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Capítulo 30: La Tumba Blanca

 

Todas las lecciones fueron suspendidas, todos los exámenes pospuestos. Algunos estudiantes fueron sacados rápidamente de Howarts por sus padres, en los siguientes días, las hermanas Patil se fueron después del desayuno. La mañana siguiente a la muerte de Dumbledore, Zacharias Smith fue escoltado fuera del castillo por su arrogante padre. Por otro lado Seamus Finnigan, se rehusó a acompañar a su madre a casa, tuvieron una pelea en la entrada, que se resolvió cuando aceptó que podía quedarse para el funeral. Ella tuvo dificultad en encontrar un cuarto en Hogsmeade, les comentó Seamus a Harry y a Ron, ya que miles de magos y brujas estaban llenando el lugar, preparándose para darle sus últimos respetos a Dumbledore.

 

Se produjo una gran excitación entre los estudiantes mas jóvenes, los cuáles nunca lo habían visto, cuando un carruaje azul claro del tamaño de una casa, jalado por una docena de caballos alados gigantes, apareció en el cielo al caer la tarde, poco antes del funeral, y aterrizó en los límites del bosque prohibido. Harry observaba desde la ventana, mientras una mujer gigante de piel morena y cabello negro bajó del carruaje y se lanzó hacia los brazos de Hagrid, que la estaba esperando. Mientras tanto una delegación de oficiales del Ministerio, incluyendo al Ministro de Magia en persona, estaba siendo acomodada dentro del castillo. Harry había evitado el contacto con cualquiera de ellos, estaba seguro que tarde o temprano, sería cuestionado de nuevo acerca de la última excursión de Dumbledore fuera de Howarts.

 

Harry, Ron, Hermione y Ginny, pasaron todo el tiempo juntos. El maravilloso clima parecía burlarse de ellos, Harry podía imaginarse como sería todo si Dumbledore no hubiera muerto, y hubieran tenido este tiempo al final del año, los exámenes de Ginny ya habrían terminado, la presión de las tareas se habría ido....y hora tras hora se desahogó, diciendo las cosas que sabía que tenía que decir, haciendo lo que sabía era lo correcto, porque era muy difícil olvidar a su mejor fuente de bienestar.

 

Visitaban la enfermería dos veces al día: Neville ya había sido dado de alta, pero Bill seguía ahí, bajo el cuidado de Madame Pomfrey. Sus cicatrices estaban tan mal como siempre, en realidad ahora tenia un cierto parecido a Ojoloco Moody, afortunadamente con ambos ojos y piernas, pero su personalidad seguía como siempre. Lo único que parecía que había cambiado es que ahora tenía un gusto por carnes raras.

 

- ...entonces es muy afogtunado de casagse conmigo - comentó Fleur alegremente, acomodando la almohada de Bill – «pogque» los británicos cocinan de más su comida, «siempge» he dicho eso –



 

- Supongo que tendré que aceptar que realmente se va a casar con ella - comentó Ginny más tarde, al igual que ella, Harry, Ron y Hermione se sentaron junto a la ventana abierta de la sala común de Gryffindor, mirando hacia los pálidos terrenos.

 

- No es tan mala – comentó Harry – uy, pero es muy fea- añadió apresuradamente, mientras Ginny levantaba la vista, y dejaba salir una risita.

 

- Bueno, supongo que si mamá puede soportarla, yo también. -

 

- ¿Alguien mas que conozcamos ha muerto? – preguntó Ron a Hermione, que estaba leyendo el Profeta con atención.

 

Hermione dio un respingo por el tono forzado de su voz.

 

- No – dijo ella en tono reprobatorio, al tiempo que doblaba el periódico – Siguen buscando a Snape, pero no hay seña...-

 

- Claro que no – dijo Harry, quién se ponía muy enojado cada vez que el tema salía a relucir. – No encontrarán a Snape sino hasta que encuentren a Voldemort, y considerando que nunca se les ocurrió en todo este tiempo...-

 

- Me voy a la cama – bostezó Ginny. –No he podido dormir desde... eh... bueno me hará bien dormir un poco-

 

Le dio a Harry un beso de despedida (Ron miró hacia otro lado fijamente) les hizo un gesto con la mano a los otros dos y se dirigió hacia el dormitorio de las chicas. En el momento que la puerta se cerró detrás de ella, Hermione se inclinó hacia Harry, con una expresión en su cara que ya conocía.

 

- Harry, encontré algo esta mañana en la biblioteca...-

 

- ¿R.B.A? – dijo Harry, colocándose derecho en su silla.

