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TRES METROS SOBRE EL CIELO 6 page

Babi mira feliz la rosa. Después lanza de nuevo sus brazos a su cuello y lo besa con pasión. Esta de verdad enamorada. Como no podría estarlo después de todo esto? Marco la alega ligeramente, siempre agarrandola por la espalda.

‘Dejame ver… estas bellísima así. Eres muy elegante. Pero quien te eligió todas estas bellas cosas?’

Marco le arregla la bufanda azul alrededor el cuello. Babi lo mira sonriendo con sus grandes ojos azules.

‘Tu, tesoro.’

Marco la abraza. Van hacia la salida.

‘Puedes dejar la Vespa aquí?’

‘Porque, a donde vamos?’

‘A agarrar un aperitivo y después a comer algo.’

‘Debo avisarle a mi madre.’

Babi se monta en el GT. Marco gentilmente se ocupa de meter el candado a la rueda anterior de la Vespa. Después se monta en el carro y se aleja veloz en el trafico de la noche. Babi telefona a su mama. Están jugando a las cartas en casa de los Bonelli. Raffaella es tan concentrada con las cartas que escucha distraída el cuento de Babi. Se va a comer una pizza. Esta Marco pero naturalmente hay un grupo de amigas. La Vespa la deja donde Pallina, la iría a buscar el día después, Marco le ha regalado una bufanda. Justo la ultima noticia es la que alegra a Raffaella. Babi tiene permiso de ir.

Comen en el Matriciano, una pizzería-restaurante en la vía Gracchi in Prati, muy famosa porque van actores y personajes notables.

Hablan de la búsqueda del tesoro. Babi le dice cuanto se divirtió. Cuanto le gusto todo, cuanto serian envidiosas sus amigas. Marco habla poco, pero no logra esconder lo orgulloso que esta de la idea.

Se burla del hecho que fue a Villa Glori, preocupado que ella no hubiera entendido algún mensaje y nunca hubiera llegado. Babi se hace la ofendida. Marco le sonríe. Babi se toca los cabellos. El la acaricia la mano. Entra un notorio actor con una bella chica aun no famosa. Se volverá rápido, al menos en alguna novela o reality, juzgando por su comportamiento. Un mesonero saluda al actor y le consigue rápido un puesto. Babi lo mira. Se gira varias veces a mirarlo y le dice a Marco. El le sirve de beber fingiendo suficiencia y desinterés a esa noticia. La mayor parte de las personas del loca se comportan como Marco. Algunos no resistiendo se voltean a mirar al actor. Algún otro lo saluda, orgulloso de poder demostrar que es su amigo. El actor regresa los saludos, después le confía a la bella chica que no sabe quien será esa gente. Ella ríe mas o menos honestamente. Quizás se convertirá de verdad una discreta actriz. Muchos continúan a comer fingiendo como si lo vieran todos los días. En realidad no se entiende muy bien porque el Matriciano es tan famoso. La gente va para encontrarse a personajes famosos, pero cuando estos llegan todos fingen de no verlos.

Mas tarde dan un breve paseo en el centro. Entran en Giolitti y piden un helado. Babi casi pelea con el camarero para tener doble sirop. Marco paga un adicional tratando de contentarla. Después, discutiendo todavía del helado, del camarero, de Giolitti y del doble sirop casi no se dan cuenta de terminar en casa de Marco. Abren la puerta lento para no despertar a los padres. Caminan en las puntas de los pies hasta su cuarto. Cierran la puerta y con un poco de tranquilidad prenden la radio. La tienen baja. Un tierno beso la lleva a la cama. En Tele Radio Stereo una calida voz femenina anuncia otro disco romántico. Un poco de luna entra por la ventana. En esa mágica penumbra, Babi se deja acariciar. Lentamente Marco se apodera del vestido que le ha regalado. Ella se queda en ropa intima. El la besa entre el cuello y la espalda, acariciándole los cabellos, le toca el seno, el pequeño abdomen liso. Después se la lleva encima y la mira.



Babi esta allí, encima de el. Tímida y ligeramente asustada, lo mira. Marco le sonríe. Sus dientes blancos aparecen en la penumbra.

‘Estaba segura que elegirías este. Estas bellísima.’

