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TRES METROS SOBRE EL CIELO 12 page

‘Ay Babi, Babi. Así no va. Soy un puerco, un animal, una bestia, un violento. Dices, dices, pero a la final siempre quedas conmigo… y te hubieras dejado besar. Viste como haces? Eres incoherente!’

Babi se vuelve roja de la rabia.

‘Eres de verdad un estupido!’

Comienza a golpearlo con una descarga de puños. Step trata de protegerse mientras ríe. ‘Sabes que me recordaste antes? Un pez rojo que tenia cuando era pequeño. Estabas ahí con la boca abierta, igual que el cuando le cambiaba el agua y se me salía afuera en el lavandero…’ Babi lo centra con una cachetada.

‘Ayyy!’ Step se toca la mejilla divertido. ‘Mira que estas equivocada, con la violencia no se obtiene nada. Lo dices siempre tú! No es que si me golpeas te beso. Quizás lo haría, si me prometieras que no me denunciaras…’

‘Yo te denuncio como sea. Veras! Terminaras en la cárcel, te lo juro.’

‘Ya te dije que no debes jurar… en la vida nunca se puede decir…’

Babi se aleja veloz. La chaqueta le sube descubriendo un buen trasero cubierto por pequeñas panties claras. Trata de cubrirse como puede mientras mete la llame equivocada en la cerradura.

‘Hey, la chaqueta la quiero ahora.’

Babi lo mira con rabia. Se quita la chaqueta y lo lanza al suelo. Se queda en sostén y panties, en el frío, con lágrimas en los ojos. Step la mira complacido. Tiene un bello físico, para nada malo. Recoge la chaqueta y se lo mete. Babi maldice esas llaves. Donde termino esa del portón? Step se prende un cigarrillo. Quizás ha hecho mal en no besarla. Bueno, será para otra vez. Babi finalmente adivina la llave, abre el portón y entra. Step va detrás de ella.

‘Pecesito, no me vas a dar el beso de las buenas noches?’

Babi le lanza el portón en la cara. A través del vidrio, Step no puede escuchar lo que dice, pero lo lee fácilmente en sus labios. Le aconseja, mejor dicho, le ordena de ir a lavarse cierta parte. Step la mira alejarse. Claro, si ese lugar seria tan bello como el que tiene ella, no le molestaría hacerlo.

Babi abre lentamente la puerta de la casa, entra y la cierra sin hacer ruido. Camina en la punta de los pies en el corredor y se mete en su cuarto. Esta a salvo! Pallina prende la pequeña luz de la mesita de noche.

‘Babi eres tu! Menos mal, estaba tan preocupada! Pero que haces así sucia? Te desnudo Step?’

Babi agarra la camisa de noche de la gaveta.

‘Termine en el estiércol!’

Pallina huele el aire.

‘Es cierto, se siente. No sabes que miedo tuve cuando vi esa moto cayendo. Por un momento pensé que habías sido tú. Eres increíble. En serio. Les enseñamos a esas dos gafas. Hey, y que le paso a mi correa?’

Babi le da una mirada fría.

‘Pallina, no quiero escuchar mas de correas, de groupies, de Pollo, de carreras y de historias de este tipo. Claro? Es mejor para ti si te callas, sino te tiro fuera de mi cama a patadas y te hago dormir en el suelo. Mejor, te saco de la casa!’



‘No te atreverías!’

‘Quieres probar?’

Pallina la mira. Decide que no es el momento de ponerla a prueba. Babi va hacia el baño.

‘Babi.’

‘Que pasa?’

‘Di la verdad. Te divertiste bastante con Step, no?’

Babi suspira. Nada que hacer, es irreparable.

 

Step sube el portón, atraviesa el jardín sin hacer sonido. Después se acerca a la ventana. La cerradura fue alzada. Quizás no ha regresado todavía. Toca con los dedos el vidrio. Las cortinas claras se abren. En la oscuridad aparece la cara sonriente de Maddalena. Deja ir las cortinas y abre rápido la ventana.

‘Hola, que andabas haciendo?’

‘Me persiguió la policía.’

‘Todo bien?’

‘Si, todo esta bien. Espero que no hayan agarrado la placa.’

‘Apagaste las luces?’

‘Claro.’

Maddalena se aleja. Step escala ágilmente el muro y entra en su cuarto.

