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SOLO DIOS ES JUEZ DE LA HISTORIA

Nosotros pensamos que no es conforme al Evangelio la enumeración de los factores negativos con la intención de inculpar a otros. «No juzgues», nos dice el Señor (Mt. 7, l ), y a nadie le está permitido juzgar, porque sólo el Señor es juez de vivos y muertos (2 Tim. 4, l ), y sólo El conoce lo que hay en el corazón del hombre.

También, dentro de la comunidad eclesial, sólo Dios conoce el desgarramiento interior de los que optaron por dar la espalda al Señor y a la Iglesia en momentos difíciles, de los que apartaron a sus hijos de la fe católica, de los que quitaron el popular cuadro del Sagrado Corazón o la estampa de la Virgen de la Caridad de sus hogares, como un triste presagio de lo que dice San Agustín: «Cuando uno huye de Cristo, todo huye de uno».

Pero aunque nuestras infidelidades hubieran sido mayores que .nuestras lealtades, incluso «si nuestro corazón nos condena, Dios es más grande que nuestro corazón» (1 Jn. 3, 20). De todo podemos sacar enseñanzas positivas y negativas, así se va tejiendo la vida cristiana hasta que la Iglesia de los pecadores, que somos nosotros, se vaya haciendo en nosotros la Iglesia de los santos. En esta conjunción de culpa y gracia. de luces y sombras, que es el misterio de la Iglesia de Dios, está nuestra salvación.

CONCLUSION

Queridos hermanos y amigos: al terminar este mensaje queremos volver al pensamiento primero que lo inspira y motiva: el de la experiencia universal del amor de Dios. Ese amor que se nos revela en Cristo, pues El nos manifestó el rostro de Dios, que es el rostro de Jesús crucificado, cuyo corazón abierto en la cruz no se ha cerrado para nadie, incluso para los que lo hemos ofendido. Si Jesús no nos hubiera revelado ninguna otra cosa más que ésta: «Dios es amor' (I Jn 4, 8), eso sería suficiente para ser mejores y llenarnos de paz y esperanza. No estamos del todo seguros de que amamos a Dios como El lo merece, pero sí lo estamos de que Dios nos ama como nosotros no lo merecemos.

Hemos pedido al Señor dirigir este mensaje en su lenguaje de amor, sin lastimar a ninguna persona, aunque cuestionemos sus ideas en diversos aspectos, porque de lo contrario Dios no bendeciría el humilde servicio que queremos prestar a cuantos libremente quieran servirse de él. Lo hacemos con esa limitada confianza en el amor de Dios, callado desde el primer día de la creación, pero «trabajando a todas horas» (Jn. 5, 17). El vela sobre su ciudad (Salmo 127), también sobre Cuba, porque el Señor está con nosotros y quiere para nosotros lo mejor. El tiene en sus manos, como Señor de la Historia , el corazón de los hombres.

Hablando como Pastores de la Iglesia que está en Cuba queremos recordar que la paz es posible porque «Cristo es la paz» (Ef. 2, 14), podernos descubrir la verdad porque «Cristo es la verdad» (Jn. 14, que se puede hallar el camino porque «Cristo es el camino» (Jn. 14, En fin, que la salvación es posible porque Cristo es nuestra salvación (Lc. 19, 9). Confiamos además en nuestro pueblo, al que conoce bien y que ha mostrado a lo largo de su historia una sorprendente capacidad de recuperación.



Revitalizar la esperanza de los cubanos es un deber de aquellos cuyas manos está el gobierno y el destino de Cuba y es un deber de la Iglesia que está separada del Estado, como debe ser, pero no de la sociedad. Y esto lo podemos lograr juntos con una gran voluntad de servicio pero no sin una gran voluntad de sacrificio, «amando más intensamente y enseñando a amar, con confianza en los hombres, con seguridad e ayuda paterna de Dios y en la fuerza innata del bien», como decía Pablo VI. La Virgen de la Caridad , Patrona de Cuba, Madre de todos los cubanos, que sabe cuanto lo necesitamos sus hijos, nos ayude con su bendición.

«Y en toda ocasión, en la oración y en la súplica, nuestras peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios que es más grande de lo que podemos comprender, guarde nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús» (Flp. 4, 6-7).

Con nuestro cordial y fraterno afecto en el Señor,

+ Jaime , Arzobispo de la Habana y Presidente de la COCC.

+ Pedro , Arzobispo de Santiago de Cuba

+ Adolfo , Obispo de Camagüey

+ Fernando , Obispo de Cienfuegos-Santa Clara

+ Héctor , Obispo de Holguín

+ José Siro , Obispo de Pinar del Río

+ Mariano , Obispo de Matanzas

+ Emilio , Obispo Auxiliar de Cienfuegos-Santa Clara

+ Alfredo , Obispo Auxiliar de La Habana

+ Mario , Obispo Auxiliar de Camagüey

+ Carlos , Obispo Auxiliar de La Habana

http://www.cubaencuentro.com/documentos/carta-pastoral-el-amor-todo-lo-espera-117949/(page)/5

 

 

http://www.iglesiacubana.org/

http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/benedictoxvi/noticias/noticias-32.html


Date: 2015-12-11; view: 763


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