Babi abre los labios. Marco se inclina hacia ella besándola. Ella, casi inmóvil, delicada y suave, responde su beso. Esa noche en Tele Radio Stereo pasaron las mas bellas canciones compuestas en el mundo. O al menos así les parece a ellos. Marco es dulce y tierno e insiste a largas para tener algo mas. Pero no sirve de nada. Tiene solo el placer y la fortuna de ver como ella esta sin la parte de arriba, nada mas. Mas tarde la lleva a casa. La acompaña hasta su puerta y la besa tiernamente escondiendo esa extraña rabia. Después regresa manejando veloz en la noche. Se recuerda esa canción de Battisti que hablaba de una chica igual a una torta de vainilla decorada. Una chica feliz de no ser comida.

‘Practicamente igual a ella, y yo solo he probado solo una cucharadita.’ Después piensa en toda la búsqueda del tesoro, en cuanto ha gastado. El tiempo que tardo por hacer esas frases que rimaran. Los lugares que eligió y todo el resto. Entonces gira y decide de ir al Gilda. Otro pensamiento le quita hasta el ultimo escrúpulo. Aparte de todo el resto, Babi logro tener su helado con doble sirop.

 

Los recuerdos…

De repente hay un extraño silencio. La clase esta como inmóvil, en el aire. Babi mira las chicas alrededor de ella, sus amigas. Simpáticas, antipáticas, flacas, gordas, bellas, feas, tiernas. Pallina. Alguna hojea veloz el libro, otra releen preocupadas la lección. Una, particularmente nerviosa, se masajea los ojos y la frente. Alguna otra baja la cabeza tratando de esconderse. Es el momento de las interrogaciones. La Giacci pasa su índice castigador por el registro. Es toda una escena. Ya sabe donde pararse. ‘Giannetti!’ Una chica se alza dejando en el pupitre sus esperanzas y un poco de su color. ‘Festa.’ También Silvia agarra su cuaderno. Logro copiar la versión por un pelo. Avanza entre dos filas de pupitres, y después va a la cátedra y deja el cuaderno. Se para también cercano a la puerta, de lado a la Giannetti. Las dos se miran desconsoladas, tratando de hacer fuerza en aquella dramática suerte común. La Giacci alza la cabeza del registro y mira alrededor. Algunas chicas sostienen su mirada para mostrar que están seguras y tranquilas. Una farsante preparada sopla vistosamente, casi ofreciéndose. Todos los corazones saltan un poco acelerando.

‘Lombardi.’

Pallina se alza. Mira a Babi. Parece darle el último adiós. Después se dirige hacia la cátedra, ya condenada a la insuficiencia. Pallina agarra puesto entre la Giannetti y Silvia Festa, que le sonríe. Después le susurra ‘Tratemos de ayudarnos’ que hace caer a Pallina en la incomodidad total. La primera a ser interrogada es la Giannetti. Traduce un pedazo de la versión, equivocándose en algún acento. Trata desesperadamente algunas palabras que en italiano rinden bastante. No consigue nunca de que verbo viene un difícil pasado pretérito. Adivina por suerte el participio futuro, pero no le llega nunca el gerundio. Silvia Festa duda en la primera parte de la traducción, la más fácil. No adivina un verbo, no se acerca siquiera. Admite prácticamente de haber copiar la versión. Cuenta después una extraña historia de su madre que no esta bien, como ella del resto, en ese momento. No se sabe como, declina perfectamente un nombre de la tercera. Pallina se queda muda. Le ha tocado la tercera parte de la versión. La mas difícil. La lee veloz sin equivocar un acento. Pero allí se detiene. Trata una traducción de la primera frase. Pero un adjetivo en el lugar equivocado le esta dando una interpretación muy fantasiosa. Babi mira preocupada a la amiga. Pallina no sabe que hacer. Desde su puesto Babi abre el libro. Lee el pedazo de la versión. Revisa la frase traducida correctamente en el cuaderno de la compañera cómplice. Después con un ligero susurro llama la atención de Pallina. La Giacci con aires de suficiencia fastidiada mira afuera de la ventana, esperando respuestas que no llegan.

