliza. Después recuerda de repente que Step termino el año pasado. ‘A hacer que?’

‘Pero que son todas estas preguntas, y de madrugada…?’

‘Haz lo que te parezca pero no te metas en problemas. Maria no hizo la torta de manzana?’

Step lo mira con aire ingenuo.

‘Torta de manzana? No, no me parece.’

‘Seguro? No será que se la terminaron tu, Pollo y esos puercos hambrientos de tus amigos?’

‘Paolo, no ofendas a mis amigos siempre. No esta bien. Que, yo ofendo alguna vez los tuyos?

Paolo se queda en silencio. No que no los ofenda. Como podría? Paolo no tiene amigos. Cada tanto lo llama un colega o cualquier ex compañero de la universidad, pero a ellos Step no podría ofenderlos. Ya fueron castigados por la vida. Tristes, grises, con físicos que poetas.

‘Adios Pa’, me despido, nos vemos esta noche.’

Paolo mira la puerta cerrada. Su hermano siempre logra sorprenderlo. Quien sabe a donde va a esa hora de la mañana. Bebe un poco de café. Después hacer por agarrar el pedazo del biscocho que dejo en el plato. Desapareció: con Step siempre le falta algo.

‘Hola papa.’ Babi y Daniela bajan del Mercedes. Claudio mira las hijas alejarse hacia la escuela. Un ultimo saludo y se aleja. Babi sube algún otro escalón. Se voltea. La Mercedes ahora esta lejos. Baja veloz y justo en ese momento se encuentra con Pallina.

‘Hola, adonde te escapas?’

‘Me voy con Step.’

‘Juralo! Y a donde van?’

‘No lo se. A dar vueltas. Primero a desayunar. Esta mañana estaba tan emocionada que no pude comer. Imaginate. Es la primera vez que me escapo…’

‘Yo también estaba emocionada la primera vez. Pero ahora… hago mejor la firma de mi madre que ella misma!’ Babi ríe. La moto de Step se para frente a la acera.

‘Nos vamos?’

Babi se despide con un beso rápido a Pallina y monta emocionada detrás de el. Tiene el corazón acelerado.

‘Te aconsejo Pallina… trata de no tener ninguna insuficiencia y marca los que sean interrogados.’

‘Ok jefa!’

‘No digas eso! Da mala suerte, y mantente callada ok?’

Pallina asienta. Babi mira alrededor preocupada que alguno pueda verla. Después se abraza fuerte a Step. Ahora todo esta listo. La moto adelante, huyendo de la escuela, de las horas aburridas de lecciones, de la Giacci, de las tareas y del sonido de la campana que a veces pareciera nunca llegar.

Pallina mira envidiosa a la amiga ahora lejos. Esta feliz por ella. Sube los escalones hablando, sin darse cuenta que alguien la esta observando. Muy en alto, una mano envejecida por el tiempo y el odio, vestida con un viejo anillo que tiene en el centro una piedra morada, dura como quien la posea, deja salir un suspiro. Alguien ha visto todo.

En la sección B todas las chicas entran preocupadas. La primera hora es italiano y la profesora Giacci interrogara. Es una de las materias seguras a la prueba de aptitud. Las alumnas agarran sus puestos saludándose. Una ultima chica entra corriendo. Como siempre, esta retardada. Hablan nerviosas. De repente, silencio. La Giacci esta en la puerta. Todas se paran de sus asientos. La Giacci mira a la clase.

‘Sientense muchachas.’

Esta extrañamente alegre esa mañana. Eso no promete nada bueno. Revisa las asistencias. Algunas chicas alzan la mano respondiendo con un respetuoso ‘Presente’. Una chica, cuyo apellido comienza por E, esta ausente. En la F otra, en el intento de diversificarse deja que una responda ‘Aquí ‘toy’, haciendo un chiste y burlándose de ella frente a toda la clase. La Catinelli, como siempre, demuestra su adoración el sutil humorismo de la profesora. Tan sutil, que la mayor parte de el desaparece.

‘Gervasi?’

‘Esta ausente.’ Responde alguno en el fondo de la clase. La Giacci pone una ‘A’ en el nombre de Babi en el registro. Después alza lentamente la mirada.

‘Lombardi.’

‘Si, profesora?’ Pallina se alza.

‘Como es que Gervasi no vino hoy?’ Pallina esta ligeramente nerviosa.

