Home Random Page


CATEGORIES:

BiologyChemistryConstructionCultureEcologyEconomyElectronicsFinanceGeographyHistoryInformaticsLawMathematicsMechanicsMedicineOtherPedagogyPhilosophyPhysicsPolicyPsychologySociologySportTourism






LA MUERTE DE ALBUS DUMBLEDORE

 

Ron y Hermione rugieron indignados, pero Harry no dijo nada. Empujó lejos el periódico; no quería leer nada más. Sabía lo que diría. Nadie más que aquellos que habían estado en lo alto de la torre cuando Dumbledore había muerto sabíaN quien le había matado realmente, como Rita Skeeter ya había dicho al mundo mágico, Harry había sido visto alejándose corriendo del lugar de los hechos momentos después de que Dumbledore hubiera caído.

—Lo siento, Harry, —dijo Lupin.

—¿Así que los mortifagos han tomado El Profeta también? —preguntó Hermione furiosamente.

Lupin asintió.

—Pero seguramente la gente comprende lo que está pasando, ¿no?

—La estratagema ha sido limpia y virtualmente silenciosa, —dijo Lupin—. La versión oficial del asesinato de Scrimgeour es que dimitió, ha sido reemplazado por Pius Thicknesse, que está bajo la Maldición Imperius.

—¿Por qué Voldemort no se declara a sí mismo Ministro de Magia? —preguntó Ron.

Lupin rio.

—No lo necesita, Ron. En la práctica es el Ministro, ¿pero por qué debería sentarse tras un escritorio en el Ministerio? Su marioneta, Thicknesse, se ocupa de los asuntos cotidianos, dejando a Voldemort libre para extender su poder más allá del Ministerio.

—Naturalmente la gente ha adivinado lo que ha ocurrido. Ha habido un cambio muy dramático en la política del Ministerio en los últimos días, y muchos susurran que Voldemort debe estar detrás. Sin embargo, esa es la cuestión. Susurran. No se atreven a confiar los unos en los otros, sin saber en quien confiar, temen hablar, por si acaso sus sospechas son ciertas y sus familias se convierten en objetivos. Si, Voldemort está jugando a un juego muy astuto. Desvelarse a sí mismo podría haber provocado una rebelión abierta. Permaneciendo enmascarado esparce confusión, inseguridad y miedo.

—¿Y este cambio dramático en la política del Ministerio —dijo Harry—, incluye advertir al mundo mágico contra mí en vez de contra Voldemort?

—Indudablemente es parte de ello —dijo Lupin—. y es un golpe maestro. Ahora que Dumbledore está muerto, tu... El Chico que Vivió... eres claramente el símbolo y punto de apoyo de cualquier resistencia contra Voldemort. Pero sugiriendo que fue tu mano la que acabó con el viejo héroe, Voldemort no solo puede poner precio a tu cabeza, sino que siembra duda y miedo en cualquiera de los que te habrían defendido.

—Entretanto, el Ministerio ha empezado a moverse contra los nacidos muggles. —Lupin señaló a El Profeta—. Mirad la página dos.

Hermione pasó las páginas con misma expresión de disgusto que habia mostrado mientras sujetaba Secretos de las Artes Mas Oscuras.



—Registro de nacidos muggles, —leyó en voz alta—. El Ministerio de Magia emprende una investigación sobre los así llamados "nacidos muggles" para comprender mejor como llegan a poseer secretos mágicos.

—Investigaciones recientes llevadas a cabo por el Departamento de Misterios revelan que la magia solo puede pasar de una persona a otra cuando tienen hijos. Cuando no hay ninguna prueba de que existan antepasados magos, por consiguiente, los así llamados nacidos muggles probablemente hayan obtenido poder mágico robándolo o arrebatándolo a la fuerza.

—El Ministerio está decidido a castigar a tales usurpadores de poder mágico, y es con este fin que invita a los así llamados nacidos muggles a presentarse para una entrevista con la recientemente creada Comisión de Registro de los Nacidos Muggles.

—La gente no dejará que ocurra esto, —dijo Ron.

—Está ocurriendo, Ron, —dijo Lupin— Los nacidos muggles están siendo rodeados mientras hablamos.

—¿Pero cómo se suponen que han robado la magia? —dijo Ron—. Es una locura, si pudieras robar magia no habría ningún Squib, ¿verdad?