‘Ve lento. Mis papas regresaron hace rato.’

Maddalena cierra la puerta con llave, después salta en su cama y se mete bajo las sabanas.

‘Brrr… que frío hace!’ Le sonríe. Se quita la camisa de noche por la cabeza y la deja caer a los pies de Step. La débil luz de la luna entra por la ventana. Sus pequeños senos perfectos se ven claros en la oscuridad. Step se quita la chaqueta. Por un momento le parece oler el aroma del campo. Es extraño, le parece que esta mezclado a un perfume extraño. No le hace mucho caso. Se desnuda y entra en la cama. Se acuesta cerca de ella. Maddalena lo abraza fuerte. Step desliza rápido la mano, le acaricia la espalda, las caderas. Se para entre sus piernas. Maddalena suspira a su toque y lo besa. Step pone sus piernas entre las suyas. Maddalena lo para. Se acerca a la mesita de noche. Busca tocando el stereo. Presiona REW. Esta regresando una cinta. Un sonido seco le avisa que llego al principio. Maddalena presiona PLAY.

‘Listo.’

Regresa entre sus brazos.

‘Así mejor.’ Lo besa con pasión. De la cinta del stereo salen bajas las notas de la canción ‘Me casare contigo porque’. La voz de Eros acompaña dulcemente sus suspiros.

Es cierto, quizás ella es la mujer mas adecuada para el. Maddalena sonríe. Susurra entre el fresco rumor de las sabanas:

‘Esta es una de las veces en las cuales es mejor saber moverse, cierto?’

‘Cierto.’

Step le besa el seno. Esta seguro. Madda es la mujer mas adecuada para el. Después, de repente, se recuerda que era ese extraño perfume que tenia la chaqueta. Es perfume Caronne. Se acuerda también a quien pertenece. Por un momento, en la oscuridad de ese cuarto, ya no esta tan seguro.

 

Un sonido insistente. El despertador.

Pallina lo apaga. Se desliza fuera de la cama sin hacer ruido y se viste. Mira a Babi. Apenas se movió y duerme todavía tranquila boca arriba. Pallina se acerca al pequeño estante de madera pegado al muro. U2, All Saints, Robbie Williams, Elisa, Tiziano Ferro, Cremonini, Madonna. Quiere algo especial. Ahí esta. Controla el volumen y lo baja. Apenas toca la tecla play. Alex Britti dulcemente comienza a cantar. El volumen es justo. Babi abre los ojos. Se voltea sobre la almohada terminando boca abajo. Pallina le sonríe.

‘Hola.’

Babi se voltea de la otra parte. Su voz llega un poco ahogada.

‘Que hora es?’

‘Las siete menos cinco.’

Pallina se le acerca y la besa en una mejilla.

‘Paz?’

‘Minimo quiero un helado cornetto de chocolate de Lazzareschi.’

‘No hay tiempo, dentro de poco mi mama estará aquí, debo ir a hacerme el análisis.’

‘Entonces no hay paz.’

‘Anoche fuiste de verdad increíble.’

‘Ya te dije que no quería escuchar nada mas de eso.’

Pallina alarga los brazos.

‘Okey, como quieras. Hey, que cosa le digo a tu madre si la encuentro mientras salgo?’

‘Buenos días.’

Babi le sonríe y se echa encima el cubrecama. Pallina agarra el morral con el cuaderno y se lo pone en la espalda. Esta feliz, hicieron las paces. Babi es muy buena, y ahora también es una groupie.

Pallina cierre lento la puerta detrás de ella, atraviesa en la punta de los pies el corredor. La puerta de la casa todavía esta cerrada con llave. Abre la cerradura, y justo cuando va a salir siente una voz detrás de ella.

‘Pallina!’

Es Raffaella, en un pijama rosa, la cara sin maquillar, ligeramente hinchado y sobretodo somnoliento. Pallina decide seguir el consejo de Babi y con un ‘Buenos días señora’ se va hacia las escaleras. Sale por el portón. Su mama no ha llegado todavía. Se sienta en un muro mientras espera. El sol sale frente a ella, el gasolinera levanta las cadenas de las bombas, algunos señores salen rápidos del kiosco de periódicos frente, llevándose bajo el brazo el peso de noticias mas o menos catastróficas.

