Home Random Page


CATEGORIES:

BiologyChemistryConstructionCultureEcologyEconomyElectronicsFinanceGeographyHistoryInformaticsLawMathematicsMechanicsMedicineOtherPedagogyPhilosophyPhysicsPolicyPsychologySociologySportTourism






TRES METROS SOBRE EL CIELO 1 page

De claranegra para foro.cinetube.es

 

‘Cathia tiene el culo mas bello de Europa’. El graffiti rojo brilla en toda su

 

desfachatez en una columna del puente de la calle Francia.

Vecino, un águila real, esculpida hace tanto tiempo que seguramente habrá visto el culpable, pero nunca hablara. Un poco mas abajo, como una pequeña águila protegida por sus rapaces garras de mármol, esta sentado el.

Cabellos cortos, casi nunca peinados, bajo detrás del cuello como un marino, una chaqueta Levi’s oscura.

El cuello hacia arriba, una Marlboro en boca, los lentes Ray-Ban en sus ojos. Tiene un aire de duro, aunque si no lo estuviera deseando. Una sonrisa bellísima, pero son pocos los que han tenido la fortuna de apreciarla.

Algunos carros en el fondo se paran amenazantes en el semáforo. Están allí, en línea como si fuera un desfile, si no fuera por su diversidad. Un 500, un New Beetle, un Micra, un auto americano no identificado, un viejo Punto.

En una Mercedes 200, un flaco dedo con las uñas comidas le da un leve empujón a un CD. De las cornetas Pioneer laterales cobra vida de repente la voz de un grupo de rock.

El automóvil vuelve andar siguiendo el flujo. Ella quiere saber ‘where is the love’ ¿pero existe de verdad? De una cosa esta segura, lo trataría de descubrir si no fuera por su hermana que de la parte trasera insiste en repetir: ‘Pon a Eros, anda, quiero escuchar Eros’.

La Mercedes pasa justo cuando ese cigarrillo, casi terminado, cae a tierra, empujada por una última probada decidida y ayudada por un poco de viento. El baja de los escalones de mármol, se arregla un poco sus pantalones y sale en su moto Honda blu VF 750 custom. Como encantado se encuentra entre los carros. Su Adidas derecho cambia, ajusta y deja andar al motor potente que empuja como una onda en medio del tráfico.

El sol esta saliendo, es una bella mañana. Ella esta yendo a la escuela, el no se ha ido a dormir todavía de la noche anterior. Un día como cualquier otro. Pero en el semáforo se encuentran uno al lado del otro, y entonces no será un día como cualquier otro.

El semáforo en rojo.

El la ve. La ventanilla esta abajo, una cola de cabellos rubios ceniza descubre por pedazos su cuello suave. Un perfil ligero pero decidido, sus ojos azules, dulces y serenos, escuchan soñadores y entrecerrados la canción. Tanta calma lo golpea.

‘Hey!’

Ella se voltea hacia el, sorprendida. El sonríe, parado cerca de ella, en su moto, sus hombros anchos, sus manos ya rápidamente bronceadas para la mitad de abril.

‘¿Quieres venir a pasear conmigo?’

‘No, estoy yendo a la escuela.’

‘Bueno no vayas, haz como que vas y yo te voy a buscar ahí enfrente.’

‘Lo siento.’ ella hace una sonrisa falsa y forzada ‘Me he equivocado de respuesta, no me provoca ir a pasear contigo.’



‘Ve que conmigo te divertirás.’

‘Lo dudo.’

‘Resolveras todos tus problemas.

‘No tengo problemas.

‘Esta vez soy yo el que lo duda.’

El semáforo en Verde.

La Mercedes 200 avanza rápido dejando terminar la risa segura de el. El padre se gira hacia ella ‘Pero quien era ese? Un amigo tuyo?’.

‘No papa, solo un cretino’

Cualquier segundo después la Honda regresa de nuevo. El se agarra a la ventanilla y con la derecha da un giro al acelerador, lo suficiente como para no hacer tanto esfuerzo, aunque con su fuerte brazo no habría tenido muchos problemas en esforzarse.

El único que parece tener algún problema es el padre.

‘Pero que hace este inconsciente? Porque se acerca tanto?’

‘Tranquilizate papa, yo me ocupo’

Se voltea decidida hacia el.

‘Escucha, no tienes nada mejor que hacer?’

