Home Random Page


CATEGORIES:

BiologyChemistryConstructionCultureEcologyEconomyElectronicsFinanceGeographyHistoryInformaticsLawMathematicsMechanicsMedicineOtherPedagogyPhilosophyPhysicsPolicyPsychologySociologySportTourism






LA PAZ, LA ABISPA, EL TACO, LAS VERTIENTES,

el muerto, los decilitros, el búho,

los lugares, la tiña, los sarcófagos, el vaso, las morenas,

el desconocimiento, la olla, el monaguillo,

las gotas, el olvido,

la potestad, los primos, los arcángeles, la aguja,

los párrocos, el ébano, el desaire,

la parte, el tipo, el estupor, el alma...

Dúctil, azafranado, externo, nítido,

portátil, viejo, trece, ensangrentado,

fotografiadas, listas, tumefactas,

conexas, largas, encantadas, pérfidas...

Ardiendo, comparando,

viviendo, enfureciéndose,

golpeando, analizando, oyendo, estremeciéndose,

muriendo, sosteniéndose, situándose, llorando...

Después, éstos, aquí,

después, encima,

quizá, mientras, detrás, tánto, tan nunca,

debajo, acaso, lejos,

siempre, aquello, mañana, cuánto,

cuánto!...

Lo horrible, lo suntuario, lo lentísimo,

lo augusto, lo infructuoso,

lo aciago, lo crispante, lo mojado, lo fatal,

lo todo, lo purísimo, lo lóbrego,

lo acerbo, lo satánico, lo táctil, lo profundo...

25 Sept. 1937

Transido, salomónico, decente,

ululaba; compuesto, caviloso, cadavérico, perjuro,

iba, tornaba, respondía; osaba,

fatídico, escarlata, irresistible.

En sociedad, en vidrio, en polvo, en hulla,

marchase; vaciló, en hablando en oro; fulguró,

volteó, en acatamiento;

en terciopelo, en llanto, replegóse.

¿Recordar? ¿Insistir? ¿Ir? ¿Perdonar?

Ceñudo, acabaría

recostado, áspero, atónito, mural;

meditaba estamparse, confundirse, fenecer.

Inatacablemente, impunemente,

negramente, husmeará, comprenderá;

vestiráse oralmente;

inciertamente irá, acobardaráse, olvidará.

 

¿Y BIEN? ¿TE SANA EL METALOIDE PÁLIDO?

¿Los metaloides incendiarios, cívicos,

inclinados al río atroz del polvo?

Esclavo, es ya la hora circular

en que en las dos aurículas se forman

anillos guturales, corredizos, cuaternarios.

Señor esclavo, en la mañana mágica

se ve, por fin,

el busto de tu trémulo ronquido,

vense tus sufrimientos a caballo,

pasa el órgano bueno, el de tres asas,

hojeo, mes por mes, tu monocorde cabellera,

tu suegra llora

haciendo huesecillos de sus dedos,

se inclina tu alma con pasión a verte

y tu sien, un momento, marca el paso.

Y la gallina pone su infinito, uno por uno;

sale la tierra hermosa de las humeantes sílabas,

te retratas de pie junto a tu hermano,

truena el color oscuro bajo el lecho

y corren y entrechócanse los pulpos.

Señor esclavo ¿y bien?

¿Los metaloides obran en tu angustia?

 

¡DE PURO CALOR TENGO FRÍO,



hermana Envidia!

Lamen mi sombra leones

y el ratón me muerde el nombre,

¡madre alma mía!

¡Al borde del fondo voy,

cuñado Vicio!

La oruga tañe su voz,

y la voz tañe su oruga,

¡padre cuerpo mío!

¡Está de frente mi amor,

nieta Paloma!

De rodillas, mi terror

y de cabeza, mi angustia,

¡madre alma mía!

Hasta que un día sin dos,

esposa Tumba,

mi último hierro dé el son

de una víbora que duerme,

¡padre cuerpo mío! ...

 

CONFIANZA EN EL ANTEOJO, NÓ EN EL OJO;

en la escalera, nunca en el peldaño;

en el ala, nó en el ave

y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en la maldad, nó en el malvado;

en el vaso, mas nunca en el licor;

en el cadáver, no en el hombre

y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en muchos, pero ya no en uno;

en el cauce, jamás en la corriente;

en los calzones, no en las piernas

y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

Confianza en la ventana, no en la puerta;

en la madre, mas no en los nueve meses;

en el destino, no en el dado de oro,

y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.

 

¿HABLANDO DE LA LEÑA, CALLO EL FUEGO?

¿Barriendo el suelo, olvido el fósil?

Razonando,

¿mi trenza, mi corona de carne?

(¡Contesta, amado Hermeregildo, el brusco;

pregunta, Luis, el lento!)

¡Encima, abajo, con tamaña altura!

¡Madera, tras el reino de las fibras!

¡Isabel, con horizonte de entrada!

¡Lejos, al lado, astutos Atanacios!

¡Todo, la parte!

Unto a ciegas en luz mis calcetines,

en riesgo, la gran paz de este peligro,

y mis cometas, en la miel pensada,

el cuerpo, en miel llorada.

¡Pregunta, Luis; responde, Hermenegildo!

¡Abajo, arriba, al lado, lejos!

¡Isabel, fuego, diplomas de los muertos!

¡Horizonte, Atanacio, parte, todo!

¡Miel de miel, llanto de frente!

¡Reino de la madera,

corte oblicuo a la línea del camello,

fibra de mi corona de carne!

