Historia (Narrada en primera persona).

Mi historia en según a mi parecer es como la historia de cualquier otro ser, un relato a través del viaje que sigue el protagonista de su película llena de diversos escenarios y emociones mientras convive con un numero de ciertos individuos.

Nací en la ciudad de Dhalagas, dentro del reino de Krizeth el cual es un lugar maravilloso lleno de buenas personas que no solo conviven sin muchos problemas sino que también permiten la entrada a otros seres siempre y cuando tengan nobles intenciones. Dhalagas es una amplia ciudad llena de hermosas casas así como también tiendas y puestos de mercadeo que le dan un vivo y alegre aspecto a sus concurridas calles, el lago de dicha ciudad proporciona un comercio de pescado y mariscos abundante y próspero, un lugar muy agradable para crecer lo cual fue mi caso.

Mis padres fueron Ebetier Constantin y Narin Constantin, ambos buenos padres quienes valoraban ante todo el valor de la familia y la amistad, sentimiento que estoy más que seguro haber heredado. Soy el último de cuatro hermanos, como en toda relación interna familiar mis hermanos y yo teníamos muchas diferencias al ser dos hembras y dos varones, a pesar de eso nos valorábamos y respetábamos tal y como nuestros padres nos habían enseñado. Como todo niño normal fui creciendo sin problemas dentro de un buen hogar, mi padre era un oficial del ejército imperial que estaba fuera de servicio debido a que los tratados de paz entre los reinos se habían mantenido firmes. Mi padre era un hombre bueno pero a la vez estricto, nos enseñó todo lo que sabía sobre combate, técnicas de supervivencia y otros conocimientos muy prácticos a la hora de estar en un problema.

De niño siempre fui muy curioso, me gustaba aprender y preguntar sobre diversas cosas, muchos pensaban que me estaba volviendo loco. A pesar de los comentarios mi curiosidad se mantenía igual, mas eso causaba un conflicto ya que no podía dedicarle interés a tantas cosas al mismo tiempo, por lo que opte por controlar mi curiosidad y dejarla salir poco a poco. Con el tiempo aprendí a realizar múltiples oficios y recolecte un gran número de conocimientos de diversas áreas, lo que me proponía en aprender y memorizar era una tarea que cumplía sin ningún problema, mi madre al principio se preocupó por mi estado mental pero mi padre decía que era un don que debía utilizar para cosas buenas. Ya sea una cosa o la otra yo me divertía mucho aprendiendo cosas nuevas, llegue a mis 19 años de edad y todo parecía seguir bien.

Lo primero que algunos notaron ese día trágico al anochecer fueron varias luces rojas en el cielo, como muchos otros pensé que se trataban de estrellas fugaces que eran levemente iluminadas por los rayos del sol restantes, trágico fue nuestro error ya que en el momento en que esas fugaces apariciones impactaron contra nuestra ciudad fue que pudimos ver que eran grandes bolas llameantes que rápidamente incendiaron la zona con un fuego abrazador. Fuimos afortunados al poder evacuar a tiempo de la ciudad, nos trasladamos al pueblo más cercano junto con muchos otros que también lograron salir, al día siguiente la noticia no se hizo esperar; el reino de Mighfut había roto el tratado de paz e inicio la guerra contra Krizeth.

Mi padre fue llamado a pelear nuevamente en el ejército, mi madre siendo una mujer de fuerte carácter con un espíritu de hierro se apuntó a ir con el pero este se negó, para sorpresa de ambos mis hermanos y yo también optamos por ir con ellos ya que todos éramos una familia que se mantenía junta. Después de muchas discusiones finalmente todos entramos en las filas del ejército del reino, recibimos entrenamiento en armas el cual no me fue difícil de aprender y/o desarrollar, me sorprendí de ver a uno de mis amigos Athiem estar también en el ejército solo que en el área de desarrollo de la magia, la cual era algo que encontraba interesante. Yo mismo había leído sobre la magia pero por alguna razón no podía entenderla o producirla adecuadamente, tal vez porque era algo que requiere de formas específicas para entenderse.