‘No.’

‘Bueno, consíguelo.’

‘Ya conseguí algo que me gustaría.’

‘Y que será?’

‘Pasear contigo. Anda, te llevo por la Olimpica, corremos fuerte con la moto, después te ofrezco el desayuno y te regreso a la hora de la salida de la escuela. Te lo juro.’

‘Creo que tus juramentos valen bien poco.’

‘Cierto’ sonríe, ‘mira, ya que conoces tanto de mi, di la verdad, ya te gusto no?’

Ella se rie y mueve la cabeza.

‘Bueno, ahora basta’ abre un libro que saca de su mochila Nike, ‘Debo pensar a mi verdadero y único problema.’

‘Cual?’

‘La interrogación de Latín.’

‘Creia que era el sexo.’

Ella se voltea molesta. Esta vez no sonríe más, ni siquiera por pretender.

‘Levanta la mano de la ventanilla.’

‘Y donde quiere que la meta?’

Ella oprime el botón. ‘No puedo decírtelo, esta mi padre’.

La ventanilla eléctrica comienza a subir. El espera hasta el último instante, después quita la mano.

‘Nos vemos.’

No da tiempo para escuchar su seco ‘No’. Se inclina ligeramente hacia la derecha. Agarra la curva, escala y consigue potencia desapareciendo veloz entre los carros. La Mercedes continúa su viaje, ahora mas tranquilo, hacia la escuela.

‘Sabes quien era ese?’ La cabeza de la hermana se pone repentinamente entre los dos asientos. ‘Lo llaman ‘10 con honores’’

‘Para mi es solo un idiota.’

Después abre el libro de latín y comienza a repasar el ablativo absoluto. En un pedazo para de leer y mira afuera. Es verdaderamente eso su único problema? Cierto, no aquel que dice ese tipo. Y, sin embargo, no lo volvería a ver nunca más. Regresa a leer decidida. El carro va hacia la izquierda, hacia su escuela, La Falconieri.

‘Si, yo no tengo problemas y no lo volveré a ver mas.’

No sabia, en realidad, de cuanto se estaba equivocando. Acerca de cada una de las cosas.

 

La luna es alta y pálida entre las últimas ramas de un árbol. Los sonidos extrañamente lejanos. De una ventana llegan algunas notas de una música lenta y agradable. Un poco mas abajo, las líneas blancas del campo de tenis brillan derechas bajo la palidez lunar y el fondo de una piscina vacía espera tristemente el verano. En la primera planta del complejo, una muchacha rubia no muy alta, con los ojos azules y la piel suave, se mira indecisa en el espejo.

‘Te sirve la camiseta negra, elástica de la Onyx?’

‘No lo se.’

‘Y el pantalón azul?’ grita mas fuerte Babi de su habitación.

‘No lo se.’

‘Y la licra, te la quieres poner?’

Daniela esta ahora parada en la puerta, mira a Babi con las gavetas de la ropa abiertas y las cosas regadas por todos lados.

‘Entonces me pondré esto...’

Daniela avanza entre algunos zapatos deportivos Superga regados en el suelo, todos talla treinta y siete.

‘No! Eso no te lo pones porque lo estoy guardando.’

‘Igual me lo agarro.’

Babi se lanza encima para recuperar lo que tiene la hermana en las manos agarradas a la cadera: ‘Lo siento, pero no me lo he puesto nunca. Te lo podrias poner primero y después me lo agrandas todo.’

Daniela mira irónicamente a la hermana.

‘Que? Estas bromeando? Mira que tu te pusiste mi falda azul elástica el otro día y ahora para ver mis bellas curvas debes ser un adivino.’

‘Que entro yo en todo eso? Esa la agrando Chicco Brandelli’

‘Que?! Chicco ha probado a tocar y tu no me has dicho nada?’

‘Hay poco de contar.’

‘No creo, juzgando por mi falda.’

‘Es solo apariencia. Que dices de esta chaqueta azul y debajo la camisa rosa durazno?’

‘No cambies la conversación. Dime que paso.’

‘Ay, tu sabes como van estas cosas.’

‘No.’

Babi mira a la hermana pequeña. Es cierto, no lo sabe. Aun no podría saberlo. Es muy redonda y no hay nada suficientemente bello en ella para convencer a alguno a agrandarle una falda.

