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ARMAS Y TÉCNICAS DE COMBATE 8 page

15. NUNCA SALGAS SOLO: Puede haber ocasiones en que parezca poco económico enviar a un equipo entero a hacer el trabajo de uno solo. ¿No cubren cinco individuos más terreno que un grupo todos juntos arracimados? En térmi­nos de tiempo y eficacia, sí. En lo que concierne a la segu­ridad, la prioridad en cualquier rastreo de zombis, es obli­gatorio permanecer juntos. Un individuo separado podría fácilmente ser rodeado y consumido. Incluso peor, hay cazadores que se han enfrentado contra zombis que horas antes ¡formaban parte de su mismo grupo!

 

 

ARMAS Y EQUIPO

 

Para armar y equipar a un civil, un equipo antizombi debería seguir el mismo patrón que una unidad militar. Cada persona debería tener un kit estándar de repuesto además de ciertos obje­tos requeridos por todo el equipo. Todos los miembros deberían llevar:

  • Arma de fuego principal (el rifle o la carabina semiautomática)
  • Cincuenta cartuchos de munición
  • Kit de limpieza
  • Arma secundaria (preferiblemente la pistola)
  • Veinticinco cartuchos de munición
  • Armas para el combate cuerpo a cuerpo (grandes y pequeñas)
  • Cuchillo
  • Linterna
  • Dos bengalas de emergencia
  • Espejo para hacer señales
  • Transmisor-receptor
  • Dos mecanismos para hacer fuego (cerillas, mechero, etc.)
  • Cantimplora de un litro de capacidad llena
  • Raciones diarias
  • Estuche individual de utensilios de cocina
  • Botas de montaña o combate
  • Dos pares de calcetines
  • Petate o colchón pequeño

 

 

Cada grupo (de diez personas o menos) debería tener:

  • Dos armas con silenciador (pueden llevarse como armas secundarias)
  • Tres artefactos explosivos
  • Dos ganchos de escalada
  • 150 metros de cuerda (de fibra sintética, de un diámetro de 10-11 mm, con una fuerza de tensión que soporte 3000 kg y una absorción de la carga de 440 m/kg) Dos pares de prismáticos (las lentes deben ser como mínimo de 50 mm y el zoom de 10X)
  • Dos desencofradores (podrían llevarse como armas para el combate cuerpo a cuerpo)
  • Dos cizallas
  • Kit de herramientas (debe incluir: marti­llo de orejas y martillo de bola de 100 g, alicates diagona­les con muelles de 10 cm, alicates de nariz larga de 10-15 cm con cuchilla, destornilladores de estrella [7 cm, 10 cm y stubby], destornilladores planos [10-12,5 cm], set de destor­nilladores de joyero, una segueta de 30 cm x 1 cm, cinta adhesiva 3M, llave inglesa, taladro de mano con brocas de 2-5 mm, etc.)
  • Hacha o hacha de mano (podría llevarse como arma para el combate cuerpo a cuerpo)
  • Kit de medicina (debe incluir: vendas, rollos o bolas de algo­dón, dos cabestrillos para los brazos, tijeras, cinta médica, viales de Tiomersal, bastoncillos antisépticos, toallitas antisép­ticas y limpiadoras, jabón desinfectante, gasas esterilizadas, almohadillas oculares, petrolato, lancetas esterilizadas, etc.)
  • Doce litros de agua potable extra
  • Dos mapas (uno de la zona en la que te encuentras y otro de los alrededores)
  • Dos brújulas
  • Pilas extra para todos los dispositivos electrónicos
  • Diez bengalas de emergencia extra
  • Cuatro herramientas para excavar (podrían llevarse como armas para el combate cuerpo a cuerpo)

 



TRANSPORTE

 

A diferencia del escenario descrito en el apartado «Huyendo», el objetivo de esta sección es ayudarte no a escapar de una zona, sino a rastrearla. Los no muertos no deben evitarse, sino que hay que atraerlos. Además, a diferencia del capítulo anterior, no estarás solo, y el área de apoyo debería servir para que los vehí­culos reposten y sean reparados con más facilidad. Teniendo esto en cuenta, usar el ruido del motor de un coche actuará como cebo. (Véase «Estrategias», pp. 178-193.) En este caso, quitar la goma a las ruedas de una bicicleta puede lograr el mismo resultado. No acabes dependiendo demasiado de los vehículos. A menos que lo apliques a una estrategia específica (ver más abajo), úsalos más como medio de llegar o a salir de una zona de combate. Una vez que llegues a la zona objetivo, bájate y busca a pie. Esto permitirá mayor flexibilidad, particularmente en las zonas urbanas.