 

Harry no se sentía de la manera en la que muchas veces se había sentido, excitado, curioso, ansioso por llegar al fondo de un misterio, simple y sencillamente sabía que la tarea de descubrir la realidad acerca del verdadero Horcrux debería ser completada antes de poder ir mas allá en el negro camino que se hacía cada vez mas estrecho delante de él, el camino que el y Dumbledore habían iniciado juntos, y el cuál sabía tendría que continuar solo. Al menos cuatro Horcrux debían seguir en algun lugar allá afuera, y cada uno debía ser encontrado y eliminado antes de que existiera una posibilidad de matar a Voldemort. Seguía recitando los nombres para si mismo, pensando que mientras los recitaba podría alcanzarlos: -....el relicario....la taza...la serpiente.....algo de Gryffindor o Ravenclaw........el relicario....la taza...la serpiente.....algo de Gryffindor o Ravenclaw....-

 

Estas palabras daban vueltas dentro de la cabeza de Harry mientras se iba quedando dormido, y sus sueños estaban llenos de tazas, relicarios y objetos misteriosos que no podía alcanzar, mientras Dumbledore lo trataba de ayudar y le tendía a Harry una escalera de cuerda, que se convertía en serpientes en el momento que empezaba a subir...

 

Harry le había enseñado a Hermione la nota que encontrara dentro del relicario, la mañana después de la muerte de Dumbledore, y si bien ella no reconoció las iniciales como pertenecientes a algún mago oscuro del cual tuviera conocimiento, había estado yendo a la biblioteca un poco mas seguidos de lo que sería estrictamente necesario para alguien que no tiene tarea que hacer.

 

- No – dijo Hermione tristemente. – He tratado Harry, pero no he encontrado nada....existen varios magos conocidos con esas iniciales: Rosalinda Antigone Bungs, Rupert “Axebanger” Brookstanton... pero ninguno parece encajar del todo. Juzgando por esa nota, la persona que robó el Horcrux conocía a Voldemort y no puedo encontrar ninguna evidencia de que Bungs o Axebanger tuvieran algo que ver con él... no, la verdad es que....bueno...es sobre Snape -

 

Hermione se veía nerviosa de tan solo pronunciar ese nombre de nuevo

 

- ¿Qué hay con él?- pregunto Harry pesadamente, cayendo sobre su silla.

 

- Bueno es solo que yo tenía algo de razón acerca de los asuntos del Príncipe Mestizo – dijo tentativamente.

 

-¿Tienes que restregármelo Hermione? ¿Cómo crees que me siento sobre eso en este momento? -

 

- ¡No no Harry, no quise decir eso! – Dijo apresuradamente, mirando alrededor que no hubiera nadie escuchando – Es solo que estaba en lo cierto acerca de que el libro alguna vez le perteneció a Eileen Príncipe. Verás....ella era la madre de Snape. -

 

- Pensé que ella no era muy observadora- dijo Ron, Hermione lo ignoró.

 

- Estaba revisando los diarios viejos del Profeta y existe un pequeño anuncio sobre el matrimonio de Eileen Príncipe con un hombre llamado Tobías Snape y luego otro diciendo que ella había dado a luz a un -

 

- Asesino- le espetó Harry.

 

- Bueno... si – dijo Hermione – Entonces....., yo estaba en lo cierto. Snape debía estar orgulloso de ser un “medio Principe”, ¿lo ves? Tobías Snape era por lo que decía el Profeta, un muggle -

 

- Si eso encaja – dijo Harry – Actuó como si fuera de sangre pura, de esa forma podría llegar a Lucius Malfoy y al resto de ellos.... el es como Voldemort. Madre sangre pura, padre muggle...avergonzado de sus padres, tratando de hacerse temer usando las Artes Oscuras, dándose un nuevo nombre – Lord Voldemort – El Príncipe Mestizo, ¿Como se le pudo escapar a Dumbledore? -

 

Harry se detuvo, mirando por la ventana. No podía dejar de pensar en la inexcusable confianza de Dumbledore en Snape.... pero como Hermione acababa de recordarle inadvertidamente, él, Harry, había caído en lo mismo....a pesar de la suciedad de aquellos hechizos garabateados, el se había negado a creer que el chico que había sido tan inteligente, que lo había ayudado tanto...

 

Ayudado.... era un pensamiento casi increíble ahora.

 

- Sigo sin entender por que no te delató por usar el libro – dijo Ron. –Debió de saber de donde habías sacado todo -

 

- El sabía – dijo Harry amargamente – cuando usé Sectumsempra, realmente no necesitaba usar Legilimancia.....puede haberlo sabido incluso antes de eso, con Slughorn hablando de lo brillante que yo era en Pociones...no debía de haber dejado su viejo libro en el fondo del armario ¿o no?-

 

- ¿Pero porqué no te entregó?