‘Nada. Recuerda que la otra tarde le dije a mama que iría a estudiar donde Pallina?’

‘Si, entonces?’

‘Entonces, he ido al cine con Chicco Brandelli’

‘Aja?’

‘La película no era nada fascinante, y viendo mejor, el tampoco lo era.’

‘Si, pero llegando al punto. Como fue que se agrando la falda?’

‘Bueno, la película llevaba diez minutos y el se agitaba continuamente en la silla. Y yo pensé: es cierto que este cine es incomodo, pero según mi opinión Chicco quiere intentar algo. Y de hecho, poco después, se echa un poco para atrás y pasa su brazo detrás de mi espaldar. Escucha, que dices si me pongo el vestido, ese verde con los botones adelante?’

‘Continua!’

‘En fin, del espaldar bajo, lentamente, a la espalda.’

‘Y tu?’

‘Yo… nada. Fingía casi de no acordarme de el. Miraba la película, como concentrada. Después me ha llevado hacia el y me ha besado.’

‘Te beso Chicco Brandelli? Guau!’

‘Porque te emocionas tanto?’

‘Es un chico bello’

‘Si, pero muy creído… siempre esta arreglándose, mirándose en el espejo. Bueno, en el segundo tiempo había reconquistado de inmediato su posición. Me compro un Helado Cornetto Algida. El film se había mejorado un poco, quizás también gracias a la parte de arriba del Cornetto, esa con las nueces. Era fabulosa. Así me distraje y cuando me doy cuenta tiene las manos un poco muy abajo para mis gusto. He tratado de alejarme y el nada que dejaba, se agarro fuerte a tu falda azul. Y así es que se agrando’

‘Que puerco!’

‘Si, imagina que no quería saber nada de parar. Y después sabes que hizo?’

‘No, que hizo?’

‘Se desabotono el pantalón, me agarro la mano y me la llevaba hacia abajo. Si, sabes, hacia su coso…’

‘No! De verdad es un puerco! Y entonces?’

‘Entonces yo para calmarlo he debido sacrificar mi Cornetto. Lo agarre y se lo lance en sus pantalones abiertos, hubieras visto el salto que dio!’

‘Bravo Hermana! Ahora tiene mas que el corazón helado…’

Comienzan a reír. Después Daniela, aprovechándose de la alegría que había en el ambiente, se aleja con el vestido verde de la hermana.

Un poco más allá, en el estudio, en un suave mueble con diseño de cachemir, Claudio se prepara una pipa. Lo divierte ese proceso con el tabaco, pero en realidad es solo un compromiso. En la casa no le permiten fumar más sus Marlboro. La esposa, enérgica jugadora de tenis, y sus hijas, muy saludables, lo regañan con cada cigarrillo prendido, así que paso a fumar pipa. ‘Te da mas clase, te hace parecer mas reflexivo!’ le había dicho Raffaella. Y de hecho, el había reflexionado bien. Mejor tener ese pedazo de madera entre los labios y un paquete de Marlboro escondido en el bolsillo de la chaqueta que discutir con ella.

Le da una probada a la pipa mientras hace una panorámica de los canales televisivos. Sabe ya donde pararse. Algunas chicas bajan de una escalera trasera cantando una estupida canción y mostrando sus firmes senos.

‘Claudio, estas listo?’

Cambia rápido de canal. ‘Si tesoro.’

Raffaella lo mira. Claudio se mantiene sentado en el mueble perdiendo un poco su seguridad.

‘Toma, cambia la corbata, toma esta vinotinto.’

Raffaella deja la habitación sin posibilidad de discusión. Claudio se desata el nudo de su corbata preferida. Después oprime en el control el botón numero cinco. Pero en vez de las bellas chicas se debe contentar de una pobre ama de casa que, enmarcada dentro de un alfabeto, trata de volverse rica. Claudio se mete en el cuello la corbata vinotinto y dedica toda su atención al nuevo nudo.

En el pequeño baño que separa los cuartos de las dos hermanas, Daniela esta exagerando con el delineador de ojos.

Babi aparece cerca de ella.

‘Que te parece?’

Tiene puesto un vestido de flores, rosado y ligero. La aprieta delicadamente en el pecho, dejando el resto libre de caer, como mejor le parece, en sus caderas.

‘Entonces, como estoy?’

‘Bien.’