‘No se. Anoche hablamos por teléfono, me dijo que se sentía mal. Quizás esta mañana empeoro y decidió no venir.’ La Giacci la mira. Pallina alza los hombros. La Giacci aprieta los ojos. Se vuelven dos aberturas impenetrables. Pallina siente un escalofrío recorrerle la espalda.

‘Gracias Lombardi, siéntese.’ La Giacci sigue con la lista. Su mirada se encuentra de nuevo con el de Pallina. Sobre la cara de la profesora se pinta una sonrisa extraña. Pallina se vuelve roja. Se voltea rápido a otra parte, apenada. Acaso la profesora sabe algo? En el pupitre ve la escritura que ella misma puso con un lapicero ‘Pallina y Pollo forever’. Sonríe. No, es imposible.

‘Marini.’

‘Presente!’

Pallina se tranquiliza. Quien sabe donde estará Babi en ese momento. Seguramente ya habrá desayunado. Un pastel en Euclide y un capuccino con espuma. Desea mas que nunca estar en su puesto, quizás con Pollo en vez de Step. No es bello aquello que es bello, pero es bello aquello que te gusta, su proverbio favorito. La Giacci cierra el registro y comienza a explicar. Ilustra la lección con alegría, particularmente serena. Un rayo de sol golpea sus manos. Alrededor de ese dedo con el cual juega, el antiguo anillo brilla con luz morada.

 

De los sonidos de la ciudad apenas despierta, se alejan así, con los labios levemente con el sabor de un capuccino amargo y la boca dulce de un pastel. Es fácil predecir lo que se pediría en Euclide que queda en vía Flaminia, mas secreto y mas lejano, donde es mas difícil ser encontrados. Van hacia la torre. En vía Flaminia, envueltos de sol mientras alrededor, prados redondos, llenos de verde, se pierden dulces entre bosques mas oscuros. Dejan la calle. La moto dobla las altas espigas doradas que rápido después de su paso regresan arriba. La moto se detiene ahí, detrás de la colina, no tan lejos de la torre. A la derecha, mas abajo, un perro tranquilo revisa olfateando algunas plantas. Un pastor en jeans escucha una pequeña radio vieja armándose una marihuana bien lejano de sus colegas de trabajo. Se alejan mas allá. Solos. Babi abre el bolso. Aparece una gruesa bandera inglesa.

‘La compre en Portobello cuando fui a Londres. Ayúdame a extenderla. Has ido tu?’

‘No, nunca. Es bello?’

‘Mucho. Me divertí bastante. Fui a Brighton por un mes y Londres algunos días. Fui con un tour.’

Se extienden sobre la bandera calentados por el sol. Step escucha el cuento londinense y de cualquier otro viaje. Parece haber estado en un montón de lugares y recordar todo. Pero el, poco interesado a esas aventuras pasadas y para nada acostumbrado a esta hora matutina, rápido se duerme.

Cuando Step abre los ojos, Babi no esta al lado de el. Se alza mirando alrededor preocupado. Después la ve. Mas abajo, por la colina. Sus hombros suaves. Esta sentada allí, entre la grama. La llama. Ella parece no escucharlo. Cuando esta cerca se da cuenta porque. Esta escuchando el Sony. Babi se voltea hacia el. Su mirada no promete nada bueno. Regresa a mirar los prados lejanos. Step se sienta al lado. Se mantiene en silencio por un tiempo. Después Babi no resiste mas y se quita los audífonos.

‘Te parece que te duermas mientras yo hablo?’ esta molesta de verdad. ‘Esto quiere decir que no me tienes respeto!’

‘Anda, no seas así. Esto quiere decir que no dormí bastante.’

Ella resopla y se voltea de nuevo. Step no puede hacer menos que notar que bella es. Aun mas cuando esta molesta. Tiene en alto la cara y todo asume un aire gracioso, su barbilla, su nariz, la frente. Sus cabellos iluminados por el sol reflejan los rayos, parecen respirar el olor del campo. Tiene la belleza de una playa abandonada, con un mar salvaje que llega hasta los horizontes lejanos. Sus cabellos, como ondas espumantes, le caen en la cara, lo cubren rebeldes por pedazos y ella los deja. Step se inclina y agarra con su mano su bella belleza. Babi trata de huirle. ‘Sueltame!’

‘No puedo. Es mas fuerte que yo. Te debo besar.’

‘Te dije que me sueltes. Estoy ofendida.’

Step se le acerca a sus labios. ‘Te lo juro que después escucho todo. Inglaterra, Londres, tus viajes, todo lo que quieras.’