Babi se extiende en el pupitre y escondida por la de adelante, sugiere a su amiga del alma la perfecta traducción del pedazo. Pallina le manda un beso con la mano, después repite a voz alta, en el orden exacto, todo aquello que Babi apenas le ha sugerido. La Giacci, escuchando las palabras justas en el orden correcto, se voltea hacia la clase. Es todo muy perfecto para que sea solo suerte. En la clase todo se vuelve normal. Todas las muchachas regresan a su puesto, inmóviles. Babi, sentada correctamente, mira a la Giacci con ojos ingenuos e inocentes. Pallina casi tentando a la suerte sonríe. ‘Me disculpa profesora, pero estaba confundida y me bloquee, pero le pasa hasta a los mejores, no?’ Después de la traducción normal comienzan las preguntas acerca de los verbos, y acerca de eso se siente mas segura. Lo peor había pasado. La Giacci sonríe. ‘Muy bien Lombarda. Escuche, traduzca ahora una otro pedazo, hasta la palabra habendam.’ Pallina recae en la inseguridad total. Lo peor esta por venir. Afortunadamente la Giacci regresa a mirar afuera. Babi lee la traducción de la nueva frase, después espera algún segundo. Esta todo tranquilo. Se extiende en el bando para soplarle de nuevo a la amiga. Pallina mira una ultima vez a la profesora. Después mira hacia Babi lista para repetir el juego. Pero justo en ese momento la profesora se gira lentamente. Mira enfrente al escritorio y agarra a Babi in fraganti. Con la mano alrededor de la boca. Babi, casi advirtiendo la sensación de ser descubierta, se voltea de golpe. La ve. Sus miradas se cruzan a través de las espaldas de algunas compañeras inmóviles. La Giacci sonríe satisfecha.

‘Ah, muy bien. Tenemos una chica verdaderamente preparada en esta clase. Gervasi, viendo que sabe todo, venga aquí a traducir el resto de la versión.’

Pallina sintiéndose culpable interrumpe a la Giacci.

‘Profesora, lo siento, es mi culpa, yo fui la que pidió las explicaciones.’

‘Muy bien Lombardi, lo aprecio. Es muy noble de su parte. Nadie le discute que no sabia absolutamente nada. Pero ahora quiero escuchar a Gervasi. Venga, venga por favor.’

Babi se alza pero se mantiene en su puesto.

‘Profesora, no estoy preparada.’

‘Esta bien, vengase igual, venga.’

‘No veo porque debería ir allá a decirle la misma cosa. No estoy preparada. Me disculpa, no pude estudiar. Pongame un nota que no preparada.’

‘Buenisimo entonces le pondré dos, esta feliz?’

‘Casi como la Catinelli cuando raspa en las versiones!’ En la clase todos ríen. La Giacci bate la mano en el registro.

‘Silencio. Gervasi traiga el diario: quiero ver si será feliz también de la nota que deberá hacer firmar. Y sobretodo me hará saber que tan feliz será su madre.’ Babi lleva el diario a la profesora que escribe algo veloz y con rabia. Después cierra el diario y se lo devuelve.

‘Mañana lo quiero ver firmado.’ Babi piensa que hay cosas peores en la vida, pero quizás es mejor no darle mucha publicidad a ese pensamiento. Regresa en silencio a su puesto. Silvia Festa logra un cinco. Es demasiado para su pobre interrogación. Pero quizás fueron premiadas las excusas. También en esas debe tratar de mejorar. Con todos esos inventos tarde o temprano su mama morirá.

Pallina regresa al pupitre con un bello cuatro, que de noble no tiene nada. La Giannetti logra tener por un pelo la suficiencia. La Giacci escribiendo su nota le dedica también un proverbio latino. La Giannetti hace una mueca extraña disculpándose por no saber bien que decir. En realidad, no ha entendido nada. Mas tarde, su compañera de pupitre, la Catinelli, le traduce eso también. Es la historia macabra de uno con un solo ojo que es feliz de vivir en un lugar llego de ciegos. Babi abre el diario. Va al final, en las últimas páginas. Cerca al elenco alfabético de sus compañeras ha puesto las hojas donde marca todas las que han sido interrogadas. Pone las ultimas rayas en la hoja de latino a Giannetti, Lombardi y Festa. Con la de Silvia termina el segundo giro de interrogaciones. Después Babi mete una raya cerca de su nombre. La primera interrogada del nuevo ciclo. Nada mal comenzar con un dos. Por suerte las otras notas son altas. El promedio de matemática le da todavía un seis. Cierra el diario. Una compañera de la fila lateral le lanza un papelito a su pupitre. Babi lo esconde rápido. La Giacci esta eligiendo la nueva versión para la próxima semana. Babi lee el papel.