‘Pero no buenisimo?’

‘Muy bien.’

‘Si, pero porque no dices buenisimo?’

Daniela continúa a tratar de hacer derecha la línea que debería alargarle un poco los ojos.

‘Bueno, a mi no me gusta el color’

‘Si, pero aparte del color…’

‘No me gustan mucho las hombreras tan gruesas.’

‘Si, pero aparte de las hombreras…’

‘Bueno, tu lo sabes, a mi no me gustan las flores’

‘No, pero no les prestes atención’

‘Entonces si, estas buenisimo’

Babi, para nada satisfecha y sin saber siquiera ella que cosa quería oír, agarra el frasco de perfume de Caronne comprado en un Duty-Free de regreso de las islas Maldivas.

Saliendo se tropieza con Daniela.

‘Hey! Ten cuidado.’

‘Ten cuidado tu! Mira como te estas maquillando!’

‘Lo hago por Andrea.’

‘Andrea quien?’

‘Palombi. Lo conocí fuera de la Falconieri. Estaba hablando con Mara y Francesca, las del cuarto año. Cuando se fueron le dije que yo también estaba en la clase de ellas. Maquillada así, cuantos años me darías?’

‘Bueno, pareces mas grande. Al menos quince años.’

‘Pero yo tengo quince años!’

‘Suaviza un poco aquí…’ Babi se mete el índice en la boca, bañándolo, y después lo lleva al parpado de la hermana masajeándolo.

‘Eso, listo.’

‘Y ahora?’

Babi mira a la hermana alzando la ceja.

‘Pareces a punto de cumplir dieciséis.’

‘Aun es muy poco!’

‘Chicas están listas?’

Raffaella, en la puerta de la casa, introduce la alarma. Claudio y Daniela pasan veloces enfrente a ella, por último, llega Babi.

Entran todos en el ascensor. La velada esta por iniciar. Claudio se arregla mejor el nudo de la corbata. Raffaella se pasa veloz varias veces la mano derecha debajo de sus cabellos. Babi se arregla la chaqueta oscura que tiene la espalda amplia. Daniela se mira simplemente en el espejo, encontrando la mirada de la mama.

‘No estarás muy maquillada tu?’

Daniela trata de responder.

‘Dejalo así, estamos retrasados como siempre’. Y esta vez Raffaella se encuentra en el espejo la mirada de Claudio.

‘Pero yo las estaba esperando a ustedes, yo estaba listo a las ocho!’

Pasan en silencio a través de los últimos pisos. En el ascensor entra el olor del estofado de la mujer del portero. Ese sabor de Sicilia se mezcla por un momento con aquella extraña compañía francesa de Caronne, Drakkar y Opium. Claudio sonríe. ‘Es la señora Terranova. Hace unos platos fabulosos.’

‘Le pone mucha cebolla’ es el juicio seguro de Raffaella, que de un tiempo para acá ha optado por la cocina francesa, con la preocupación de todos y la desesperación de la señora de servicio.

La Mercedes se para enfrente al portón.

Raffaella, con un ruido de joyería dorada, señal de recurrencias y navidades mas o menos felices, casi siempre costosas, sale adelante y las hijas detrás.

‘Se puede saber porque no acercan mas la moto Vespa al muro?’

‘Aun mas pegada al muro? Papa estas ciego’

‘Daniela, no te permito que le hables así a tu padre’

‘Escucha mama, mañana podemos ir en Vespa a la escuela?’

‘No, Babi, hace todavía mucho frió’

‘Pero tenemos el parabrisas’

‘Daniela…’

‘Pero mama, todas nuestras amigas…’

‘Las debo ver aun a todas estas amigas con la Vespa.’

‘Si es por eso, a Daniela le darán el Peugeot nuevo que en comparación, visto que te preocupa tanto, corre mas,’

Fiore, el portero, alza la barra. La Mercedes espera, como todas las noches, el lento subir de ese largo hierro con rayas rojas.

Claudio le da un saludo. Raffaella se preocupa solo de cerrar la discusión.

‘Si la próxima semana hace mas calor, veremos.’

La Mercedes sale con un poco mas de esperanza en los asientos traseros y un rayón en su espejo lateral derecho.

El portero regresa a ver su pequeña televisión.

‘Entonces, no me has dicho como estoy vestida así.’