En la luz del día no le quedan dudas. No quisiera a Raffaella como madre, absolutamente, aun si es mas puntual que la suya.

Babi entra en el baño. Encuentra su cara en el espejo. No es de las mejores. Hacer la groupie no te hacer ser mas bonita, al menos no a ella. Abre el agua fría, la deja correr por un momento, después se lava con fuerza la cara.

Daniela aparece detrás de ella.

‘Cuentame todo! Como te fue? Como es la Serra? Es de verdad tan divertida como dicen? Encontraste alguna amiga mía?’

Babi abre el tubo de la pasta de dientes, comienza a empujarlo desde el fondo tratando de hacer el doblez que Daniela le hizo justo a la mitad.

‘Es una idiotez. Un grupo de idiotas que arriesga inutilmente la vida y cada tanto alguno la pierde.’

‘Si, pero hay tanta gente? Que hacen? Donde se va después? Has visto a las groupies? Que valentía no? Yo nunca podría ser una!’

‘Yo lo fui…’

‘En serio? Fuiste una groupie? Guau! Mi hermana es una groupie.’

‘Oh, no es así gran cosa, te aseguro, y ahora déjame prepararme.’

‘Siempre haces así! Contigo no hay satisfacción. Que ventaja hay de tener una hermana mayor si no te cuenta nada? Igual ya hemos decidido Andrea y yo que la próxima semana vamos nosotros! Y si quiero, también hago de groupie!’ Daniela sale del baño. Babi sonríe a si misma, termina de lavarse los dientes y agarra el cepillo. Nada que hacer. Daniela se ha vengado a distancia. Algunos largos cabellos negros están pegados inmovibles y enredados en el cepillo. Babi los recoge con la mano y los bota en el inodoro. Después baja el agua y comienza a peinarse.

Daniela aparece detrás de la puerta.

‘Donde metiste los zapatos Superga que te preste anoche?’

‘Los bote.’

‘Como que los botaste? Mis Superga nuevos…?’

‘Escuchaste bien, los bote. Terminaron en estiércol y estaban arruinados, los tuve que botar. También porque sino Step no me traía a la casa.’

‘Terminaste en estiércol, después Step te trajo acá? Y cuando fuiste la groupie?’

‘Antes.’

‘Detrás de Step?’

‘No.’

Daniela con los pies desnudos sigue a Babi hasta su cuarto.

‘Bueno Babi, me cuentas como fue todo?’

‘Escucha Dani, hagamos un pacto, si tu de hoy en adelante limpias el cepillo después de que te peines, yo dentro de unos días te cuento todo. Esta bien?’

Dani bufa.

‘De acuerdo.’

Después regresa a su cuarto. Babi se pone el uniforme. No le contaría nunca, lo sabe. Daniela quizás habría limpiado el cepillo por los primeros días y después se le olvidaría. Es más ingeniosa que ella.

Raffaella entra al cuarto de Babi.

‘Pallina durmió aquí?’

‘Si mama.’

‘Y donde?’

‘En mi cama.’

‘Pero como es posible? Cuando yo vine anoche a besarte estabas solo tu.’

‘Llego mas tarde. No podía estar en su casa porque la mama hacia una cena.’

‘Y donde estaba antes?’

‘No lo se.’

‘Babi, no quiero ser responsable también de ella. Piensa que le hubiera sucedido algo y su madre supiera que estaba en otro lado en vez de acá…’

‘Tienes razón mama.’

‘La próxima vez que ella venga a dormir quiero saberlo con tiempo.’

‘Pero yo te lo dije, antes de que tu salieras anoche, no recuerdas?’

Raffaella se para un momento a pensar.

‘No, no lo recuerdo.’

Babi le sonríe ingenuamente como diciendo ‘y yo que puedo hacer?’. De igual forma sabe perfectamente que no lo podría recordar. Nunca se lo dijo.

‘No quisiera nunca tener por hija a una como Pallina. Siempre saliendo de noche haciendo quien sabe que. No me gusta esa chica, terminara mal, veras.’

‘Pero mama, ella no hace nada malo, le gusta divertirse pero te aseguro que es buena.’

‘Lo se, pero te prefiero a ti.’