 

 

CLASES DE TERRENO

 

Para empezar, esta sección podría resultar repetitiva. Sin embargo, a diferencia de «Huyendo», que enseña cómo usar el terreno para escapar, este apartado te enseñará a usarlo para cazar. En esta ocasión no simplemente cruzarás un lugar tan deprisa, con tanta facilidad y tan en silencio como sea posible. Como cazador, estás aquí para recuperar esta tierra: mantenía, rastréala y límpiala hasta que todo rastro de los no muertos haya desaparecido. Esta sección incluye únicamente información necesaria para hacer simplemente esto.

 

1. Bosque

Cuando caces, busca los cadáveres que se hayan comido recientemente. Intenta determinar si el depredador era un animal o un

zombi. Aparte, usa los árboles para ampliar tu visibilidad: cada uno puede servir como puesto de vigía o plataforma de francotirador. Préndeles fuego sólo como último recurso.

 

2. Llanuras

Las zonas abiertas extensas ofrecen una gran visibilidad y pe imiten aprovechar al máximo las armas de largo alcance. Un equipo de cinco personas con rifles con las miras adecuadas y gran cantidad de munición puede despejar varios kilómetros cuadrados en el transcurso de un solo día. Por supuesto, una visibilidad tan amplia permite que los no muertos te vean tan fácilmente como tú los ves a ellos. Los grupos de cazadores que han operado en llanuras o en praderas cuentan que los gules los divisaron y acecharon a más de dieciséis kilómetros de distancia. Otro peligro leve, pero aún potencial, lo representa algún zombi que pueda estar tumbado en la hierba alta. Los no muer­tos que pierden las piernas o tienen dañada la columna verte­bral pueden permanecer sin detectar hasta que sea demasiado tarde. Si tu equipo se desplaza por un terreno de hierbas altas, que viaje despacio, que mire al suelo y escuche todo murmuro o gemido.

3. Campos

Hay cazadores que, sin sospecharlo, han perseguido zombis a través de un campo sólo para ser agarrados por otro que mero­deaba a pocos centímetros. A menos que te ordenen que protejas la cosecha, o que la comida en sí sea de vital importancia, este es un caso en el que el fuego debería usarse primero. Aunque casi todo el resto de palabras en este libro hace hincapié en el control de la guerra incendiaria, el sentido común dicta que no hay vida humana que valga una o dos hectáreas de maíz.

4. Tundra

Un peligro potencial, no experimentado en otros entornos, es el brote multigeneracional. A causa de la habilidad conserva­dora del tiempo frío, los zombis pueden permanecer congelados durante décadas. Cuando se descongelen, se unirán a las filas de los recientemente reanimados y, en algunos casos, pueden reinfectar un área entera. La tundra congelada, más que cualquier otro entorno, no sólo requiere una búsqueda sin descanso, sino el estado más alto de alerta durante el deshielo prima­veral del año siguiente.

5. Colinas

Los terrenos ondulantes pueden ser tan traicioneros y supo­ner una gran amenaza tanto por los zombis como por cualquier enemigo humano. Si es posible, alcanza la zona más alta de la colina y espera. Esto te permite una mayor visibilidad. Por muy loco que suene esto, recuerda que los gules tienen una destreza limitada. Aplica esto a sus habilidades para escalar y lo que tienes es una masa de zombis luchando sin éxito por subir la ladera mientras los vas matando uno a uno.


 


6. Desierto

Los problemas que se discutieron en «Huyendo» se duplican cuando operamos en un desierto. A diferencia del fugitivo, tu equipo de cazadores estará fuera durante las horas del día más insoportables, con más luz y más calor. Asegúrate de que cada cazador esté bien abastecido con agua y accesorios contra una insolación. El combate, a diferencia del viaje, requerirá más ener­gía y por eso aumentará el riesgo de deshidratación. No igno­res las señales. Un miembro incapacitado puede inutilizar un equipo entero, permitiendo a los zombis dar la vuelta a la torti­lla. Perder contacto con tu base de suministros, acabar aislado incluso por un día, adopta un significado totalmente nuevo en este entorno amenazante para la vida.