 

TERREMOTO

Escarnecido, aclimatado al bien, mórbido, hurente,

doblo el cabo carnal y juego a copas,

donde acaban en moscas los destinos,

donde comí y bebí de lo que me hunde.

Monumental adarme,

féretro numeral, los de mi deuda,

los de mi deuda, cuando caigo altamente,

ruidosamente, amoratadamente.

A1 fondo, es hora,

entonces, de gemir con toda el hacha

y es entonces el año del sollozo,

el día del tobillo,

la noche del costado, el siglo del resuello.

Cualidades estériles, monótonos satanes,

del flanco brincan,

del ijar de mi yegua suplente;

pero, donde comí, cuánto pensé!

pero cuánto bebí donde lloré!

Así es la vida, tal

como es la vida, allá, detrás

del infinito; así, espontáneamente,

delante de la sien legislativa.

Yace la cuerda así al pie del violín,

cuando hablaron del aire, a voces, cuando

hablaron muy despacio del relámpago.

Se dobla así la mala causa, vamos

de tres en tres a la unidad; así

se juega a copas

y salen a mi encuentro los que aléjanse,

acaban los destinos en bacterias

y se debe todo a todos.

 

ALFONSO:ESTÁS MIRÁNDOME, LO VEO,

desde el plano implacable donde moran

lineales los siempres, linealeslos jamases

(Esa noche, dormiste, entre tu sueño

y mi sueño, en la rue de Ribouté)

Palpablemente,

tu inolvidable cholo te oye andar

en París, te siente en el teléfono callar

y toca en el alambre a tu último acto

tomar peso, brindar

por la profundidad, por mí, por ti.

Yo todavía

compro < du vin, du lait, comptant les sous>

bajo mi abrigo, para que no me vea mi alma,

bajo mi abrigo aquel, querido Alfonso,

y bajo el rayo simple de la sien compuesta;

yo todavía sufro, y tú, ya no, jamás, hermano!

(Me han dicho que en tus siglos de dolor,

amado sér,

amado estar,

hacías ceros de madera. ¿Es cierto?)

En la < boite de nuit», donde tocabas tangos,

tocando tu indignada criatura su corazón,

escoltado de ti mismo, llorando

por ti mismo y por tu enorme parecido con tu sombra,

monsieur Fourgat, el patrón, ha envejecido.

¿Decírselo? ¿Contárselo? No más,

Alfonso; eso, ya nó!

El hótel des Ecoles funciona siempre

y todavía compran mandarinas;

pero yo sufro, como te digo,

dulcemente, recordando

lo que hubimos sufrido ambos, a la muerte de ambos,

en la apertura de la doble tumba,

de esa otra tumba con tu sér,

y de ésta de caoba con tu estar,

sufro, bebiendo un vaso de ti, Silva,

un vaso para ponerse bien, como decíamos,

y después, ya veremos lo que pasa...

Es éste el otro brindis, entre tres,

taciturno, diverso

en vino, en mundo, en vidrio, al que brindábamos

más de una vez al cuerpo

y, menos de una vez, al pensamiento.

Hoy es más diferente todavía;

hoy sufro dulce, amargamente,

bebo tu sangre en cuanto a Cristo el duro,

como tu hueso en cuanto a Cristo el suave,

porque te quiero, dos a dos, Alfonso,

y casi lo podría decir, eternamente.

 

TRASPIÉ ENTRE DOS ESTRELLAS

¡Hay gentes tan desgraciadas, que ni siquiera

tienen cuerpo; cuantitativo el pelo,

baja, en pulgadas, la genial pesadumbre;

el modo, arriba;

no me busques, la muela del olvido,

parecen salir del aire, sumar suspiros mentalmente, oír

claros azotes en sus paladares!

Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que nacen

y suben por su muerte de hora en hora

y caen, a lo largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo.

¡Ay de tánto! ¡ay de tan poco! ¡ay de ellas!

¡Ay en mi cuarto, oyéndolas con lentes!

¡Ay en mi tórax, cuando compran trajes!

¡Ay de mi mugre blanca, en su hez mancomunada!

¡Amadas sean las orejas sánchez,

amadas las personas que se sientan,

amado el desconocido y su señora,

el prójimo con mangas, cuello y ojos!

¡Amado sea aquel que tiene chinches,

el que lleva zapato roto bajo la lluvia,

el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas,

el que se coge un dedo en una puerta,

el que no tiene cumpleaños,

el que perdió su sombra en un incendio,

el animal, el que parece un loro,

el que parece un hombre, el pobre rico,

el puro miserable, el pobre pobre!

¡Amado sea

el que tiene hambre o sed, pero no tiene

hambre con qué saciar toda su sed,

ni sed con qué saciar todas sus hambres!

¡Amado sea el que trabaja al día, al mes, a la hora,

el que suda de pena o de vergüenza,

aquel que va, ñpor orden de sus manos, al cinema,

el que paga con lo que le falta,

el que duerme de espaldas,

el que ya no recuerda su niñez; amado sea

el calvo sin sombrero,

el justo sin espinas,

el ladrón sin rosas,

el que lleva reloj y ha visto a Dios,

el que tiene un honor y no fallece!

¡Amado sea el niño, que cae y aún llora

y el hombre que ha caído y ya no llora!

¡Ay de tánto! ¡Ay de tan poco! ¡Ay de ellos!

 


Date: 2016-01-05; view: 646


<== previous page | next page ==>
VA CORRIENDO, ANDANDO, HUYENDO | INTENSIDAD Y ALTURA
doclecture.net - lectures - 2014-2024 year. Copyright infringement or personal data (0.011 sec.)