 

- No creo que haya querido que se le asociara con ese libro - dijo Hermione. – Dudo mucho que a Dumbledore le hubiera hecho gracia de haberse enterado. Y aunque Snape hubiera pretendido que no era suyol, Slughorn hubiera reconocido su letra al instante. De cualquier forma el libro fue dejado en el antiguo salón de Snape, y apuesto a que Dumbledore sabía que su madre se llamaba Príncipe -

 

- Debí de haberle enseñado el libro a Dumbledore – dijo Harry – Todo el tiempo que pasó enseñándome cómo Voldemort fue malvado, incluso cuando estuvo en la escuela, y yo tenía pruebas de que Snape lo fue también -

 

- Malvado es una palabra fuerte – dijo Hermione tranquilamente.

 

- ¡Tu eras la que se pasaba diciéndome que el libro era peligroso! -

 

- Lo que estoy tratando de decir Harry, es que te estás culpando demasiado. Pensaba que el Príncipe tenía un feo sentido del humor, pero jamás habría imaginado que era un asesino en potencia. -

 

- Ninguno de nosotros hubiera imaginado que Snape podría....ustedes saben – dijo Ron.

 

El silencio cayó entre ellos, y cada uno se perdió en sus propios pensamientos, pero Harry estaba seguro que como el, estaban pensando en la mañana siguiente, cuando el cuerpo de Dumbledore seria puesto a descansar. Harry nunca antes había asistido a un funeral, no hubo cuerpo que enterrar cuando Sirius murió. No sabía que esperar y estaba un poco preocupado sobre lo que podría ver, sobre lo que podría sentir. Se preguntaba si la muerte de Dumbledore le sería más real una vez que el funeral hubiera concluido. Aunque tenía momentos en los que el terrible suceso tendía a invadirlo, existían otros, en los que a pesar de que nadie estuviera hablando de nada en todo el castillo, tenía dificultad de creer que Dumbledore realmente se había ido. Sin embargo en esta ocasión, tal como lo había hecho con Sirius, Harry no buscó desesperadamente algún tipo de escapatoria, algún modo de que Dumbledore pudiera regresar.... buscó en su bolsillo la cadena del Horcrux falso, que ahora cargaba con el a todos lados, no como talismán, sino como un recordatorio de lo que había costado y lo que faltaba por hacer.

 

Harry se levantó temprano para empacar, el expreso de Howarts saldría una hora después del funeral. Abajo encontró que la niebla en el Gran Comedor se había dispersado. Todo el mundo estaba usando sus capas, y nadie parecía muy hambriento. La profesora McGonagall, había dejado la silla en forma de trono en medio de la mesa de profesores vacía. La silla de Hagrid estaba vacía también. Harry pensó que quizás Hagrid no era capaz de enfrentar el desayuno, pero la silla de Snape estaba sin ceremonia alguna, ocupada por Rufus Scrimgeour. Harry evitó sus ojos amarillos mientras estos recorrían el Gran Comedor, y tuvo la incómoda sensación que estaba buscándolo. Entre el séquito de Scrimgeour, divisó el cabello rojizo y los lentes de Percy Weasley. Ron no dio señales de estar al tanto de Percy, aparte de apuñalar pedazos de arenque ahumado.

 

En la mesa de Slytherin, Crabbe y Goyle estaban murmurando, los chicos Hulking se veían raramente solos sin la alta y pálida figura de Malfoy entre ellos. Harry no había reparado mucho en Malfoy últimamente. Su ánimo estaba dirigido a Snape, pero no había olvidado el miedo en la voz de Malfoy en lo alto de la Torre, y tampoco el hecho de que había bajado su varita antes de que los demás Dementores llegaran. Harry no creía que Malfoy hubiera matado a Dumbledore. Lo despreciaba aún por su encaprichamiento con las Artes Oscuras, sin embargo una pequeña gota de lástima se mezclaba con su desagrado. ¿Donde -se preguntaba Harry-, ¿estaría Malfoy ahora?, y ¿que lo estaría obligando a hacer Voldemort bajo la amenaza de matarlo a el y a sus padres?

 

Los pensamientos de Harry fueron interrumpidos por un codazo en las costillas por parte de Ginny. La profesora McGonagall se había levantado de su lugar y el murmullo en el Comedor desapareció enseguida.