‘Debes escuchar antes!’

Step se aprovecha y la besa volando, agarrando sus labios no preparados, apenas entrecerrados. Pero Babi es mas veloz que el y cierra la boca decidida. Después siente todo suave. Al final se rinde, lentamente, y se deja llevar por su beso.

‘Eres violento e incorrecto.’

Palabras susurradas entre labios muy cercanos.

‘Es cierto.’ Palabras que casi se confunden.

‘No me gusta que seas así.’

‘No lo haré mas, te lo prometo.’

‘Ya te dije que no creo en tus promesas.’

‘Entonces te lo juro…’

‘Imaginate si creyera en tus juramentos…’

‘Ok. Esta bien, lo juro por ti.’

Babi lo golpea con un puño. El toma el golpe bromeando. Después la abraza fuerte entre las suaves espigas. En lo alto, el sol y el cielo azul, silenciosos espectadores. Mas allá, una bandera inglesa abandonada. Mas cerca, dos frescas sonrisas. Step juega por un momento con los botones de su camisa. Se para un momento temeroso. Sus ojos cerrados parecen tranquilos. Libera un botón, después otro, con dulzura, como si un toque muy pesado rompería la magia de ese momento. Después con su mano se desliza adentro, por la cintura, por la piel tierna y caliente. La acaricia. Babi lo deja y besándolo lo abraza mas fuerte. Step, respirando su perfume, cierra los ojos. Por la primera vez todo le parece diferente. No tiene miedo, es tranquilo. Prueba una extraña paz. Su mano abierta desliza por su espalda, a lo largo hasta llegar al borde de la falda. Una leve subida, el inicio de una dulce promesa. Se detiene. Ahí cerca dos pequeños pedazos de metal lo hacen sonreír, como un beso de ella un poco mas apasionado. Dulcemente continua a acariciarla. Regresa arriba, a aquella débil elástica. Se para en la abertura en el intento de descubrir el misterio y no solo eso. Dos ganchos? Dos pequeñas medialunas que se meten una dentro de la otra? Una ‘s’ de hierro que se mete desde arriba? Toca un poco. Ella lo mira curiosa. Step se esta fastidiando. ‘Como coño se abre?’

Babi mueve la cabeza. ‘Como haces para ser así de grosero siempre? No me gusta que hables así cuando estas conmigo.’

Justo en ese momento el misterio se descubre. Dos pequeñas medialunas se separan tiradas por un elástico ahora libre. La mano de Step vaga por toda su espalda, hasta el cuello, finalmente sin obstáculos.

‘Disculpame…’

Step lo logra creer sus oídos. Le pidió disculpas. Disculpa. Escucha de nuevo esa palabra. El, Step, se disculpo. Después, sin siquiera quererlo, abandona el pensamiento llevado por esa nueva conquista. Se consigue acariciándole su seno, a rozarle el cuello de besos, a pasar la mano sobre el otro seno y conseguir ahí también aquella frágil señal de deseo y pasión. Entonces desliza muy lento hacia abajo, hacia su abdomen liso, hacia el borde de la falda. La mano de ella lo para. Step abre los ojos. Babi esta ahí frente a el y mueve la cabeza.

‘No.’

‘No, que?’

‘No, eso…’ Le sonríe.

‘Porque?’ El no esta sonriendo para nada.

‘Porque no!’

‘Y porque no?’

‘Porque no, y basta!’

‘Pero debe haber alguna razón, como…’ Step le da una sonrisa.

‘No, cretino… ninguna razón. Solo que no quiero. Cuando aprenderás a decir menos palabrotas, entonces quizás…’

Step se gira de lado y comienza a hacer flexiones. Una después de la otra, siempre mas rápido, sin pararse.

‘No lo creo, dime que no es verdad. La conseguí.’

Sonríe hablando entre una flexión y la otra, ligeramente fascinado. Babi se ajusta el sostén y la camisa.

‘Que conseguiste? Y deja de hacer flexiones mientras hablamos…’

Step hace las ultimas dos con una sola mano. Después se apoya de lado y se pone a mirarla sonriente.

‘Nunca ha estado con alguien.’

‘Si quieres decir que soy virgen, la respuesta es si.’ Esa palabra le cuesta muchísimo. Babi se levanta. Se limpia la falda con la mano. Algunos pedazos de espigas caen a tierra. ‘Ahora llevame a la escuela!’


Date: 2016-01-05; view: 587


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