Las guerras comenzaron, las batallas eran feroces y muy reñidas al punto que los campos se teñían con el rojo de la sangre derramada, participe en varias batallas de las cuales estaba orgulloso en decir que combatí con todas mis fuerzas sobreviviendo a todas ellas. Pasaron dos años y la guerra parecía no llegar a su fin, se decía que las fuerzas mágicas de ambos reinos estaban desarrollando armas de poder masivo que posiblemente traerían fin a estas guerras, cuando pregunte de esto a Athiem solo me dijo que era información clasificada.

Finalmente llego el día en que ambos reinos querían poner un punto y final al confronta miento y decidir de una vez por todas al más fuerte de los dos, ese día mi amigo se acercó a mí, se veía cansado y algo ido, con una sonrisa me aseguro que ese día todo acabaría y la victoria seria nuestra; le felicite por su entusiasmo y este me entrego un medallón haciéndome prometer que lo usaría en la batalla ya que me protegería, lo cual accedí hacer sin replicar. Esa última batalla fue la más intensa de todas, un gran estruendo se escuchó y de su dirección podía verse un brillo rojo muy vibrante, me acerque a dicho lugar para ver mejor lo que pasaba.

Mis ojos no podían ver creer lo que presenciaban, Athiem estaba envuelto en un aura roja y con un devastador poder estaba acabando con enemigos pero también con los mismo aliados, quienes se acercaban simplemente eran calcinados, me acerque a este a una distancia prudente y cuando me miro sus ojos estaban en blanco. Le gritaba para razonar con el pero era inútil, su mente se había ido, tenía que hacer algo para detenerle pero fue tarde cuando quise hacerlo ya que su poder se salió de control causando una explosión masiva que arraso con todo a su alrededor. Cuando desperté me sorprendí al ver que aún estaba con vida, el 70% de mi ropa estaba quemada y yo no entendía porque había sobrevivido hasta que al tocar el amuleto en mi cuello este se hizo polvo, ahora entendía que Athiem me lo había dado sabiendo lo que podía pasar.

El radio de la explosión fue muy grande y solo habían esqueletos carbonizados y armas en el suelo posiblemente pertenecientes a los cadáveres alrededor.

Era una escena horripilante ver todos esos cuerpos que de haber salido mejor las cosas pudieron haber sobrevivido. Una patrulla de soldados me encontró y me llevo a la tienda medica donde luego de hacerme tratamiento comenzaron a realizarme diferentes preguntas las cuales conteste con sinceridad excepto como sobreviví, a esa pregunta les dije que me encontraba a una distancia prudente de la explosión y que así pude salir con vida.

Salí de la tienda medica donde estaba y fui a verificar la lista de aquellos que habían caído en la explosión, tanto mi mente como mi corazón se llenaron de un enorme sentimiento de tristeza al ver el nombre de mis padre y hermanos en la lista de muertos, caí de rodillas llorando sin cesar por la muerte de estos. La guerra acabo con la rendición del reino de Mighfut, volví a mi casa no con la esperanza de construirla sino de hacer tumbas para mis padres y finalmente marcharme de allí ya que no había nada en ese lugar para mi más que tristeza y dolor por la pérdida de estos.

Con 21 años deje el reino de Krizeth y me embarque hacia otro continente con la esperanza de lograr una nueva vida, con mi habilidad para aprender cosas nuevas y mis conocimientos adquiridos aceptaba muchas clases de trabajo como herrero, mesero, reparador y muchos otros. Cierto día mientras estaba de paso en un pequeño pueblo note a una joven chica rubia de hermosos ojos siendo atacada, me acerque para ayudarla pero me di cuenta que la joven era más rápida que sus atacantes, poseía movimientos de lucha que nunca antes había visto. Con solo verla en acción mi mente grababa su estilo de lucha y sin pensarlo más fui en su ayuda imitando casi a la perfección sus movimientos. Los atacantes se retiraron, la chica me miraba con algo de curiosidad, se me acerco más de cerca y comenzó a hacer me varias preguntas como ¿Quién era yo? O ¿Cómo fue que sabía los mismos movimientos que ella tenía ya que eran movimientos desarrollados propiamente por ella?.