—Lo sé, —dijo Lupin—. No obstante, a menos que puedas probar que tienes al menos un pariente cercano mago, ahora se estima que has obtenido tu poder mágico ilegalmente y debes sufrir el castigo.

Ron miró a Hermione, después dijo:

—¿Y si los sangre pura y los de sangre media juran que un nacido muggle es parte de su familia? Diré a todo el mundo que Hermione es mi prima...

Hermione cubrió la mano de Ron con las suyas y apretó.

—Gracias, Ron, pero no podría dejar que tú...

—No tienes elección, —dijo Ron ferozmente, apretándole la mano en respuesta—. Te enseñaré mi árbol familiar para que puedas responder a cualquier pregunta sobre él.

Hermione soltó una risa temblorosa.

—Ron, estamos a la fuga con Harry Potter, la persona más buscada del pais, no creo que eso importe. Si fuera a volver a la escuela sería distinto. ¿Que planea Voldemort para Hogwarts? —preguntó a Lupin.

—Asistir es ahora obligatorio para cada joven bruja o mago —replicó él—. Se anunció ayer. Es un cambio, porque nunca antes fue obligatorio. Por supuesto, casi todos los magos y brujas ingleses han sido educados en Hogwarts, pero sus padres tenía derecho a enseñarles en casa o enviarlos al extranjero si lo preferían. De esta forma, Voldemort tendrá a toda la población mágica vigilada desde corta edad. Y también es otra forma de limpiar la maleza de los nacidos muggles porque los estudiantes deben tener Status de Sangre... significa que han probado ante el Ministerio que son descendientes de magos... antes de que se les permita asistir.

Harry se sintió enfermo y furioso. Es este momento, excitados chicos y chicas de once años estarían enfrascados en la lectura de un montón de libros de hechizos recién comprados, ignorando que nunca verían Hogwarts, que quizás nunca volverían a ver a sus familias tampoco.

—Es... es... —murmuró, luchando por encontrar las palabras que hicieran justicia al horror de sus pensamientos, pero Lupin dijo quedamente.

—Lo sé.

Lupin dudó.

—Entenderé que no puedas confirmar esto, Harry, pero la Orden tiene la impresión de que Dumbledore te encargó una misión.

—Lo hizo —replicó Harry—, y Ron y Hermione están al tanto y vienen conmigo.

—¿Puedes confiarme en qué consiste esa misión?

Harry miró a la cara prematuramente envejecida, enmarcada por espeso pero canoso pelo, y deseó darle una respuesta diferente.

—No puedo Remus. Lo siento. Si Dumbledore no te lo contó no creo que yo pueda.

—Sabía que dirías eso, —dijo Lupin, parecía decepcionado—. Pero aún así podría serte de alguna utilidad. Ya saber lo que soy y lo que puedo hacer. Podría ir con vosotros y proporcionaros protección. No habría necesidad de que me contaras exactamente lo que estás tramando.

Harry dudó. Era una oferta muy tentadora, aunque como podrían mantener su misión en secreto para él si estaba con ellos todo el tiempo era algo que no alcanzaba a imaginar.

Hermione, sin embargo, se quedó perpleja.

—¿Pero y qué hay de Tonks? —preguntó.

—¿Qué pasa con ella? —dijo Lupin.

—Bueno, —dijo Hermione, frunciendo el ceño—. ¡Estás casado! ¿Cómo va a sentirse ella si te largas con nosotros?

—Tonks estará perfectamente a salvo —dijo Lupin—. Estará en casa de sus padres.

Había algo extraño en el tono de Lupin; era casi frío. Había algo raro en la idea de Tonks ocultándose en casa de sus padres; ella era, después de todo, un miembro de la Orden y, por lo que Harry sabía de ella, probablemente querría estar en medio de la acción.

—¿Remus —dijo Hermione tentativamente—, todo va bien... ya sabes... entre vosotros?

—Todo va bien, gracias, —dijo Lupin bruscamente.

Hermione se puso colorada. Hubo una pausa, una torpe y embarazosa, y después Lupin dijo, con aire de estar obligándose a sí mismo a admitir algo desagradable.

—Tonks está embarazada.

—¡Oh, maravilloso! —chilló Hermione.

—¡Excelente! —dijo Ron entusiamado.

—Felicidades, —dijo Harry.