Daniela mira a la hermana. Tiene las hombreras muy largas y para sus gustos esta muy seria.

‘Buenisimo.’ Ha entendido perfectamente como actuar con ella.

‘No es cierto, tengo las hombreras muy largas y soy demasiado perfeccionista como dices tu. Eres una mentirosa, y sabes que te digo? Por esto serás castigada. Andrea ni siquiera te mirara. Quizás si lo hará, pero con todo ese delineador no te reconocerá y se ira con Giulia.’

Daniela trata de responder, sobretodo con respecto a Giulia, su peor amiga. Pero Raffaella se entromete para terminar la discusión.

‘Muchachas, dejen de discutir, sino las regreso a la casa.’

‘Doy la vuelta?’ Claudio sonríe a la esposa, haciendo como si moviera el volante. Pero le basta una mirada para entender que no es el momento.

 

El es ágil y veloz, oscuro como la noche. Luces y reflejos van y vienen en los pequeños espejos de su moto. Llega a la plaza, vuelve a correr apenas ve que por la derecha no viene ninguno, después se va hacia Vigna Stelluti a toda velocidad.

‘Tengo unas ganas de verlo, son dos días que no se nada de el.’

Una bella muchacha de cabello marrón, ojos verdes y un buen posterior prisionero de unos pantalones Miss Sixty, sonríe a la amiga, una rubia alta como ella pero un poco más redonda.

‘Madda, sabes como es todo, aun si han estado juntos nunca quiere decir que ahora tienen una historia’

Sentadas en sus motos, fuman cigarrillos muy fuertes, tratando de dar una imagen fuerte y algunos años de más.

‘Que importa, sus amigos me dijeron que el normalmente nunca llama a nadie.’

‘Porque, a ti te llamo?’

‘Si!’

‘Bueno, quizás se equivoco de numero.’

‘Dos veces?’

Sonríe, feliz de haber puesto en su lugar a la amiga que, sin embargo, no pierde el ánimo.

‘De sus amigos no te puedes confiar. Has visto que hacen?’

Cercano a ellas, con sus motos potentes como sus musculos, Pollo, Lucone, Hook, El Siciliano, Bunny, Schello e muchos otros aun. Nombres improbables de historias difíciles. No tienen un trabajo fijo. Algunos siquiera mucho dinero en los bolsillos, pero se divierten y son amigos. Esto basta. Aman pelear, y eso nunca falta. Parados allí, en Plaza Jacini, sentados en sus Harley, sus viejas 350 Four con piezas originales, o con los clásicos cuatro en uno, del ruido mas potente. Soñadas, suspiradas y al final, obtenidas, gracias a continuas plegarias, de sus padres. O quizás con el sacrificio de la billetera desafortunada de un joven descuidado que la dejo en la gaveta de cualquier escarabajo o en el bolsillo interno de un Henri Lloyd, en fin, demasiado fáciles de robar durante el receso.

Como estatuas sonrientes, exhiben las peleas fáciles, las manos con cualquier rotura, recuerdo de una riña. John Milius los hubiera adorado.

Las muchachas, mas silenciosas, sonríen, casi todas escapadas de casa, inventando un dormir tranquilo donde una amiga, que en en vez de eso, esta sentada ahí cerca con ella, hija de la misma mentira.

Gloria, una chica con la licra azul oscuro y la camiseta del mismo color con pequeños corazones celeste, muestra una esplendida sonrisa.

‘Ayer me divertí un mundo con Dario. Hemos festejado seis meses que estamos juntos.’

Seis meses, piensa Maddalena, a mi me bastaría uno solo…

Madda suspira, después prosigue a soñar con las palabras de la amiga.

‘Fuimos a comer una pizza de Baffetto.’

‘En serio, yo también fui ayer’

‘A que hora?’

‘Behh... habrán sido las once.’

Odia a esa amiga que interrumpe el cuento. Siempre hay alguien o alguna cosa que disturba tus sueños.

‘Ah, no, ya nos habíamos ido.’

‘Entonces, quieren escuchar el resto?’

Un único ‘si’ sale de esas bocas de extraños sabores de brillo de frutas o rosados robados a vendedores distraídos o a baños maternos mas ricos que pequeñas perfumerías.

‘A un cierto punto llega el camarero y me lleva un ramo de rosas rojas enorme. Dario sonríe, mientras todas las muchachas de la pizzería me miran agitadas y un poco envidiosas’

Casi se arrepiente de esa frase, notando a su alrededor aquellas similares miradas.