Raffaella le sonríe y la acaricia la quijada, después sale del cuarto. Babi sonríe. Sabe como engañarla. Lleva ya un tiempo diciéndole muchas mentiras. Decide que debería dejar de hacerlo. Pobre Pallina, aun cuando no tiene nada que ver resulta culpable. Decide perdonarla. Claro, hay que resolver el problema de Pollo, aunque todo a su tiempo. Se mete la falda. Se para frente al espejo, se lleva el cabello hacia atrás, descubriendo su cara y lo aguanta con dos pequeños ganchos laterales. Se mantiene así, mirándose, mientras la canción ‘Ladron Feliz’ sale del stereo. Babi se acuerda de cuanto se parece a su madre. No, aun si supiera todo lo que ella había hecho, Raffaella no la cambiaria nunca por Pallina, tienen muchas cosas similares entre ellas. Uno de esos raros casos donde, sin saberlo, todos están de acuerdo.

El sol se filtra alegre por la ventana de la cocina. Babi termina de comer sus biscochos integrales y bebe la última gota de café que dejo en la taza. Daniela cava hasta el fondo. Su cucharilla se agita nerviosa en la caja plástica del pequeño biscocho, tratando de agarrar hasta el último pedazo de chocolate escondido. Raffaella ha comprado casi todo lo que le escribieron en la lista. Claudio esta feliz. Quizás por un horóscopo positivo, de seguro es por el anhelado café, que finalmente logro beber. También se ha ahorrado de comprar una cafetera grande.

‘Babi, hoy es un día bellísimo. Hay mucho sol afuera… no debe hacer mucho frío. Hable antes con tu mama y estamos de acuerdo. Aun si te pusieron la nota y eso… hoy pueden ir a la escuela en Vespa!’

‘Gracias papa, eres muy bueno. Pero sabes, después de lo que hablamos el otro día pensé bien, y quizás tienes razón. Por la mañana ir juntos tú, Daniela y yo se volvió casi un ritual, un amuleto de suerte. Y también es un buen momento: podemos hablar de todo, comenzar juntos el día. Es mejor así, no?’

Daniela no cree lo que esta escuchando.

‘Babi, disculpa, vayamos en Vespa. Con papa hablamos siempre, podemos estar en las noches durante la cena, la mañana del domingo.’

Babi le agarra el brazo apretándolo con mucha fuerza.

‘Pero Dani, es mejor así, en serio, vayamos con el.’

Se lo aprieta de nuevo. ‘Y claro recuerda que te he dije anoche, no me siento bien. Desde la próxima semana quizás iremos en Vespa, que hará aun mas calor.’ Esta última indirecta no le deja mas dudas. Es un mensaje. Daniela es una chica intuitiva, más o menos.

‘Si papa, Babi tiene razón, vamos contigo!’

Claudio bebe feliz el último trago del café. Es bello tener dos hijas así. No pasa todo el tiempo sentirse así de querido.

‘Bien muchachas, entonces salgamos, sino se hace tarde la escuela.’ Claudio va en el garaje a agarrar el carro mientras Babi y Daniela se paraban frente al portón a esperarlo.

‘Lograste entender, finalmente! Acaso tenia que partirte el brazo?’

‘Me lo podías decir antes, no?’

‘Que iba a saber yo que justamente hoy nos dan el permiso de ir en Vespa?’

‘Pero porque no la quieres usar?’

‘Facil, porque no esta.’

‘No esta la Vespa? Y donde esta? Pero no saliste con ella anoche?’

‘Si.’

‘Entonces? Terminaste en el estiércol con la Vespa y la dejaste botada también?’

‘No, la deje en la Serra y cuando regresamos no estaba.’

‘No te creo!’

‘Creelo.’

‘No lo quiero creer! Mi Vespa.’

‘Si es por eso, a mi fue que la regalaron.’

‘Si, pero quien la mando a arreglar? Quien le cambio unas partes? El próximo año papa y mama te comprarían el carro y seria mía. No lo puedo creer.’

Claudio se para ahí enfrente. Baja la ventanilla eléctrica.

‘Babi, donde esta la Vespa? No esta en el garaje.’

Daniela cierra los ojos. Ahora debe creerlo a juro.

‘Nada papa, la metí detrás por el patio. Te da tanto fastidio cuando sales. Pienso que esta mejor dejarla afuera.’