Lupin les dedicó una sonrisa tan artificial que fue más bien una mueca, después dijo:

—¿Entonces... aceptas mi oferta? ¿Los tres se convertirán en cuatro? No puedo creer que Dumbledore lo hubiera desaprovado, me designó como vuestro profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, después de todo. Y debo deciros que creo que nos enfrentamos a una magia que muchos de nosotros nunca podimos preveer o imaginar.

Ron y Hermione miraron ambos a Harry.

—Solo... solo para dejarlo claro —dijo él—. ¿Quieres dejar a Tonks en casa de sus padres y venir con nosotros?

—Estará perfectamente a salvo allí, ellos se ocuparán de ella, —dijo Lupin. Hablaba con una determinación que rayaba en la indiferencia—. Harry, estoy seguro de que James habría deseado que me quedara contigo.

—Bueno —dijo Harry lentamente—. Yo no. Estoy bastante seguro de que mi padre habría querido saber por qué no te quedabas con tu propio hijo, en realidad.

La cara de Lupin perdió todo color. La temperatura de la cocina podría haber caído diez grados. Ron recorría la habitación con la mirada como si estuviera aprendiéndosela de memoria mientras los ojos de Hermione saltaban de Harry a Lupin.

—No lo entiendes —dijo Lupin al fin.

—Explícamelo entonces —dijo Harry.

Lupin tragó.

—Yo... cometí un grave error casándome con Tonks. Lo hice contra mi buen juicio y me he arrepentido mucho desde entonces.

—Ya veo —dijo Harry—, ¿así que te deshaces de ella y del niño y sales corriendo con nosotros?

Lupin saltó sobre sus pies. Su silla cayó hacia atrás, y les miró tan ferozmente que Harry vio, por primera vez, la sombra del lobo bajo la cara humana.

—¿No entiendes lo que he hecho a mi mujer y a mi hijo nonato? ¡Nunca debí casarme con ella, la he convertido en una paria!

Lupin pateó a un lado la silla que había volcado.

—¡Tú solo me has visto entre los de la Orden, o bajo la protección de Dumbledore en Howargts! ¡No sabes como ve la mayoría del mundo mágico a las criaturas como yo! Cuando conozcen mi afección, a penas pueden hablarme. ¿No ves lo que he hecho? Incluso su propio familia está disgustada con nuestro matrimonio, ¿qué padres querrían que su única hija se casara con un hombrelobo? Y el niño... el niño...

Lupin realmente se estaba arrancando manojos de pelo; parecía bastante trastornado.

—¡Mi raza normalmente no procrea! Será como yo, estoy convencido de ello... ¿como puedo perdonarme a mí mismo, cuando sabía que me arriesgaba a pasar mi propia condición a un niño inocente? ¡Y si, por algún milagro no es como yo, será mejor, un millón de veces mejor, no tener un padre del que siempre tuviera que sentirse avergonzado!

—¡Remus! —susurró Hermione, con lágrimas en los ojos—. No digas eso... ¿cómo podría ningún niño avergonzarte de ti?

—Oh, no sé, Hermione, —dijo Harry—. Yo estoy bastante avergonzado de él.

Harry no sabía de donde salía su rabia, pero le había compelido a ponerse en pie también. Lupin tenía el mismo aspecto que hubiera tenido si Harry le hubiera golpeado.

—Si el nuevo régimen cree que los nacidos muggles son malos —dijo Harry—. ¿qué harán con un medio hombrelobo cuyo padre es miembro de la Orden? Mi padre murió intentando protegernos a mi madre y a mí, ¿y crees que él te diría que abandonaras a tu hijo y fueras a la aventura con nosotros?

—¿Cómo... cómo te atreves? —dijo Lupin—. Esto no es por gusto.. por peligro o gloria personal... ¿cómo te atreves a sugerir tal cosa...?

—Creo que estás siendo un poco atrevido —dijo Harry—. Calzándote los zapatos de Sirius.

—¡Harry, no! —le suplicó Hermione, pero él continuó mirando a la cara lívida de Lupin.

—Nunca me habría creído esto —dijo Harry—. El hombre que me enseñó a luchar contra los dementores... un cobarde.

Lupin sacó su varita tan rápido que Harry dificilmente tuvo tiempo de coger la suya; se oyó un sonoro bang y se sintió volar hacia atrás como si le hubieran dado un puñetazo, golpeó la pared de la cocina y se deslizó hasta el suelo, captó un vistazo del ruedo de la capa de Lupin desapareciendo por la puerta.

—¡Remus, Remus, vuelve! —gritó Hermione, pero Lupin no respondió. Un momento después oyeron la puerta principal cerrarse de golpe.