Increíble! Fuertísimo! Estoy orgullosa de tener una amiga así. Eres la mejor. P.

Babi sonríe, entiende rápido por que esta la P. Gira hacia Pallina y la mira. Es muy simpática. Mete el papel en el diario. De repente se recuerda de la nota. Va rápido a leerla.

A la gentil señora Gervasi. Su hija ha venido a la lección de latín completamente no preparada. Como si no bastara, al ser interrogada, ha respondido de forma impertinente. Deseo hacerle saber de su comportamiento. Cordialmente, profesora A. Giacci.

Babi cierra el diario. Mira a la profesora. Es de verdad una idiota. Después piensa en su madre. Una nota, probablemente la castigara. Le dará un sermón largísimo. Y quien sabe que otra cosa. De una cosa esta segura. Su mama no le dirá ‘Fuerte Babi, eres la mejor.’

 

Un perro lobo corre veloz en la playa con un bastón en la boca. Dobla las piernas y rápido la regresa, casi deslizando en la arena, alzándose entre las olas de la orilla. Alcanza a Step. Se deja quitar el bastón de la boca babeando un poco. Después se acuesta, con la cabeza doblada entre las piernas delanteras, unidas, cercanas al suelo. Step hace como si fuera a tirar el bastón a la derecha. El perro se pone atento, pero después se da cuenta que seria inútil. Step lo engaña de nuevo.

Al final lanza el bastón lejos, en el agua. El perro sale. Se lanza al mar sin dudas. Con la cabeza alzada avanza entre cualquier pequeña onda y leves corrientes. El pedazo de madera flota un poco mas allá. Step se sienta a mirar. Es un bello día. No hay nadie todavía. De repente, un fuerte sonido. Una gran luz. El perro desaparece. El agua también, el mar, las montañas lejanas, las colinas a la derecha, la arena.

‘Que rayos sucede?’

Step gira en la cama cubriéndose la cara con la almohada.

‘Que coño es esta invasión?’ Pollo después de subir las persianas abre la ventana.

‘Mama mía, que olor! Mejor que abramos un poco. Ten, te trajo sándwiches.’ Pollo lanza la bolsa verde que dice Euclide en la cama. Step se alza y se estira un poco.

‘Quien te abrió, Maria?’

‘Si, esta haciendo el café.’

‘Pero que hora es?’

‘Las diez.’

Step finalmente se para de la cama.

‘Pero no me podías dejar dormir un poco mas?’

Step va al baño. Agarra la tapa del inodoro que lanza contra la cerámica haciendo un rumor seco. En el cuarto, Pollo abre el periódico ‘Corriere dello Sport’ y alza un poco la voz.

‘Me debes acompañar a retirar la moto donde Sergio. Me ha llamado diciendo que esta lista. Ah, has visto que la Lazio ha confirmado a Stani, el defensor del Manchester. Muy bueno ese Jaap.’

Pollo comienza a leer un articulo, después, sintiendo que Step no termina:

‘Pero que, te bebiste un río?’

Step presiona la manija para bajarla.

Regresa en el cuarto, agarrando el paquete de Euclide.

‘Te lo justifico solo porque llegaste con estos.’

Después va a la cocina seguido por Pollo. La cafetera humeando fue puesta en una tabla de madera. Cerca esta una jarra con la leche calentada y un cartón normal azul con leche fría entera.

Maria, la señora de la limpieza, es una pequeña mujer de casi cincuenta años. Sale de la cuartito cerca donde apenas ha terminado de planchar.

‘Maria ves a este?’ Step indica a Pollo. ‘Cualquiera que haga o diga, en esta casa el no debe entrar antes de las once.’ Maria lo mira un poco preocupada.

‘Le he dicho que usted quería dormir. Pero sabe que me respondió? Que si no abría derribaba la puerta.’ Step mira a Pollo.

‘Le has dicho así a Maria?’

‘Bueno de verdad…’ Pollo sonríe. Step finge estar molesto.