 

- Es casi la hora – dijo. – Por favor sigan a los Jefes de sus Casas hacia los terrenos, Gryffindors, después de mí. -

 

Salieron de sus lugares en silencio. Harry divisó a Slughorn a la cabeza de la columna de Slytherin, usando una magnífica capa larga color verde esmeralda, bordada con plata. Nunca había visto a la profesora Sprout, Jefe de la casa Hufflepuff, tan limpia, no existía ni un solo parche en su sombrero, y cuando llegaron a la entrada, encontraron a Madame Pomfrey parada al lado de Filch, ella con un velo negro que le daba hasta las rodillas y el con un traje y corbata negros llenos de naftalina.

 

Se dirigían, como Harry pudo ver cuando se pararon en los escalones de piedra, hacia el lago. La calidez del sol acarició su cara mientras seguía a la profesora McGonagall en silencio al lugar donde miles de sillas habían sido colocadas en filas. Un pasillo se abría en el centro de ellas hasta llegar a una mesa de mármol, todas las sillas estaban colocadas hacia ella. Era el día de verano más hermoso.

 

Una extraordinaria cantidad de gente ya se había sentado en la mitad de las sillas, andrajosos y listos, viejos y jóvenes. Muchos de ellos Harry no los reconocía, pero había unos pocos a los que si, incluyendo a los miembros de la Orden del Fénix: Kingsley Shacklebolt, Ojoloco Moody, Tonks, su cabello milagrosamente había vuelto a ser rosa brillante, Remus Lupin, con quien parecía que Tonks se tomaba de la mano, El Sr. y la Sra. Weasley, Bill sostenido por Fleur y seguido por Fred y George, quienes usaban chamarras negras de piel de dragón. También estaba Madame Máxime, que ocupó dos y media sillas para ella, Tom el dueño del Caldero Chorreante, Arabella Figg, la vecina Squib de Harry, la bajista del grupo de Las Brujas de MacBeth, Ernie Frang, conductor del autobús noctámbulo, Madame Malkin, de la tienda de capas en el callejón Diagon, mas gente que Harry apenas si conocía de vista tales como el barman del Cabeza de Puerco y la bruja que empujaba el carrito de dulces en el Expreso de Hogwarts. Los fantasmas del castillo estaban también, casi invisibles por la luz brillante del sol, visibles solamente cuando se movían, brillando insubstancialmente en el aire.

 

Harry, Ron, Hermione y Ginny, se colocaron en unos asientos al final de una fila junto al lago. La gente susurraba entre ellos, sonaba como la brisa en el pasto, pero el canto de los pájaros era mucho más fuerte por mucho. La muchedumbre continuaba llegando. Con una gran demostración de afecto entre ellos, Harry vio a Neville siendo ayudado a sentarse por Luna. Solo ellos de todos los miembros del ED habían acudido al llamado de Hermione la noche que Dumbledore murió, y Harry sabía porqué, eran los que mas habían extrañado el ED, probablemente los únicos que revisaban sus monedas frecuentemente con la esperanza de que hubiera otra reunión...

 

Cornelius Fudge, caminó junto a ellos, hacia las filas de enfrente, su expresión era miserable, girando su sombrero verde como siempre, Harry luego reconoció a Rita Skeeter, quién como furiosamente pudo ver, tenía un cuaderno sostenido en su mano, y luego con una rabia mucho mayor vio a Dolores Umbrige, con una expresión poco convincente de dolor en su cara de sapo, un sombrero de terciopelo negro, estaba arriba de sus rizos color metal. Al ver al centauro Firenze, que estaba parado como un centinela cerca del borde del agua se estremeció y rápidamente se movió a un lugar a buena distancia de el.

 

Los profesores se sentaron al fin. Harry pudo ver a Scrimgeour luciendo grave y digno en la primera fila, con la profesora McGonagall. Y se preguntó si Scrimgeour o alguna de aquellas importantes personas estaban realmente consternadas por la muerte de Dumbledore. De pronto un sonido llamó su atención y olvidó su desagrado por el ministerio al empezar a buscar alrededor por la fuente de el. Y no fue el único, muchas cabezas estaban volteadas buscando, un poco alarmadas.

 

- Allá – le susurró Ginny al oído.

 

Y Harry los vio, en el agua verde y cristalina, centímetros bajo la superficie, recordándole horriblemente a los Inferi, un coro de sirenas cantaba en un lenguaje extraño que no entendió, sus pálidas caras ondulando, el cabello de tono púrpura flotando alrededor de ellos. La música hizo que el cabello de la nuca de Harry se erizara pero sin embargo no era desagradable. Hablaba claramente de pérdida y desesperación. Mientas miraba las caras de los cantantes, tuvo el sentimiento de que al menos ellos si lamentaban la pérdida de Dumbledore. De pronto Ginny le dio otro codazo, y Harry se volvió para mirar.

