Home Random Page


CATEGORIES:

BiologyChemistryConstructionCultureEcologyEconomyElectronicsFinanceGeographyHistoryInformaticsLawMathematicsMechanicsMedicineOtherPedagogyPhilosophyPhysicsPolicyPsychologySociologySportTourism






VINIERE EL MALO, CON UN TRONO AL HOMBRO,

y el bueno, a acompañar al malo a andar,

dijeren < sí> el sermón, < no> la plegaria

y cortare el camino en dos la roca...

Comenzare por monte la montaña,

por remo el tallo, por timón el cedro

y esperaren doscientos a sesenta

y volviere la carne a sus tres títulos...

Sobrare nieve en la noción del fuego,

se acostare el cadáver a mirarnos,

la centella a ser trueno corpulento

y se arquearen los saurios a ser aves...

Faltare excavación junto al estiércol,

naufragio al río para resbalar,

cárcel al hombre libre, para serlo,

y una atmósfera al cielo, y hierro al oro...

Mostraren disciplina, olor, las fieras,

se pintare el enojo de soldado,

me dolieren el junco que aprendí,

la mentira que inféctame y socórreme...

Sucediere ello así y así poniéndolo,

¿con qué mano despertar?

¿con qué pie morir?

¿con qué ser pobre?

¿con qué voz callar?

¿con cuánto comprender, y, luego, a quién?

No olvidar ni recordar

que por mucho cerrarla, robáronse la puerta,

y de sufrir tan poco estoy muy resentido

y de tánto pensar, no tengo boca.

 

¡ANDE DESNUDO, EN PELO, EL MILLONARIO!

¡Desgracia al que edifica con tesoros su lecho de muerte!

¡Un mundo al que saluda;

un sillón al que siembra en el cielo;

llanto al que da término a lo que hace, guardando los comienzos;

ande el de las espuelas;

poco dure muralla en que no crezca otra muralla;

dése al mísero toda su miseria,

pan, al que ríe;

hagan perder los triunfos y morir los médicos;

haya leche en la sangre;

añádase una vela al sol,

ochocientos al veinte;

pase la eternidad bajo los puentes!

¡Desdén al que viste,

corónense los pies de manos, quepan en su tamaño;

siéntese mi persona junto a mí!

¡Llorar al haber cabido en aquel vientre,

bendición al que mira aire en el aire,

muchos años de clavo al martillazo;

desnúdese el desnudo,

vístase de pantalón la capa,

fulja el cobre a expensas de sus láminas,

majestad al que cae de la arcillla al universo,

lloren las bocas, giman las miradas,

impídase al acero perdurar,

hilo a los horizontes portátiles,

doce ciudades al sendero de piedra,

una esfera al que juega con su sombra;

un día hecho de una hora, a los esposos;

una madre al arado en loor al suelo,

séllense con dos sellos a los líquidos,

pase lista el bocado,

sean los descendientes,

sea la codorniz,

sea la carrera del álamo y del árbol;

venzan, al contrario del círculo, el mar a su hijo

y a la cana el lloro;

dejad los áspides, señores hombres,



surcad la llama con los siete leños,

vivid,

elévese la altura,

baje el hondor más hondo,

conduzca la onda su impulsión andando,

tenga éxito la tregua de la bóveda!

¡Muramos;

lavad vuestro esqueleto cada día;

no me hagáis caso,

una ave coja al déspota y a su alma;

una mancha espantosa, al que va solo;

gorriones al astrónomo, al gorrión, al aviador!

¡Lloved, solead,

vigilad a Júpiter, al ladrón de ídolos de oro,

copiad vuestra letra en tres cuadernos,

aprended de los cónyuges cuando hablan, y

de los solitarios, cuando callan;

dad de comer a los novios,

dad de beber al diablo en vuestras manos,

luchad por la justicia con la nuca,

igualaos,

cúmplase el roble,

cúmplase el leopardo entre dos robles,

seamos,

estemos,

sentid cómo navega el agua en los océanos,

alimentaos,

concíbase el error, puesto que lloro,

acéptese, en tanto suban por el risco, las cabras y sus crías;

desacostumbrad a Dios a ser un hombre,

creced... !

Me llaman. Vuelvo.

 

AL REVÉS DE LAS AVES DEL MONTE,

que viven del valle,

aquí, una tarde,

aquí, presa, metaloso, terminante,

vino el Sincero con sus nietos pérfidos,

y nosotros quedámonos, que no hay

más madera en la cruz de la derecha,

ni más hierro en el clavo de la izquierda,

que un apretón de manos entre zurdos.

Vino el Sincero, ciego, con sus lámparas.

Se vio al Pálido, aquí, bastar

al Encarnado;

nació de puro humilde el Grande;

la guerra,

esta tórtola mía, nunca nuestra,

diseñóse, borróse, ovó, matáronla.

Llevóse el Ebrio al labio un roble, porque

amaba, y una astilla

de roble, porque odiaba;

trenzáronse las trenzas de los potros

y la crin de las potencias;

cantaron los obreros; fui dichoso.

El Pálido abrazóse al Encarnado

y el Ebrio, saludónos, escondiéndose.

Como era aquí y al terminar el día,

¡qué más tiempo que aquella plazoleta!

¡qué año mejor que esa gente!

¡qué momento más fuerte que ese siglo!

Pues de lo que hablo no es

sino de lo que pasa en esta época, y

de lo que ocurre en China y en España, y en el mundo.

(Walt Whitman tenía un pecho suavísimo y res

piraba y nadie sabe lo que él hacía cuando lloraba en su comedor)

Pero, volviendo a lo nuestro,

y al verso que decía, fuera entonces

que vi que el hombre es malnacido,

mal vivo, mal muerto, mal moribundo,

y, naturalmente,

el tartufo sincero desespérase,

el pálido (es el pálido de siempre)

será pálido por algo,

y el ebrio, entre la sangre humana y la leche animal,

abátese, da, y opta por marcharse.

Todo esto

agítase, ahora mismo,

en mi vientre de macho extrañamente.

 


Date: 2016-01-05; view: 627


<== previous page | next page ==>
EL ALMA QUE SUFRIO DE SER SU CUERPO | ELLO ES QUE EL LUGAR DONDE ME PONGO
doclecture.net - lectures - 2014-2024 year. Copyright infringement or personal data (0.008 sec.)