‘Le has dicho eso? Me asustas a Maria…?’ Step agarra en el aire el cuello de Pollo llevándoselo debajo del brazo e inmovilizándole la cabeza. ‘Le has dicho así, eh? Haces de nazi aquí en mi casa y te buscas problemas.’ Agarra la llama de la leche hirviente y se la acerca a la cara.

Pollo siente el calor y grita exagerando. ‘Ay Step, quema… anda coño, me duele.’ Step lo aprieta un poco mas.

‘Ah, dices puras groserías, ahora estas loco. Dile disculpas a Maria rápido. Adelante, pidele perdón.’ Maria mira preocupada la escena. Step avecina aun mas la llama a la cara de Pollo.

‘Ay, me quemaste. Discúlpame Maria, disculpa.’ Maria se siente culpable de todo lo que esta sucediendo.

‘Step déjalo. Me equivoque. No dijo que tiraba la puerta. Soy yo la que entendió mal. Eso, dijo que pasaba mas tarde. Si, ahora recuerdo, ha dicho justo así.’ Step suelta a Pollo. Los dos amigos se miran. Después comienzan a reír. Maria los ve sin entender muy bien. A un cierto punto Step para.

‘Esta bien Maria. Gracias. Este tipo necesitaba una lección. Puedes ir para allá. Veras que de hoy en adelante se comportara mejor.’

Maria mira arrepentida a Pollo. Con un guiño trata de hacerle entender que no quería que llegara a tanto. Después agarra las cosas apenas planchadas y las lleva hacia los cuartos. Step divertido la mira alejarse. Después se voltea donde Pollo. ‘Pero que, eres tonto? Me aterrorizas a la camarera?’

‘Pero ella no me quería abrir.’

‘Bueno, tu pides por favor no? Que haces, le dices que vas a tumbar la puerta? La próxima vez te quemo en serio esa cara que tienes.’

‘Entonces déjame las llaves, no?’

‘Si, para cuando no este me pules la casa.’

‘Que, estas bromeando? De verdad piensas que podría hacer una cosa así?’

‘No, la verdad no. Lo dudo pero es mejor no darte la posibilidad.’

‘Que infame eres, regrésame rápido mis sándwiches.’

Step sonríe y desaparece uno inmediatamente devorándolo. Pollo abre el periódico y se hace el ofendido. Step se sirve el café. Después le echa café caliente y un poco del frió. Después mira a Pollo. ‘Quieres un poco de café?’

‘Si, gracias.’ Responde con seriedad. No esta todavía dispuesto a ceder del todo. Step le echa un poco en una taza.

‘Anda, me baño y te acompaño a buscar la moto.’ Pollo bebe un poco del café.

‘Hay solo un pequeño problema. Me faltan doscientos euros.’

‘Pero como, con todas las cosas que agarraste anoche?’

‘Tenia un saco de deudas. Debí pagar la comida, la tintorería y después debía restituirle dinero a Furio, el del Toto.’

‘Como carajo juegas siempre en el Toto Nero si no tienes nunca un euro.’

‘Es por eso, tengo a la suerte. Aunque guarde ciento cincuenta euros para la moto, Sergio llamo y dijo que tuvo que cambiar el otro pistón, cojines y el resto. Después cambio de aceite completo y otras cosas que no recuerdo. Moraleja: cuatrocientos euros. La moto me sirve. Esta noche es la carrera, debería subirla al menos a cien. Tu que haces, vienes?’

‘No lo se. Mientras tanto busquemos doscientos euros.’

‘Ya. Sino no se va a ninguna parte.’

‘Tu no vas a ninguna parte.’ Step le sonríe, después va al cuarto de Paolo, su hermano. Comienza a hurgar en las chaquetas. Abre las gavetas del armario. Después pasa a las mesitas de noche. Pollo esta en la puerta y lo ve. Mira alrededor. Step se da cuenta.

‘Que rayos haces ahí parado. Te la das de palo en mi casa? Dale, dame una mano.’

Pollo no se lo hace repetir dos veces. Va hacia la otra parte de la cama. Abre la gaveta de la otra mesita de noche.

‘Tipo prudente tu hermano, no?’ Pollo mira a Step. Tiene en la mano una caja de condones y una sonrisa estupida en la cara.