 

Hagrid iba caminando lentamente hacia el pasillo entre las sillas. Estaba llorando en silencio, su cara estaba llena de lágrimas, y en sus brazos, envuelto en un terciopelo morado con estrellas doradas, lo que Harry sabía era el cuerpo de Dumbledore. Harry sintió una punzada en la garganta al verlo, por un momento pareció que la extraña música y el saber que el cuerpo de Dumbledore estaba tan cerca, le quitaba el calor al día. Ron se veía blanco y en shock. Las lágrimas rodaban rápidamente por las mejillas de Ginny y Hermione.

 

No podían ver con claridad lo que ocurría al frente. Parecía que Hagrid había colocado el cuerpo con cuidado sobre la mesa y ahora regresaba por el pasillo, sonándose la nariz con gran estruendo, lo cuál dibujó miradas de escándalo en los rostros de algunas personas, incluyendo, como Harry pudo observar, en Dolores Umbridge.... pero el sabía que a Dumbledore no le habría importado. Trató de hacerle un gesto amistoso a Hagrid mientras este pasaba, pero sus ojos estaban tan hinchados que era un milagro que pudiera ver por donde iba. Harry se volteó hacia la fila a la que se dirigía Hagrid, y se dio cuenta quién lo estaba guiando, vestido en un saco y unos pantalones, cada uno del tamaño de una marquesina pequeña, estaba Grawp, grande, feo, dócil y casi humano. Hagrid se sentó junto a su medio hermano, y Grawp golpeó a Hagrid fuerte en la cabeza, de tal forma que las patas de la silla en la que se había sentado se hundieron en el pasto. Harry tuvo una necesidad urgente y maravillosa de reír. Pero en ese instante la música paró y tuvo que volverse hacia el frente.

 

Un pequeño hombre en túnica negra, se había levantado de su lugar y se paraba frente al cuerpo de Dumbledore. Harry no pudo oír lo que estaba diciendo, palabras sueltas flotaban hacia el: - De espíritu noble... contribución intelectual.....grandeza de corazón....- no significaban demasiado. Tenían muy poco que ver con Dumbledore tal como Harry lo había conocido. De pronto recordó la idea de Dumbledore de pocas palabras: - bobalicón, raro, lloriquear, y pellizco, y de nuevo tuvo que aguantar la risa… ¿Cuál era el problema con el?

 

Se escuchó un sonido suave en el agua a su izquierda, y vio que las sirenas habían roto la superficie del agua para escuchar. Recordó a Dumbledore, acercándose a la orilla del lago dos años atrás, muy cerca de donde ahora se encontraba sentado, conversando con la gente sirena en su idioma. Harry se preguntó donde lo habría aprendido a hablar Dumbledore. Había tanto que jamás le había preguntado, tanto que debía de haber dicho.....

 

Y de repente, sin aviso la verdad volvió a caer sobre él, más completa e innegable de lo que había sido hasta ese momento. Dumbledore estaba muerto, se había ido, Harry apretó fuertemente el relicario con su mano, tan fuerte que lastimaba, no pudo evitar que las lágrimas salieran de sus ojos, volteó a ver a Ginny y a los otros y luego hacia el Bosque, mientras el pequeño hombre continuaba...había un movimiento entre los árboles. Los centauros habían venido a entregar sus respetos. No se habían movido hacia el espacio abierto, pero Harry los había visto, estaban parados en silencio, medio escondidos en las sombras, observando a los magos, con sus arcos a sus lados. Y Harry recordó su primer viaje de pesadilla al Bosque, la primera vez que se había encontrado con lo que, en aquel tiempo era Voldemort, y como lo había enfrentado, y como él y Dumbledore habían discutido sobre pelear una batalla que estaba perdida no mucho después de eso.- Es importante – había dicho Dumbledore – pelear, y pelear de nuevo, y seguir peleando, porque solo así el mal será mantenido a raya, pero nunca erradicado del todo...-

 

Harry vio claramente bajo el sol, a las personas que se habían preocupado por él, parándose uno por uno frente a el: su madre, su padre, su padrino, y finalmente Dumbledore, todos ellos determinados a protegerlo, pero ahora todo había terminado. No podía dejar que nadie más se interpusiera entre Voldemort y él, debía abandonar la ilusión que tenía desde que tuvo un año de vida: que la cobija de los brazos de un padre, significan que nada te puede lastimar. No había salida de esta pesadilla, ni un susurro reconfortante en la oscuridad diciendo que estaba a salvo, todo estaba en su imaginación, el último y más grande de sus protectores había muerto y Harry ahora estaba mucho más solo de lo que jamás había estado.