7. Ciudad

Si el objetivo fuera únicamente matar a los zombis, una zona urbana podría simplemente ser bombardeada o quemada hasta los cimientos. Eso la aseguraría, pero ¿dónde vivirían los super­vivientes si sus casas son un montón de escombros? El combate en una ciudad es el más difícil por varias razones. Para empe­zar, requiere la cantidad de tiempo mayor porque cada edificio, cada habitación, cada túnel subterráneo, cada coche, cada alcan­tarilla, hasta el último rincón de este enorme laberinto debe ser registrado. Lo más seguro es que, dada la importancia de una ciudad, tu grupo de civiles trabaje codo con codo con las fuer­zas del gobierno. Sin embargo, si no es este el caso, sé extrema­damente cauteloso. Piensa siempre conservadoramente cuando se refiera a los miembros del equipo, el tiempo y los recursos (comida, agua y munición). Las ciudades tienen una forma de consumirlos a todos.

8. Jungla

Esta es una pesadilla para el combate cuerpo a cuerpo. Los rifles de francotirador y otras armas de largo alcance como las ballestas estarán cerca de la inutilidad. Equipa a tu grupo con carabi­nas o escopetas. Cada cazador debe llevar un machete tanto para

 

abrir el paso cortando las ramas como para el combate cuerpo a cuerpo. Usar el fuego no será posible porque la humedad intensa apagará la mayoría de intentos por comenzar uno. Manten a tu grupo unido todo el tiempo, estad muy alerta y escuchad con atención los sonidos de la vida salvaje alrededor. Al igual que en los bosques y en los pantanos, será tu único sistema de aviso.

 

9. Pantano

Muchos de los aspectos de la guerra en la jungla pueden aplicár­seles también a las ciénagas. Puede que no siempre sean tan calu­rosas y tan densas, pero esto no quiere decir que sean más segu-

ras. Pon mucha atención al agua. Todo el equipo y las tácticas aplicadas a las guerras subacuáticas y discutidas más tarde serán empleados con más probabilidades en este escenario también.

 

ESTRATEGIAS

 

1. Atraer y destruir

Usa uno o más vehículos, camionetas grandes o todoterrenos para entrar en un área infestada. Una vez dentro, haz todo el ruido que puedas para atraer a los no muertos hacia ti. Sal de la zona lenta­mente, a la misma velocidad que tus perseguidores. Al igual que el flautista de Hamelín, pronto conseguirás una cola de zombis, un desfile horroroso de hombros caídos que irá tras de ti. Llegados a este punto, los tiradores que se encuentran en la parte de atrás de los vehículos pueden proceder a derribarlos. Los gules no se darán cuenta de lo que está pasando, puesto que sus cerebros primiti­vos no captarán que sus camaradas están cayendo a su alrededor. Continúa sacándolos de la zona, disminuyendo sus filas hasta que no quede ninguno. Usa esta táctica en zonas urbanas (cuando las carreteras estén despejadas) o donde el entorno natural permite largos viajes en vehículos.

 

2. La barricada

Esta táctica funciona de forma similar a «Atraer y destruir», sólo que en lugar de engatusar a los no muertos durante kilómetros, tu cebo los atraerá hacia un puesto fijo. El puesto puede construirse levantando alambre de púas, con coches destrozados o con tus propios vehículos. Desde el puesto fijo, tu equipo mantendrá su posición matando a los zombis antes de que puedan invadir la barricada. En este caso, los artilugios incendiarios son idea­les. Lo más probable es que los zombis que se aproximan estén apilados para cuando alcancen tu posición. Los cócteles Molotov o (y sólo en este caso) un lanzallamas los destruirán comple­tamente. Los alambres de púas u otros obstáculos parecidos deberían ser usados para ralentizar un avance y más aún concen­trar objetivos. Si incinerarlos no es posible, la puntería puede resolver la misma tarea. Asegúrate de que mides la distancia y de que gastas los cartuchos con prudencia. Vigila siempre los flancos. Si es posible, asegúrate de que la zona de aproximación es estrecha y está contenida. Ten siempre tu vía de escape prepa­rada, pero manten controlado al equipo para evitar una retirada prematura. Usa la táctica de la barrera en zonas urbanas o en aquellas con una gran visibilidad. Excluye específicamente las junglas, los pantanos o los bosques espesos.

3. La torre

Encuentra una zona en alto por encima del suelo (un árbol, un edificio, un depósito de agua, etc.). Llena el puesto de suficiente munición y provisiones básicas para una batalla prolon­gada (más de un día completo). Una vez que has realizado estas tareas, haz todo lo que puedas para atraer a los muertos. Cuando se reúnan alrededor de tu puesto, comienza la carnicería. Ten cuidado si quieres usar artilugios incendiarios, ya que el fuego podría propagarse hasta la torre o el humo podría convertirse en un riesgo para la salud.