‘Muy prudente! Tan prudente que no deja mas ni medio euro olvidado.’

‘Bueno, tendría razones. Después de todas las veces que lo limpiamos…’ Pollo se mete tres preservativos en el bolsillo antes de regresar la caja a su lugar. Es optimista. Step trata de conseguir algún escondite posible.

‘Nada que hacer, no hay nada por ningún lado. Yo no tengo ni un euro para prestarte.’ Por la puerta pasa Maria con algunas camisetas y suéteres de Step en la mano derecha y camisas de Paolo perfectamente planchadas en la izquierda.

Pollo le indica con la cabeza. ‘Y a ella? Podemos pedirle?’

‘Pero como! Le debo todavía el dinero de los periódicos de la semana pasada.’

‘Entonces como hacemos?’

‘Estoy pensando. El Siciliano y los demás son mas pobres que nosotros, así que ni hablar. Mi mama esta de viaje.’

‘A donde?’

‘A las islas canarias creo, o a Seychelles. Igual si estuviera aquí no seria el caso.’ Pollo asiente. Sabe perfectamente como es la relación de Step con su mama.

‘Y tu padre? No te los puede prestar?’ Step agarra una camisa apenas planchada y la lanza en la cama donde ya ha preparado los boxers y los jeans.

‘Si, voy hoy a comer con el. Me ha llamado ayer diciendo que debe hablar conmigo. Ya se que me va a decir. Me preguntara que intención tengo acerca de la universidad y el resto. Y yo que hago? En vez de responderle le digo: papa dame doscientos euros que debo retirar la moto de Pollo, eh? Diría que no. Maria!’ La mujer aparece en la puerta. ‘Disculpa, donde esta la chaqueta azul oscuro?’

‘Cual, Stefano?’

‘Es como aquella verde militar, solo que azul marino, la compre el otro día. Es como la de los policias.’

‘Ah, ya se cual es, la metí en el armario de su hermano. Pensé que era suyo.’ Step sonríe. Paolo con una chaqueta del genero. Seria todo un show. El y su ropa. Step va al corredor. Abre el armario. Ahí esta su chaqueta. Fácil de encontrar. Es el único entre tantas chaquetas a cuadros y trajes grises.

Step se aprovecha y comienza a revisar la ropa del hermano, nada que hacer. Después regresa al cuarto. Pollo esta en su cama. Tiene la billetera abierta. Revisa sus finanzas esperando un milagro que no le llego. Lo cierra disgustado. ‘Entonces?’

‘Se feliz. He conseguido la solución.’

‘Y esa seria?’

‘El dinero me lo dará mi hermano.’

‘Y porque debería dártelos?’

‘Porque lo chantajeare’

Pollo esta mas tranquilo. ‘Ah, claro!’ Lógicamente para el, chantajear a un hermano es la cosa mas natural del mundo. Al final se arrepiente ser hijo único.

 

Paolo, el hermano de Step, esta en su oficina. Vestido elegantemente, sentado en un escritorio, revisando algunas cuentas del señor Forte, uno de los clientes mas importantes de la agencia de finanzas. Paolo ha estudiado en la Bocconi. Graduado con honores, regreso de Milán y consiguió rápido un optimo puesto como agente financiero. No para nada es un Bocconiano. En realidad, el padre con todos sus contactos, lo recomendó. Pero mantener el puesto y tener el aprecio de todo el piso lo logro por su cuenta. Es también cierto que en esa agencia nunca han repudiado a alguien.

Una joven secretaria con una camisa de seda color crema, quizás un poco muy transparente para ese mundo de tasas y fiscales, donde la transparencia no es algo visto diariamente, entra en la oficina de Paolo.

‘Doctor?’

‘Si, dígame.’ Paolo deja de revisar las cartas para dedicarse enteramente al sostén de la secretaria y rápido después a eso que tiene que decirle.

‘Esta su hermano con un amigo. Lo dejo entrar?’

Paolo no da tiempo a inventar una excusa. Step y Pollo entran en su oficina.

‘Claro que me deja entrar. Coño, soy su hermano! Sangre de su sangre, señorita. Nosotros nos dividimos todo. Ha entendido? Todo.’ Step toca el brazo de la secretaria insinuando así a la eventual pero remota posibilidad que a Paolo esa joven y bella muchacha aparte de papeles y lista de llamadas le este pasando otra cosa. ‘Entonces aquí yo puedo entrar siempre, verdad Pa?’