 

El pequeño hombre en negro dejó de hablar por fin, y regresó a su lugar. Harry esperó para que alguien mas se levantara, esperaba discursos, probablemente por parte del Ministerio, pero nadie se movió.

 

Entonces muchas personas gritaron. Brillantes y blancas flamas hicieron erupción alrededor del cuerpo de Dumbledore y la mesa en la que se encontraba: cada vez mas altas se elevaban, oscureciendo el cuerpo. El humo se levantaba en espirales hacia el aire haciendo formas extrañas. Harry creyó ver por un instante a un fénix volar hacia el cielo azul, pero al segundo siguiente el fuego había desaparecido. En su lugar estaba una tumba de mármol, encasillando el cuerpo de Dumbledore y la mesa sobre la que estaba descansando.

 

Hubo algunos llantos más, mientras que una lluvia de flechas paso quebrando el aire, pero cayeron lejos de la multitud. Harry supo que era el tributo de los centauros, los vio volverse y alejarse de nuevo hacia los fríos árboles. De igual manera las sirenas lentamente se hundieron en el agua y se perdieron de vista.

 

Harry vio a Ginny, Ron y Hermione: La cara de Ron estaba destrozada, mientras que la luz del sol lo cegaba, la de Hermione estaba llena de lágrimas, pero Ginny ya no estaba llorando más. Le devolvió la mirada a Harry con la misma mirada dura y resplandeciente que había visto cuando lo había abrazado luego de ganar la Copa de Quidditch en su ausencia, y Harry supo en ese momento que se entenderían el uno al otro perfectamente, y que cuando le dijera a Ginny lo que iba a hacer, ella no diría – Ten cuidado - o - No lo hagas -, sino que aceptaría su decisión, pues ella no esperaría menos de el. Entonces Harry se endureció para poder decir aquello que debía haber dicho desde que Dumbledore murió.

 

- Ginny escucha - dijo muy lentamente, mientras que los murmullos de las conversaciones se iban haciendo más fuertes alrededor de ellos, al tiempo que las personas empezaban a levantarse. - No puedo seguir involucrado contigo más tiempo, tenemos que dejar de vernos, no puedo estar contigo. -

 

Ella le contesto con una sonrisa torcida: - Es por alguna estúpida y noble razón, ¿verdad? –

 

- Es como....como vivir la vida de alguien mas, estas últimas semanas contigo - dijo Harry – Pero no puedo...no podemos......Tengo cosas que hacer solo -

 

Ginny no lloró simplemente se le quedó viendo.

 

- Voldemort usa a las personas que son cercanas a sus enemigos, ya te usó una vez, y fue solo porque eres la hermana de mi mejor amigo, imagina en que peligro estarías si seguimos con esto. El lo sabría, se enteraría, y trataría de llegar a mí por ti.-

 

- ¿Y que si no me importa? - dijo Ginny ferozmente

 

- A mi si - dijo Harry - ¿Cómo crees que me sentiría si este fuera tu funeral?, y fuera mi culpa...-

 

Ginny se volvió a mirar por encima de él, hacia el lago.

 

- Nunca me di por vencida por ti - dijo ella, - No en realidad no, siempre esperé.....Hermione me dijo que siguiera con mi vida, quizá salir con alguien mas, relajarme un poco cuando estuviera contigo, porque recuerdas, yo no podía hablar cuando tu estabas en el mismo cuarto, y ella pensó que quizá me prestarías mas atención si yo era un poco mas yo. -

 

- Chica lista esta Hermione – dijo Harry, tratando de sonreír, - Si tan solo te lo hubiera preguntado antes, podríamos tener meses....años quizá -

 

- Pero tu estabas muy ocupado salvando el mundo de los magos – dijo Ginny, a media risa – Bueno... no puedo decir que estoy sorprendida, sabía que esto pasaría al final, sabía que no serías feliz a menos que estuvieras cazando a Voldemort. Quizá es por eso que me gustas tanto. -

 

Harry no pudo soportar escuchar aquellas palabras y tampoco estaba seguro de que su resolución duraría si se quedaba junto a ella. Vio que Ron ahora estaba abrazando a Hermione, y acariciando su cabello, mientras ella sollozaba en su hombro, las lágrimas caían de su nariz. Con un gesto miserable, Harry se levantó, le dio la espalda a Ginny y a la tumba de Dumbledore, y se fue por la orilla el lago. El moverse hacia todo mas soportable que al estar solamente sentado, tal como salir tan pronto como fuera posible para rastrear los Horcruxes y matar a Voldemort se sentiría muchísimo mejor que estar esperando a hacerlo.