‘Nunca por Dario… Por las rosas!’

Una repentina risa las une a todas de nuevo.

‘Después me beso en los labios, me agarro la mano y me dio esto.’

Le muestra a las amigas un sutil anillo con una pequeña piedra celeste, de reflejos alegres, casi como los de sus ojos enamorados. Versos de sorpresa y un ‘Bellisimo!’ reciben ese simple anillo.

‘Después fuimos a mi casa y hemos estado juntos. Mis padres no estaban, estuvo fabuloso. Ha puesto el CD de Cremonini que me encanta. Después nos fuimos a la terraza con una cobija y miramos las estrellas.’

‘Habian muchas?’ Maddalena es, sin duda, la más romántica del grupo.

‘Muchisimas!’

Un poco mas allá, una versión diferente.

‘Hey, anoche no supimos nada de ti…’

Hook. Una benda en el ojo, fija. Sus cabellos alborotados, ligeramente claros en la punta le dan un aire de ángel, si no fuera por su fama infernal.

‘Entonces, se puede saber que hiciste anoche?’

‘Nada. Fui a comer en Baffetto con Gloria, y después, como no estaban los suyos, fuimos a su casa e hicimos cosas. Como siempre, nada especial…Han visto que han arreglando el Panda?’

Dario trata de cambiar el tema. Pero Hook no para.

‘Cada tres, cuatro años arreglan todos los locales… entonces, porque no nos llamaste?’

‘Hemos salido sin pensarlo, así de repente.’

‘Que extraño, tu casi nunca haces algo así de repente.’

El tono no promete nada de bueno. Los otros se dan cuenta. Pollo y Lucone dejan de jugar fútbol con una lata aplastada. Se acercan sonrientes. Schello le da una tirada mas larga al cigarrillo, y hace su guiño de burla usual.

‘Saben muchachos, ayer Gloria y Dario cumplían seis meses y el ha querido celebrarlo solo.’

‘No es cierto.’

‘Como no? Si te han visto come la pizza. Pero es cierto que quieres enseriarte?’

‘Si, dicen que te gusta hacer de florista.’

‘Guau!’ Todos divertidos comienzan a darle golpes por la espalda, mientras que Hook lo agarra con el brazo alrededor del cuello y con el puño cerrado le presiona fuerte la cabeza.

‘Que tierno…’

‘Ay! Sueltame…’

Todos se le lanzan encima, riendo como locos, casi sofocándolo con sus fuertes musculos. Después Bunny, mostrando sus dos anchos dientes de enfrente que le han regalado ese apodo, grita de repente: ‘Busquemos a Gloria’

Los Converse All Star celestes, con la pequeña estrella roja en el centro del círculo de goma por el tobillo, bajan de la Vespa y tocan rápidamente tierra. Gloria da solo dos pasos pero se vuelve rápidamente la presa del Siciliano. Los cabellos rubios de ella hacen un extraño contraste con los ojos oscuros del Siciliano, con su ceja cosida malamente, con esa nariz lesionada y suave, golpeada en el hueso por un bello derechazo, cualquier mes atrás, en la cantina Fiermonti.

‘Sueltame, anda, déjame.’

Rápidamente Schello, Pollo y Bunny se ponen alrededor y fingen ayudarlo a lanzar en el aire a esos cincuenta y cinco kilos bien distribuidos, siempre pendientes de poner las manos en los puestos adecuados.

‘Paren, ya basta.’

Las otras muchachas se avecinan al grupo.

‘Dejenla quieta.’

‘Se han ido solos a hacer cosas, en vez de festejar con nosotros? Bueno, entonces celebramos ahora, a nuestro modo.’

Lanzan a Gloria de nuevo en el aire, riendo y bromeando.

Dario, aun si es poco más pequeño que los otros y regala rosas, se hace su camino a empujones. Agarra a Gloria por la mano justo cuando va bajando, y se la monta en su espalda.

‘Ahora basta, paren.’

‘Y sino, que?’

El Siciliano sonríe y se pone de frente a el, alargando las piernas. Sus jeans ligeramente más claros en sus gruesos muslos se tensan. Gloria, apoyada en la espalda de Dario, se agarra más fuerte. Hasta aquel momento había aguantado las lagrimas, ahora también la respiración.