‘Bromeas, metela rápido adentro. Y si te la roban? Mira que tu mama y yo no tenemos intención de comprártela de nuevo. Apurate y metela adentro. Toma, estas son las llaves.’

Daniela se monta detrás mientras Babi se aleja hacia el garaje fingiendo de buscar en el mazo la llave correcta. Al llegar al patio Babi se pone a pensar. Y ahora que hago? Al menos esta noche debo tener la Vespa. Si no, debo conseguir otra solución. Maldición a Pallina, es ella que me puso en este enredo, y es ella la que me debe sacar. Babi siente el sonido de la Mercedes que llega en retroceso. Corre hacia el garaje. Se inclina sobre la cerradura. Apenas a tiempo. La Mercedes sale por la esquina y se detiene frente a ella. Babi pretende que esta cerrando el garaje y se dirige sonriente al carro.

‘Listo, la puse en su lugar.’ Babi logro que le saliera bien, pero quizás es mejor conseguir la Vespa lo más rápido que pudiera. Mientras sube al carro se siente observada. Mira arriba. Tiene razón.

El chico que vive en el segundo piso esta extrañado. Debe haber visto todo. En realidad, no ha visto nada, y es por eso que tiene una actitud perpleja. Ella le sonríe tratando de relajarlo. El intercambia la sonrisa, pero entiende perfectamente que hay algo que no esta claro.

La Mercedes se aleja. Babi regresa las llaves al padre y le sonríe.

‘La pegaste bien al muro?’

‘Pegadisima. No te puede fastidiar.’ Babi se voltea hacia Daniela. Esta sentada con los brazos cruzados. Esta molesta.

‘Anda Daniela, vamos la próxima semana a la escuela con la Vespa!’

‘Espero que sea así.’

La Mercedes se para a la salida del complejo frente a la barra que lentamente comienza a alzarse. Claudio saluda al portero que le hace la señal de pararse un momento. Sale de la vigilancia con un paquete en la mano.

‘Buenos días doctor, disculpe, dejaron este paquete para Babi.’

Babi lo agarra curiosa. La Mercedes marcha dulcemente, mientras la ventanilla se cierra. Daniela se inclina hacia delante, llevada por la curiosidad. También Claudio echa una ojeada para ver que es.

Babi sonríe.

‘Quien quiere un pedazo? Es un cornetto de chocolate de Lazares Chi.’

Babi agarra el corneto y comienza a comerlo.

‘Papa?’ Claudio niega con la cabeza.

‘Dani?’

‘No, gracias.’ Quizás esperaba que en ese paquete hubieran noticias de la Vespa de ‘ellas’.

‘Mejor así, me lo como todo yo. No saben que se pierden…’ Pallina de verdad es un tesoro, sabe siempre como hacerse perdonar. Ahora debe solo encontrar la Vespa antes de las ocho.

 

En la entrada de la escuela las chicas charlan alegres esperando el sonido de la campana. Babi y Daniela bajan del carro y saludan al padre. La Mercedes se aleja en el tráfico de Plaza Euclide. Rápido un grupo de chicas corren hacia ellas.

‘Babi, es cierto que ayer fuiste a la Serra e hiciste la groupie?’

‘Es cierto que huiste fugando de la municipal?’

‘Un policía te agarro por los cabellos, Step lo golpeo y escaparon en su moto?’

‘Es cierto que murieron dos muchachos?’ Daniela escucha incrédula. La Vespa no fue sacrificada inútilmente. Aquella es la verdadera gloria. Babi no cree sus orejas. Como hacen para saber todo? No completamente todo. La historia del estiércol, por suerte, permaneció secreta. El sonido de la campana la salva.

Mientras sube las escaleras, responde vagamente a algunas preguntas de las amigas más simpáticas. Aquel día es una celebridad. Daniela la saluda con afecto.

‘Chao Babi, nos vemos en el receso!’ Increíble. Desde que van a la escuela juntas nunca se lo había dicho. Mira a Daniela alejarse rodeada de algunas amigas. Todas le caminan alrededor haciéndole miles preguntas. También ella esta regocijándose de su momento de notoriedad. Es justo, al final ella le había botado sus zapatos Superga. Espera solo que no cuente acerca del estiércol.