4. La torre móvil

Conduce un camión de la basura, un tráiler u otro vehículo alto hasta el corazón de un área infestada. Establece una zona de disparo con buena visibilidad, aparca y comienza el ataque. Las ventajas de esta táctica incluyen no estar nunca esposado a una torre existente, ya que puedes atraer a los muertos con el motor de tu vehículo y (suponiendo que la cabina siempre esté despe­jada) garantiza una vía de escape.

5. La jaula

Si no crees en la crueldad hacia los animales, no intentes esto en un rastreo. Básicamente consiste en colocar a un animal cu una jaula, situar a tu equipo dentro del alcance de disparo de esa jaula y a continuación matar de un tiro a los zombis que se acer­quen a devorar dicho animal. Por supuesto, hay que considerar varios factores para que esta táctica funcione. El cebo vivo debe hacer el ruido suficiente para atraer a los gules que se encuentren cerca. La jaula debe ser lo suficientemente fuerte para resistir un ataque y estar suficientemente bien anclada para resistir que la empujen. Tu equipo necesita estar escondido para no atraer a los zombis a su posición. Deben tener también cuidado de no disparar y matar al animal enjaulado. Los cebos silenciosos y muertos frustrarían en seguida la estrategia de la jaula. Los entornos menos apropiados para acercarse a una jaula son los que ofrecen una cobertura pequeña o inexistente a tu equipo. Evita su uso en las llanuras, en la tundra o en los desiertos.

6. El tanque

Obviamente, un grupo de civiles no tendrá acceso a un tanque de verdad o a un carro blindado. Lo que sí puede ser viable es un vehículo blindado, de la clase que usan para transpor­tar artículos de lujo. En este caso, los artículos son tu equipo. Usar un tanque es muy parecido a la táctica de la jaula porque el objetivo es atraer a los zombis hasta un lugar en concreto y luego deshacerte de ellos a tiro de rifle. Pero a diferencia de la ¡aula, los miembros de tu equipo que están dentro del tanque no son sólo cebos vivos. Las ranuras de disparo les permiten añadir otro nivel de potencia de fuego al de los francotiradores exter­nos. Sin embargo, ten cuidado con la posibilidad de que los no muertos vuelquen el vehículo blindado.

7. La estampida

De todos los métodos de caza que se han usado contra los muer­tos, este quizá sea el más teatral. Básicamente, el proceso implica dividir a tu grupo en equipos, subir a un número de vehículos de motor, conducir por la zona infestada y arrollar a todos los zombis que os encontréis. A pesar de la imagen de estampida moderna, de la que esta técnica toma el nombre, es una técnica que han aban­donado todos los grupos de caza más entendidos. Golpear a un gul con un vehículo raramente acaba en una muerte. Más bien el cadáver con vida se queda mutilado y se pone a reptar con la columna vertebral destrozada y las piernas inútiles. Planea siem­pre continuar tu caza a toda velocidad con horas de limpieza por un equipo de cazadores desmontados de sus vehículos. Si decides aplicar esta técnica de la estampida, utilízala en llanuras, desiertos, tundras y otro tipo de áreas amplias. Las zonas urbanas presen­tan demasiados obstáculos, como coches destrozados o barrica­das abandonadas. Con demasiada frecuencia, los cazadores que atacan en estampida han encontrado sus caminos bloqueados y su situación radicalmente invertida. Evita los pantanos y las zonas húmedas por completo.

8. Rastreo motorizado

Casi el polo opuesto de una estampida, el rastreo motorizado es una estrategia lenta, calmada, metódica. Tus cazadores, viajando en vehículos grandes, potentes y bien protegidos a velocidades que no alcanzan los 15 kilómetros por hora, patrullan un área infestada. Los tiradores matan a los no muertos, un disparo cada vez, hasta que no queda ninguno en pie. Es mejor trabajar con camiones porque ofrecen a los francotiradores un punto de mira más fácil y seguro desde el techo. Aunque esta táctica reduce el tiempo de limpieza de una estampida, cada cuerpo todavía tiene que ser inspeccionado y eliminado. Las áreas abiertas son idea­les para el rastreo con vehículos, aunque la baja velocidad impli­cada limita el uso de esta táctica en zonas urbanas. Al igual que con todos los vehículos de motor, evita las zonas densas o tropi­cales. Del mismo modo que en la estampida, todavía necesitarás planear un periodo extenso de limpieza. Disparar al azar desde el techo de tu chevrolet Suburban no alcanzará al último zombi en el fondo de un estanque, encerrado en un armario, deambulando por las alcantarillas o emboscado en un sótano.