‘Sino, que harás?’

Dario mira al Siciliano a los ojos.

‘Que coño quieres? Siempre tienes que ser la molestia.’

De los labios del Siciliano desaparece la sonrisa.

‘Que dijiste?’

La rabia hace mover sus pectorales. Dario cierra los puños. Un dedo escondido entre el resto se ajusta con un sonido sordo. Gloria entrecierra los ojos, Schello se mantiene con el cigarrillo tembloroso en su boca abierta. Silencio. Repentinamente un rugido rompe el aire. La moto de Step llega haciendo ruido. Dobla en la curva y avanza veloz, frenando poco después en medio del grupo.

‘Bueno, que se hace de bueno?’

Gloria finalmente suspira. El Siciliano mira a Dario.

Una sonrisa ligera deja la discusión para otro momento.

‘Nada, Step, se habla mucho y no sucede nada.’

‘Tienen ganas de estirarse un poco?’

El seguro de la moto cae como un cuchillo y se planta en el suelo. Step baja de la moto y se arregla la chaqueta.

‘Se aceptan concursantes.’

Pasa cerca de Schello y, abrazándolo, le quita de la mano la Heineken que acaba de abrir.

‘Hola, Sche.’

‘Hola’

Schello sonríe, feliz de ser su amigo, un poco menos de no tener más la cerveza.

Cuando la cara de Step baja después de un largo trago, sus ojos encuentran a Maddalena.

‘Hola.’

Los suaves labios de ella, ligeramente rosados y pálidos, se mueven apenas, pronunciando ese saludo en voz baja. Sus pequeños dientes blancos, todos pares, se iluminan mientras sus ojos verdes, bellísimos, tratan de transmitir todo su amor, inútilmente. Es mucho. Step se le acerca, mirándola a los ojos. Maddalena lo mira, incapaz de bajar la mirada, de moverse, de hacer cualquier cosa, de parar ese pequeño corazón, que como loco, hace un solo como si fuera Clapton.

‘Aguantame esto.’

Se quita el reloj Daytona con la correa de acero y lo deja en sus manos. Maddalena mira como se aleja, después aprieta el reloj y se lo lleva cerca al oído. Siente el ligero sonido, el mismo que había escuchado cualquier día antes debajo de su almohada, mientras el dormía y ella se mantenía, pasando minutos en silencio, a mirarlo. En ese entonces, sin embargo, el tiempo parecía haberse parado.

Step se sube en el techo encima de Lazzareschi pasando por el portón del cine Odeon.

‘Entonces, quien viene? Acaso quieren invitaciones escritas?’

El Siciliano, Lucone y Pollo no se hacen rogar. Uno después del otro, como simios que en vez de pelo tienen chaquetas Avirex, escalan con facilidad el portón. Llegan todos al techo, por ultimo Schello, ya doblado en dos para recuperar el aliento.

‘Ay, ya yo estoy destruido, hago de arbitro.’ Y le da un trago a la Heineken que milagrosamente ha logrado no derramar en la fatigosa subida, para los demás un juego de muchachos, para el una empresa a la Messner.,

El grupo se alinea en la penumbra de la noche.

‘Listos?’ Schello grita alzando la mano veloz. Un poco de cerveza le cae debajo a Valentina, una hermosa chica de cabellos marrones en una cola alta, que se envolvió hace poco con Gianlu, un tipo bajo hijo de un rico de corbata.

‘Coño!’ le sale de la boca, creando un gracioso contraste con su cara elegante. ‘Ten cuidado, no?’

El resto se ríe, secándose las gotas de cerveza que les han caído también.

Casi todos juntos, una decena de cuerpos musculosos y entrenados se preparan en el techo. Las manos adelante y paralelas, las caras tensas, los pechos anchos.

‘Ya! Uno!’ grita Schello, y todos los brazos se doblan, sin fatiga. Silenciosos y aun frescos, llegan al frío mármol y sin mucho tiempo regresan arriba. ‘Dos!’ abajo de nuevo, mas veloces y decididos. ‘Tres!’


Date: 2016-01-05; view: 534


<== previous page | next page ==>
José Saramago | TRES METROS SOBRE EL CIELO 2 page
doclecture.net - lectures - 2014-2024 year. Copyright infringement or personal data (0.022 sec.)