Un joven pastor que viene de una parroquia cercana se sienta en la cátedra. Es la primera hora, la de religión. La diversión preferida de todas es meterlo en dificultad con preguntas acerca del sexo y relaciones prematrimoniales. Narran desinhibidas ejemplos precisos y hechos sucedidos a tremendas y fantasmales amigas, que casi siempre, son ellas mismas. Prácticamente, esa hora de religión se transformo en una verdadera hora de educación sexual, la única materia en la cual todo el salón habría tenido la suficiencia completa.

El pastor trata de esquivar una pregunta bien precisa acerca de su vida privada antes de tomar los votos. Abre la Biblia cortando así el gran interés que se genero alrededor de sus improbables pecados. Babi revisa el diario. La próxima hora es griego.

La Giacci interroga. Esta por cerrar el último trimestre antes de los exámenes de aptitud. Al terminar las materias no habría más interrogaciones. Revisa las marcas que tiene. Faltan solo tres para completar el ciclo. Quienes serian las ‘afortunadas’. Babi lee los nombres. Esta de nuevo Silvia Festa. Pobrecita, bella semana que le ha tocado. Babi se voltea hacia ella. Esta con las manos en las mejillas y mira al frente. Babi la llama con un susurro. Silvia se da cuenta.

‘Que pasa?’

‘Pendiente que hoy la Giacci te interroga en griego.’

‘Lo se.’ Silvia le sonríe, después mueve de la espalda de la compañera de frente el libro que ha apoyado en ella. El de gramática griega. ‘Estoy repasando.’ Babi le sonríe. Para lo que le serviría de todas formas. Quizás era mejor si hubiera prestado atención a religión. En realidad, solo un milagro la salvaría. La campana suena. El joven pastor se aleja. Lleva consigo un maletín de piel suave oscura y también unas ultimas dudas. Su forma de caminar es una sincera confesión. Si de joven ha cometido pecados, ellas, las chicas en general, no tuvieron la culpa.

‘Hola Babi!’

‘Pallina, como estas?’

Pallina pone el morral sobre el pupitre de Babi.

‘Bien, con un litro de sangre menos!’

‘Es cierto. Como te fue en los análisis?’

Pallina se arremanga la camisa azul del uniforme mostrando su pálido brazo. ‘Mira aquí!’ Le indica una inyección de la punta ligeramente enrojecida de sangre.

‘Esto no es nada. No sabes cuanto tardo ese medico para conseguirme la vena. Dos horas. Me ha pinchado todo alrededor y mas puyas bajo el brazo, decía el que para hacer salir la vena. Según yo, solo para hacerme mal, me odia. Siempre me ha odiado ese doctor. Después comenzó a decir que no iba a parar nunca. Clásico, para no hacerme pensar en la inyección. Me dice que tengo venas reales, la sangre azul, que debo ser una princesa! Y después ya! Me mete completamente esa aguja en el brazo. Pero yo le hice ver quien era la princesa. Le dispare un ‘Hijo de puta’…’

‘Pallina!’

‘Eres mas gentil. Mi mama me dio una cachetada en la boca. No se quien me lastimo mas, ella o el doctor que odio. Cuando tienes miedo del dolor físico solo quieres silencio alrededor de ti, pero ellos nunca lo entienden. Imaginate que cuando estábamos saliendo se la dio de chistoso con mi madre.’ Pallina imita el tono. ‘ ‘Una cosa es segura señora, con estas venas su hija difícilmente se podrá drogar.’ Pésimo, me dio ganas de vomitar. La única cosa positiva de todo esto fue que después, mi madre me llevo a desayunar en Euclide. Me comí un pastel fabuloso! Por cierto, recibiste mi paquete?’

‘Si, gracias!’

‘No, porque ese portero tuyo tiene la cara de uno que siempre debe saber lo que hay en los paquetes que dejas. Es peor que una maquina de rayos x… se ve que todavía estoy alborotada por los análisis, no?’

‘Bastante.’

‘Entonces no se comió tu cornetto?’

‘No.’ Dice Babi sonriendo.

‘Me perdonaste?’

‘Casi.’

‘Como que casi? Que, debo dejarte dos?’

‘No, debes conseguirme mi Vespa antes de las ocho.’

‘Tu Vespa? Y como hago? Quien sabe donde termino. Quien la tiene? Quien la agarro? Como se yo?’