Respondía sus preguntas sin dudar y me presente con ella cuyo nombre era Meji Saravin, le conté sobre mi habilidad para entender el funcionamiento de las cosas e imitar movimientos, ella se mostró sorprendida y me pregunto ¿Si me gustaría unirme a su grupo de trabajo donde encajaría muy bien y la paga valdría la pena? Yo sin mucho dinero en mi bolsillo le dije que haría el intento, ese día conocí a aquellos que se hacen llamar Los hijos de Raztal.

Este grupo de personas con habilidades extraordinarias realizaban trabajos que muchos no se atrevían a cumplir como acabar con ciertas creaturas o entidades, robar artefactos u objetos raros de gran valor, y una de sus reglas era nunca aceptar trabajos donde se solicitaba acabar con la vida de un ser humano ya sea si fuese un despreciable maldito; no llegarían al punto de ser llamados asesinos a sueldo, su líder actual podría ser indiferente ante el hurto pero nunca estaría de acuerdo en quitar vidas humanas por dinero.

Durante tres años trabaje con este grupo de extraordinarias personas, habían mucho talento tanto mágico como de combate entre ellos, participe en numerosas misiones con ellos desde recuperar objetos mágicos escondidos en grandes fortalezas esta luchar contra creaturas y otros entes malévolos. Junto a ellos mis habilidades de lucha y anejo de armas aumentaron mucho más rápido, Meji me enseño sus movimientos de pelea y manejo del arco, Keinz que era como un hermano me enseño sobre cómo luchar con lanzas y bastones y por ultimo estaba Dikeibe quien era el líder del grupo quien es hasta la fecha el mejor espadachín que conozco; con el aprendí el manejo de la espada y otras armas filosas mas siempre me recordaba que nunca había que confiarse en el arma sino en la misma habilidad que era lo que definía una batalla.

Luego de un tiempo más abandone el grupo ya que sentía que debía seguir otro rumbo, cierto día mientras estaba descansando en un bosque me encontré con una bestia salvaje, un dragón para ser exactos. La bestia poseía un tamaño descomunal, me ataco y confiado de mis habilidades y una espada que Dikeibe me había regalado luche contra el pero la creatura era más fuerte y casi me mata, cuando estaba a punto de darme el golpe final todo se ilumino. Al abrir mis ojos ya no estaba en el bosque, sino en una ciudad, lo que es más el cielo era diferente, esa fue la primera vez que viaje a otro mundo.

El nuevo mundo al que había ido se llamaba Esis, y no era nada como lo que allá visto antes, aquí las fuerzas del bien y el mal estaban sumergidas en una épica batalla. Durante mucho tiempo trate de buscar una respuesta a como había llegado aquí pero no conseguía una explicación razonable, así que me dedique a sobrevivir como me fuese posible, entre en un enfrentamiento contra seres del bando del mal, demonios, a pesar de mi fuerza no fui rival para ellos y cuando pensé que me matarían fui salvado por un agente de las fuerzas del bien. El ser que me rescato tenia por nombre Heizael, curo mis heridas y cuando estuve mejor le agradecí por su ayuda, sin dudarlo me pregunto ¿cómo había llegado a ese mundo? Más le dije que no lo sabía y ¿cómo podía el saberlo?.

Las respuestas no se hicieron esperar, Heizael me dijo que él era un archimago muy poderoso que luego de curarme escaneo mis corrientes mágicas, me aclaro que yo había nacido con dos cualidades la cual era el poder entender mejor el funcionamiento de los objetos u organismos así como imitar ciertos rasgos de estos y la otra era la habilidad de viajar a través de las dimensiones el cual era u misterio para mi hasta ese momento. Me ofreció enseñarme a desarrollar mi poder de entendimiento y a través de él podría enseñarme a usar magia pero que en cuanto a mi poder para viajar entre dimensiones eso tendría que aprenderlo a controlar yo mismo, pasaron dos años y mi poder de entendimiento evolucionando al punto de saber cómo entender los siete canales de energías mágicas básicas elementales (Fuego, Agua, Tierra y Aire), del alma (Luz y Oscuridad) además del que todos llevamos dentro que era la energía. Entrene duramente al mismo tiempo que ayudaba a mi maestro a pelear contra las fuerzas del mal, cuando me enseño todo lo que pudo me advirtió que no debía usar de mi poder o eso me consumiera tal como le sucedió a mi amigo en la guerra de nuestro reino.