 

- ¡Harry¡ -

 

Se detuvo y volteo, Rufus Scrimgeour iba cojeando rápidamente hacia el, pasando alrededor de las sillas, inclinando su bastón.

 

- Tenía la esperanza de tener una palabra contigo... ¿Te importa si camino junto a ti? -

 

- No – dijo Harry indiferente, volviendo a caminar.

 

- Harry, esta fue una horrible tragedia – dijo Scrimgeour lentamente, - No puedo decirte lo mal que me sentí al saberlo. Dumbledore fue un gran mago. Teníamos nuestras diferencias, como tu sabes, pero nadie mejor que yo...-

 

-¿Qué es lo que quiere? – preguntó Harry secamente

 

Scrimgeour se veía molesto, pero, como antes, rápidamente modificó su expresión a una de lamentable entendimiento.

 

- Tu estas, claro devastado – dijo – Se que eras muy cercano a Dumbledore. Pienso que debes haber sido su pupilo favorito. El lazo entre ustedes dos...-

 

- ¿Qué quiere? – repitió Harry, deteniéndose.

 

Scrimgeour se detuvo también, se apoyó en el bastón y miró a Harry, su expresión ahora era de astucia.

 

- Me dijeron que tú estabas con el cuando abandonó la escuela la noche que murió. -

 

- ¿Quién le dijo eso? – dijo Harry.

 

- Alguien detuvo a los Dementores en lo alto de la torre luego de que Dumbledore murió. También había dos escobas allá arriba. El Ministerio puede agregar dos y dos, Harry -

 

- Encantado de oír eso - dijo Harry, - bueno, a donde fui con Dumbledore y que hicimos es mi problema. El no quería que la gente se enterara. -

 

- ¡Tanta lealtad es admirable!, por supuesto – dijo Scrimgeour, quién parecía estar aguantándose el coraje con dificultad – pero Dumbledore se ha ido, Harry, se ha ido -

 

- Solo se habrá ido de la escuela el día que no quede nadie fiel a él – dijo Harry, sonriendo.

 

- Mi querido niño....ni siquiera Dumbledore puede regresar de la muerte. -

 

- No estoy diciendo que pueda. Usted nunca entendería. Pero no tengo nada que decirle -

 

Scrimgeour vaciló, luego en lo que evidentemente debía ser un tono delicado dijo– El Ministerio te puede ofrecer toda clase de protección, tú sabes Harry, estaría encantado de poner a un par de mis Aurores a tu servicio -

 

Harry rió.

 

- Voldemort quiere matarme y los Aurores no lo detendrán, así que gracias por la oferta, pero no -

 

- Entonces...- dijo Scrimgeour su voz era fría ahora – la petición que te hice en Navidad...-

 

- ¿Qué petición? Ahh si...aquella en la que debía decirle al mundo el gran trabajo que usted esta haciendo, a cambio de....-

 

- ¡para subirle la moral a todo el mundo! – chasqueó Scrimgeour.

 

Harry lo consideró por un momento.

 

- ¿Ya liberaron a Stan Shunpike?

 

Scrimgeour se volvió de un feo tono de morado, de un gran parecido al tío Vernon.

 

- Veo que eres...-

 

- Un hombre de Dumbledore, hecho y derecho – dijo Harry – ¡Así es! -

 

Scrimgeour lo observó un momento mas, luego se dio la vuelta y se fue cojeando sin decir otra palabra. Harry pudo ver a Percy y el resto de la delegación del Ministerio esperándolo, echando miradas nerviosas hacia el sollozante Hagrid y Grawp, quienes seguían en sus asientos. Ron y Hermione se dirigían hacia Harry apresuradamente, pasando al lado de Scrimgeour hacia el lado contrario. Harry comenzó a caminar lentamente, esperando a que lo alcanzaran, lo cual hicieron a la sombra de la haya, aquella bajo la cuál se habían sentado en momentos mas felices.

 

- ¿Qué quería Scrimgeour? - susurró Hermione.

 

- Al parecer lo mismo que en Navidad – dijo Harry, encogiéndose de hombros.

 

– Quería que le pasara información de Dumbledore, y ser el nuevo chismoso del Ministerio. -

 

Ron parecía estar luchando consigo mismo por un momento, luego le dijo en voz alta a Hermione – Mira déjame regresar y pegarle a Percy –

 

- ¡No! - dijo ella, tomándolo firmemente.