‘Que se yo? Tú siempre sabes todo. Estas bien metida en el ambiente. Eres la

‘mujer’ de Pollo. Una cosa es segura, cuando mi papa llegue esta noche a las ocho, la Vespa debe estar en el garaje…’

‘Lombardi!’ La Giacci esta en la puerta. ‘Vaya a su puesto, por favor.’

‘Si, discúlpeme profesora, estaba preguntando que habían hecho en la hora de religión.’

‘Lo dudo… igual vaya a sentarse.’ La Giacci va a la cátedra. Pallina agarra el morral. Babi la para. ‘Tengo una idea. No se necesita conseguir mi Vespa, al menos no tan rápido.’

Pallina sonríe.

‘Menos mal. Era imposible! Pero como haremos? Cuando tu padre regrese y no consiga la Vespa que dirás?’

‘Mi papa si conseguirá la Vespa en el garaje.’

‘Y como?’

‘Facil, pondremos la tuya.’

‘Mi Vespa?’

‘Claro, para mi papa son idénticas. Nunca se dará cuenta.’

‘Pero y yo como…’

‘Lombardi!’

Pallina no da tiempo para responder.

‘Esta lección de religión debe haber sido interesantísima. Venga mientras tanto y déjeme ver la justificación.’ Pallina se pone el bolso y le da una última mirada a Babi.

‘Hablamos después.’

Pallina va a la cátedra. Saca afuera el diario y lo abre en la página de justificaciones. La Giacci se lo quita de las manos. Lo lee y lo firma.

‘Esta bien, te hiciste análisis, no? A usted le deberían hacer una transfusión de cultura en vez de exámenes de sangre.’

La Catinelli como fiel aduladora ríe con el chiste. Pero es tan chillona que hasta la Giacci se mantiene fastidiada de esa fingida diversión.

‘Cierto, hay alguien mas que debe enseñarme su diario firmado.’ La Giacci mira irónica a Babi. ‘Cierto Gervasi?’

Babi le lleva el diario ya abierto con la nota firmada. La Giacci lo revisa.

‘Que ha dicho su madre?’

‘Me ha castigado.’ No es cierto, pero es mejor darle la victoria del todo.

De hecho, la Giacci sonríe al oírlo.

‘Ha hecho bien.’ Después se dirige al resto de la clase: ‘Es importante que sus padres sepan apreciar el trabajo hecho por nosotros, los profesores, y lo apoyen plenamente.’ De arriba para abajo todas asienten. ‘Su madre, Gervasi, es una mujer muy comprensiva. Sabe bien que lo que hago, lo hago solo por su bien. Tenga.’ Le devuelve el diario. Babi regresa a su puesto. Extraño modo de hacerme bien, un dos en latín y una nota. Y si me odiara que haría? La Giacci saca de su viejo maletín de piel las tareas de griego dobladas a la mitad. Se abren sobre el escritorio expandiendo en la clase la mágica duda de haber al menos alcanzado la suficiencia.

‘Los anuncio que fue una carnicería. Deben solo esperar que no salga griego en la prueba de aptitud.’ Todas están tranquilas. Ya saben cual saldrá: latín. Todas fingen no saberlo. En realidad esa podría ser una clase de actrices. Roles dramáticos, a juzgar por el momento.

‘Bartoli, tres. Simoni, tres. Mareschi, cuatro.’ Una detrás de la otra, las chicas van a la cátedra a retirar su tarea en silencio.

‘Allesandri, cuatro. Bandini, cuatro con mas.’ Hay una especie de procesión fúnebre. Todas regresan a su puesto y abren rápido la tarea buscando entender la razón de todos esos rayones rojos. Es un trabajo inútil, igual como el intento de traducción que les salio mal.

‘Sbardelli, cuatro y medio.’ Una chica se alza haciendo señal de victoria. De hecho, para ella lo es. Nunca ha salido del cuatro. Aquel medio voto es un verdadero regalo.

‘Carli, cinco.’ Una chica pálida, con los ojos gruesos y los cabellos pegados, siempre habituada al siete, se sorprende. Se alza del pupitre y va con paso lento hacia la cátedra preguntándose en donde se habrá equivocado. Un escalofrío de alegría recorre los pupitres. Es una de las sabelotodos de la clase, y nunca deja copiar sus tareas.


Date: 2016-01-05; view: 508


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