Cuando las fuerzas demoniacas comenzaron a perder fuerza me despedí de mi maestro y nuevamente comencé a recorrer este nuevo mundo buscando un lugar al cual pertenecer. A menudo aceptaba trabajo como exterminador de creaturas diabólicas y cosas así, en uno de esos trabajos salve a una joven chica de nombre Reinell que también era hechicera y que buscaba combatir el mal por la muerte de sus padres.

Luego de un tiempo Reinell y yo nos hicimos muy unidos al punto de desarrollar sentimientos el uno por el otro, durante un año sostuvimos una linda relación, pero tristemente durante un ataque un gran número de magos que servían a la oscuridad nos emboscaron con la intención de matarnos. Nos superaban en números, tomaron a Reinell y se la llevaron mientras yo luchaba contra los restantes, pude acabar con mis atacantes pero cuando fui a buscar a los otros me conseguí con una escena desgarradora. Los malditos habían abusado de ella y cuando llegue habían enterrado una daga en su pecho, ese día dejo que mi rabia se saliera de control mientras la oscuridad de mi ser tomaba control sobre mí.

Con mi podre desatado acabe con los rufianes en una forma casi salvaje, cuando fui al último de ellos quien estaba llorando y rogándome que no le hiciera daño una voz me saco de mi estado de locura, era Reinell que me gritaba “No te pierdas en la oscuridad de tu corazón”, con eso recobre el sentido y deje ir al mago que aún estaba en pie. Fui hacia donde estaba Reinell, la tome entre mis brazos y trate de salvarla pero el cuchillo estaba encantado con una poderosa maldición, le pedí perdón por haber sido tan débil que no pude protegerla; ella solo acaricio mi rostro y me con sus últimas fuerzas me dijo “Nada de esto es tu culpa, hiciste lo que pudiste y te estoy agradecida por todos los momentos juntos, nunca te des por vencido”.

Luego de enterrarle pase varios días vagando sin un propósito, no sabía que hacer ahora que la había perdido, bebía hasta perder la consciencia metiéndome en peleas con todo aquel que me la ofreciera, había perdido mi propósito en la vida. Una noche mientras dormía en un lugar abandonado pensaba en Reinell, esa misma noche tuve un sueño donde la veía a ella junto con mi familia y mis amigos del grupo hijos de Raztal.

Cuando desperté me percate que ya no estaba en donde me había dormido, por segunda vez había viajado inconscientemente entre dimensiones, esta vez era un mundo totalmente diferente a los otros; pero cuando me puse de pie recordé a mis amigos, familia y las palabras de Reinell, modere mi bebida y nuevamente recupere mi espíritu aventurero.

Con el tiempo sigo buscando un lugar al cual pertenecer, me he vuelto un poco más serio y algo menos expresivo además de haber combatido con muchos adversarios a los cuales he ganado y de los cuales he ido aprendiendo a hacerme más fuerte, con el tiempo encontrare ese lugar al que pueda pertenecer.

Poderes y Habilidades:

Aptitud Intuitiva: Es la habilidad que permite entender el funcionamiento de los objetos, mecanismos, así también como de los seres vivos pudiendo imitar movimientos de estos y aprender sobre tareas y conocimientos a un ritmo acelerado en poco tiempo. Se debe moderar o podría dañar la mente del sujeto.

Viaje entre dimensiones: Habilidad para viajar entre dimensiones, aun no la controla y solo se ha activado dos veces de forma involuntaria.

Magia: Sabe usar las corrientes de magia principales, a pesar de no dominarlas completamente es un hechicero muy habilidoso. Los elementos que mejor domina son Fuego, luz y energía.

Gustos Y Disgustos:

-Le gusta beber moderadamente.

-Los juegos de mesa, sobre todo las cartas.

-Le gusta relajarse y a veces mirar el cielo.

-Le gustan los animales, aunque más los gatos.

-Detesta perder lo que se propone obtener o proteger.

-Detesta que le digan que hacer.

-Detesta que traten de engañarlo.

Date: 2015-12-24; view: 860