 

- ¡Me haría sentir mucho mejor! -

 

Harry se rió, incluso Hermione sonrió un poco, pero su sonrisa se fue apagando a medida que volteaba a ver el castillo.

 

- No puedo soportar la idea de que quizá nunca regresemos – dijo tristemente -¿Cómo puede cerrar Hogwarts? -

 

- Quizá no lo haga – dijo Ron – Corremos el mismo peligro aquí que en nuestras casas ¿cierto?, en todos lados es lo mismo ahora. Incluso diría que es mucho más seguro Hogwarts, hay muchos magos dentro para defenderlo. ¿Que estas considerando Harry? -

 

- No voy a regresar, incluso si abre de nuevo. – dijo Harry.

 

Ron miró boquiabierto a Harry, Hermione en cambio dijo tristemente – Sabía que ibas a decir eso, ¿Pero entonces que harás? –

 

- Regresaré con los Dursley una vez mas, pues es lo que Dumbledore hubiera querido – dijo Harry – pero será una visita corta, luego me iré -

 

- ¿Pero a donde irás si no regresas a la escuela? -

 

- Pienso que podría regresar al Godric´s Hollow – murmuró Harry, había tenido esta idea desde la noche en que Dumbledore murió. – Para mi todo empezó ahí, tengo el presentimiento de que debo ir allá. Y podría visitar las tumbas de mis padres, eso me gustaría. -

 

- ¿Y luego qué? – dijo Ron

 

- Luego tengo que rastrear al resto de los Horcruxes – dijo Harry con sus ojos puestos sobre la tumba blanca de Dumbledore, reflejada en el agua al otro lado del lago. – Eso es lo que el hubiera querido que hiciera, es por eso que me contó todo acerca de ellos. Dumbledore estaba en lo correcto y estoy seguro de ello, todavía hay cuatro de ellos allá afuera. Tengo que encontrarlos y destruirlos, y luego tengo que ir tras el séptimo pedazo del alma de Voldemort, el pedazo que esta en su cuerpo, y yo soy el que va a matarlo. Y si encuentro a Severus Snape a lo largo del camino - agregó – mucho mejor para mi, y mucho peor para el.-

 

Hubo un largo silencio. La multitud casi se había dispersado, Grawp seguía consolando a Hagrid, cuyo llanto de dolor seguían oyéndose como un eco a través del agua.

 

- Estaremos contigo Harry – dijo Ron

 

- ¿Qué? -

 

- En la casa de tus tíos – dijo Ron, - y luego iremos contigo, a donde quieras que vayas. -

 

- No – dijo Harry lentamente, no había contado con eso, había pensado que ellos entenderían que emprendería el viaje más peligroso solo.

 

- Alguna vez nos dijiste – dijo Hermione lentamente, - que hay tiempo si es que nos arrepentimos y queremos regresar, bueno tenemos tiempo ¿o no? -

 

- Estamos contigo pase lo que pase – dijo Ron – Pero amigo, antes que nada tendrás que ir a casa de mis padres, incluso antes de ir a Godric´s Hollow.

 

-¿Porqué?

 

- La boda de Bill y Fleur, ¿recuerdas? -

 

Harry se le quedó mirando, asombrado, la idea de que algo tan normal como una boda pudiera existir, parecía increíble, y a la vez maravillosa.

 

- Si, no debemos perdernos eso – dijo finalmente.

 

Su mano se cerró automáticamente alrededor del Horcrux falso, pero a pesar de todo, a pesar del negro y enredado camino que se iba estrechando frente a el, a pesar del encuentro final con Voldemort que sabía iba a llegar, ya fuera en un mes, en un año o en diez, sintió que su corazón se alegraba, pensando de que al menos quedaba un día de paz para disfrutar con Ron y Hermione.

 

 

FIN

 

Agradecimientos…

 

A todos los miembros Inefablesde la Honorable FART: Fighting Assosiation of Raving Translators:


Ceci, Selene, Candiux, LoreLar, Sikanda, Clau L., Gaby Ale, Agustín, Paty Pattomethol, HeadMaster_ Dumbledore, Bren, Jimena, Maxi G., Delfi, Mariana, Mony G.P., Ari S.F., Sanzanix, Dark Elf, Marita, Martín, Henry Potter, Cecy L., Ale M., Raquel, Julieta M., Pily N.y M., Ale R., Mau A., Elvira G., Richard M., Eva A., Mali, Andy A.

 


[1] No encontré cómo traducir NOGTAILS. Bien pudiera decirse “Colaalfiler” o algo similar.


Date: 2015-12-11; view: 634


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Capítulo 29: El Lamento del Fénix | Una bandada de lechuzas
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