9. Rastreo aéreo

¿Qué puede ser más seguro que atacar a tu enemigo desde el aire? Con varios helicópteros, ¿tu equipo no podría cubrir más terreno en menos tiempo sin correr riesgo alguno? En teoría, sí; en la práctica, no. Cualquier estudioso de las guerras convencionales sabrá lo necesarias que son las patrullas terrestres, sin importar lo superior que sea su fuerza aérea. Esto se aplica multiplicado por diez para cazar a los no muertos. Olvídate de usar ataques aéreos en ciudades, bosques, junglas, pantanos o cualquier otro terreno cubierto. Lo más probable es que el porcentaje de muertes caerá por debajo del 10 %. Olvida también la idea de un rastreo limpio y sin sufrimiento, incluso en zonas con alta visibilidad. Tu equipo todavía tendrá que limpiar sin importar lo seguro que parezca. El apoyo aéreo tiene su utilidad, especialmente para la localización por adelantado y el transporte. Los aviones y los helicópteros explorando las áreas abiertas pueden proporcionar los datos de localización de zombis a múltiples equipos de caza simultáneamente. Los dirigibles tienen la ventaja de perma­necer sobre la zona infestada todo el día, ofreciendo un flujo continuo de información y de aviso contra posibles embosca­das. Los helicópteros pueden ofrecer asistencia inmediata a los que tienen problemas, desplazando a un equipo para ayudar a otro. Sin embargo, ten mucho cuidado con usar tu ojo en el cielo muy lejos por delante del grupo. Los fallos mecánicos podrían causar un aterrizaje forzoso en áreas altamente infestadas. No sólo estaría en peligro la tripulación del helicóptero, también lo estaría cualquier equipo que intentase rescatarlos.

¿Qué hay de los cazadores en paracaídas en zonas infesta­das? Esta teoría se ha sugerido muchas veces aunque nunca se ha analizado en la práctica. Es osado, es valiente, es heroico, y carece por completo de interés. Olvida que puedes herirte por el impacto, enredarte en las ramas de los árboles, volar sin rumbo, perderte al aterrizar; olvida todas las posibilidades asociadas con los saltos de paracaídas en condiciones normales de paz. Si quieres saber el peligro real de un ataque aéreo contra zombis, mienta dejar caer un centímetro cuadrado de carne sobre un hormiguero abarrotado. Lo más probable es que la carne nunca llegue a tocar el suelo. Resumiendo, el apoyo aéreo es sólo eso: «apoyo». Las personas que se creen ganadores de guerra no tienen nada que hacer planeando, organizando o participando en cualquier conflicto con los muertos vivientes.

10. La tormenta de fuego

Si se pueden controlar las llamas, si el área en cuestión es infla­mable y la protección de la propiedad no es un problema, nada funciona mejor como un incendio provocado. Los límites de la zona deben delimitarse perfectamente. Comienza un fuego simultáneo en todo el perímetro para que las llamas se despla­cen con ritmo constante hacia el interior. No permitas que haya una vía de escape, por muy estrecha que sea. Mantén vigilados a aquellos zombis que hayan podido cruzar las llamas. En teoría, la tormenta conducirá a los muertos dentro de un perímetro estre­cho, incinerándolos en minutos. Sin embargo, todavía requerirá limpiar la zona, sobre todo en áreas urbanas donde los sótanos y otras habitaciones podrían haber protegido a los zombis de las llamas. Como siempre, sé cauteloso y estate siempre preparado para enfrentarte al fuego como un enemigo secundario.