—¡Harry! —lloró Hermione—. ¿Como has podido?

—Fue fácil —dijo Harry. Se puso en pie, podía sentir un bulto hinchándose en su cabeza donde había golpeado la pared. Todavía estaba tan lleno de rabia que estaba temblando.

—¡No me mires así! —exclamó a Hermione.

—No la pagues con ella —gruñó Ron.

—No... no... ¡no debemos pelear! —dijo Hermione, lanzándose entre ellos.

—No deberías haber dicho esas cosas a Lupin —dijo Ron a Harry.

—Se lo merecía —dijo Harry. Imágenes sueltas recorrieron su mente. Sirius cayendo a través del velo, Dumbledore suspendido, roto, en medio del aire, un destello de luz verde y la voz de su madre, suplicando piedad...

—Los padres —dijo Harry—, no deberían abandonar a sus hijos a menos... a menos que tengan que hacerlo.

—Harry —dijo Hermione, estirando hacia él una mano consoladora, pero él se encogió y se apartó, con los ojos en el fuego que Hermione había conjurado. Una vez había hablado con Lupin ante esta chimenea, buscando consuelo con respecto a James, y Lupin le había consolado. Ahora la cara blanca y torturada de Lupin se mecía en el aire ante él. Sintió una enfermiza ráfaga de remordimiento. Ni Ron ni Hermione hablaban, pero Harry estaba seguro de que se miraban el uno al otro a sus espaldas, comunicándose silenciosamente.

Se giró y los pilló dándose apresuradamente la espalda el uno al otro.

—Sé que no debería haberle llamado cobarde.

—No, no deberías —dijo Ron al instante.

—Pero actúa como tal.

—Es lo mismo... —dijo Hermione.

—Lo sé —dijo Harry—. Pero si eso le hace volver con Tonks, habrá valido la pena, ¿no?

No pudo evitar la súplica de su voz. Hermione parecía simpatizar con él, Ron se mostraba inseguro. Harry bajó la mirada a sus pies, pensando en su padre. ¿Habría aprobado James lo que su hijo había dicho a su viejo amigo?

La silenciosa cocina parecía zumbar por la sacudida de la escena reciente y con los reproches no pronunciados de Ron y Hermione. El Profeta que Lupin había traído consigo todavía yacía sobre la mesa, la propia cara de Harry miraba al techo desde la portada. Se acercó a él y se sentó, abriendo una página al azar, y fingiendo leer. No podía concentrarse en las palabras, su mente todavía estaba llena del encuentro con Lupin. Estaba seguro de que Ron y Hermione habían reasumido su comuminicación silenciosa al otro lado de El Profeta. Pasó una página ruidosamente, y el nombre de Dumbledore saltó hacia él. Eso fue un momento o dos antes de que captara el signficado de la fotografía, que mostraba a una familia. Bajo la foto se leían estas palabras: La familia Dumbledore, de izquierda a derecha: Albus, Pervical, sujetando a la recién nacida Ariana, Kendra, y Aberforth.

Captada su atención, Harry examinó la foto más cuidadosamente. El padre de Dumbledore, Percival, era un hombre bien parecido con ojos que parecían tintinear incluso en esta vieja foto desvaída. El bebé, Ariana, era un poco más grande que una barra de pan y de aspecto no muy llamativo. La madre, Kendra, tenía el pelo negro azabache echado hacia atrás en un moño alto. Su cara tenía una cualidad tirante debido a él. Harry pensó en las fotos de nativos americanos que había visto cuando estudió sus ojos oscuros, los pómulos altos, la nariz recta, formalmente compuesta con un vestido de cuello alto. Albus y Aberforth vestían chaquetas de cuello a juego y tenía identicos cortes de pelo. Albus parecía varios años mayor, pero por lo demás los dos chicos se parecían mucho, pero eso había sido antes de que Dumbledore se rompiera la nariz y antes de llevar gafas.

La familia parecía feliz y normal, sonriendo serenamente desde el periódico. El brazo del bebé Ariana ondeaba vagamente dentro y fuera de su chal. Harry miró sobre la foto y vio el titular.


Date: 2015-12-11; view: 455


<== previous page | next page ==>
Regulus Arcturus Black | EXTRACTO EXCLUSIVO DE LA PROXIMA
doclecture.net - lectures - 2014-2024 year. Copyright infringement or personal data (0.015 sec.)