Paolo asienta.

‘Cierto.’ La secretaria mira a Step, estando habituada a tratar con señores mas ancianos y con corbata, lo trata con respeto.

‘Disculpe, no lo sabia.’

‘Bien, ahora lo sabes.’ Step le sonríe. La secretaria se mira el brazo agarrado por Step.

‘Puedo irme ahora?’

Paolo, que gracias a los nuevos lentes no se había dado cuenta de nada, le da el permiso. ‘Claro, gracias, puede irse señorita.’

Quedando solos, Pollo y Step se sientan en dos poltronas giratorias de piel enfrente al escritorio de Paolo. Step se agarra duro. Después da un empujón con el pie.

‘Elijes bien tus secretarias.’ Step da un giro completo y vuelve de frente con el hermano. ‘Di la verdad, te la agarraste no? O lo hiciste o has estado tentado a hacerlo y ella no. En este caso, deberías despedirla, que importa.’

Paolo lo mira molesto. ‘Step, es posible que te deba repetir siempre lo mismo? Cuando vienes acá podrías decir menos groserías, hacer menos alboroto? Aquí yo trabajo. Todos me conocen.’

‘Porque, que hice? He hecho algo Pollo? Dile tu que yo no he hecho nada.’

Pollo mira a Pollo tratando de hacer la cara mas convincente que pudiera. ‘Es cierto, no ha hecho nada.’

Paolo suspira.

‘Es inútil hablar con ustedes dos, es fatiga gastada. Como anoche. Te he pedido miles de veces que cuando regreses tarde vayas lento, y tu nada. Siempre haces un gran alboroto.’

‘No Pa’, disculpa. Ayer regrese y tenia hambre. Que hacia, no comía? Me prepare un bistec nada mas.’

Paolo le da una sonrisa irónica a su hermano.

‘No es que no quiera que no comas. El problema es como lo haces, como haces todo… siempre haciendo ruido, batiendo las puertas, el refrigerador, despreocupado del hecho que soy yo el que duerme, que me debo parar temprano! Y a ti que te importa? Te paras cuando te parece… saliendo del tema, se que hoy vas a comer con papa.’

Step se sienta mejor.

‘Si, porque? Han hablado de mi?’

‘No, me lo dijo hoy. Me llamo antes. Imaginate de que hablaríamos de ti, yo no se nada de ti ahora.’ Paolo mira mejor a su hermano. ‘Solo se que te vistes siempre mal, con esas chaquetas oscuras, los jeans, los zapatos deportivos. Pareces el propio gangster.’

‘Pero yo soy un gangster.’

‘Step, deja tus idioteces. Ahora porque viniste acá? En serio… hay algún problema?’

Step mira a Pollo, después al hermano.

‘Ningun problema, pero me debes dar trescientos euros.’

‘Trescientos euros? Pero que, estas loco? Y que, yo el dinero lo consigo así rápido?’

‘Esta bien, entonces doscientos.’

‘Ni hablar, no te doy nada.’

‘Ah si?’ Step se inclina hacia su escritorio. Paolo asustado se echa para atrás. Step le sonríe. ‘Hey hermano, calma, nunca te haría nada, lo sabes.’ Después descuelga el intercomunicador conectado con la secretaria. ‘Señorita, puede venir un momento?’

La secretaria no le hace caso a la diferencia de voces.

‘Voy rápido.’

Step se sienta cómodo en el sofá, después sonríe a Paolo.

‘Entonces querido hermanito, si no me das rápido los doscientos euros, cuando llegue tu secretaria yo le quitare la ropa interior.’

‘Que…?’ Paolo no tiene tiempo de decir algo mas. La puerta se abre. La secretaria entra.

‘Si, doctor?’

Paolo trata de salvarse. ‘Nada señorita, puede irse.’ Step se alza.

‘No, señorita, disculpe, espere un momento.’ Step va cerca de la secretaria. La chica se queda mirando a todos los tres en silencio sin entender bien que hacer. Esa situación es un poco diferente a esas labores que debe siempre realizar. La secretaria mira interrogativa a Step.


Date: 2016-01-05; view: 470


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