 

11. Batallas submarinas

Nunca olvides la posibilidad de gules deambulando en las aguas cercanas antes de que declares una zona segura. Muchas veces

los humanos han repoblado las zonas limpias sólo para ser atacados días, semanas, incluso meses después por zombis que acababan de conseguir encontrar el camino de vuelta hacia tierra seca. Ya que los no muertos pueden vivir, llevar a cabo funciones, incluso matar en un entorno líquido, cazarlos puede requerir una guerra submarina ocasional. Esto puede resultar extre­madamente peligroso ya que el agua no es el entorno natural de los huma­nos. Problemas obvios como respirar, la falta de comunicación, movilidad y visibilidad hacen que una zona subma­rina sea la más difícil para cazar a los no muertos. A diferencia de escapar por el agua, donde tienes la ventaja sobre ellos, buscar y rastrear en este entorno extraño pondrá firmemente la balanza a favor de los zombis. Esto no quiere decir que una cacería subma­rina sea imposible. Ni mucho menos. Irónicamente, su dificultad se sabe que mantiene a los cazadores más alerta y concentrados que en entornos más familiares. Las reglas generales siguientes se aplican a cualquier caza submarina con éxito.

 

A. Conoce la zona

¿Qué profundidad tiene la masa de agua en cuestión? ¿Qué extensión? ¿Está rodeada de tierra (estanque, lago, embalse)? Si no, ¿dónde se encuentran las salidas a masas de agua mayores? ¿Qué visibilidad submarina hay? ¿Hay algún obstáculo sumer­gido? Responde todas estas preguntas antes de proceder con la cacería.

 

B. Explora desde la superficie

Ponerse el equipo de buceo y zambullirse a ciegas en agua infes­tada de zombis es una manera maravillosa de mezclar los dos terrores infantiles de ser devorado vivo y ahogarse. Nunca te sumerjas antes de registrar a fondo el área desde la orilla, el muelle o el barco. Si las condiciones de suciedad o la extrema profundidad te impiden comprobarlo a simple vista, siem­pre puedes emplear medios artificiales. Los dispositivos sonar, los ecolocalizadores comunes que se encuentran en los barcos pesqueros, pueden detectar fácilmente algo tan grande como un cuerpo humano. Explorar la superficie no confirma siempre si

una zona está infestada o limpia. Los obstáculos bajo el agua como árboles, formaciones de rocas o escombros hundidos pueden ensombrecer la figura de un zombi. Sin embargo, con que encontremos uno, debe contemplarse la siguiente regla.

C. Considera el drenaje

¿Por qué razón situar a tu equipo en un entorno hostil si se puede eliminar dicho entorno? Hazte esta pregunta: ¿Es posible simplemente vaciar la masa de agua? De ser así, aunque lleve más tiempo y esfuerzo que una caza submarina, hazlo sea como sea. Sin embargo, la mayoría de las veces esta no es una opción viable. Para eliminar la amenaza, tu equipo tendrá que seguirla hasta abajo.

D. Encuentra a un experto

¿Alguien en tu equipo tiene el título de submarinista? ¿Alguno de ellos ha llevado alguna vez el equipo de submarinismo? ¿Y los que simplemente han utilizado esnórqueles durante las vacaciones? Enviar a hombres y mujeres sin experiencia bajo agua podría matarlos a todos antes incluso de que contactarán con zombis. Ahogo, asfixia, narcosis de nitrógeno e hipoter­mia son sólo unos pocos de los numerosos modos en que los animales que respiran aire como nosotros pueden encontrar su destino bajo las olas. Si el tiempo lo permite, por ejemplo, si los zombis están arrinconados en una masa de agua rodeada de tierra, encuentra a alguien tanto para entrenar como para lide-rar tu equipo o incluso para emprender la misión él solo. Pero si crees que los zombis han caído dentro del río y pueden termi­nar cerca de otra ciudad muy pronto, esperar a los expertos no es una opción. Prepárate para zambullirte, pero prepárate para las consecuencias.

E. Prepara tu equipo

Al igual que con la guerra en tierra, el equipo y las armas correctas serán cruciales para tu supervivencia. La ayuda para respi­rar más común es la escafandra autónoma. Si no puedes dispo­ner de una, se pueden improvisar compresores y mangueras de goma que pueden proporcionar un sustituto si no perfecto, útil. Se necesitan reflectores portátiles. Incluso en aguas cristalinas, los zombis pueden estar acechando en rincones ocultos y oscuros. El lanza arpones debería ser considerado siempre como un arma principal. Su capacidad para penetrar en los cráneos desde una distancia segura no es compartida por ninguna otra arma acuá­tica. Otro artilugio potente es la pistola con arpón para subma­rinistas; básicamente se trata de una escopeta del calibre doce al final de un palo de metal. Sin embargo, ambas armas son raras en cualquier sitio, excepto en zonas costeras. En su ausencia, inténtalo con redes, anzuelos o arpones caseros.


Date: 2015-12-24; view: 630


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